"(...) En esta entrevista por escrito, Lafontaine defiende, a
pesar de todo, que el cuestionamiento del euro es fundamental para salir
"de los dictados neoliberales de la UE".
¿Cuál es el plan A?
La mayoría de los países europeos tienen un plan A, que consiste en
quebrar la resistencia del pueblo contra el dictado neoliberal, como
hemos visto en el sur de Europa, especialmente en Grecia, y en la
redistribución de los pobres a los ricos en toda Europa.
¿Y el plan B? ¿En qué consiste?
Queremos una renegociación completa de los tratados europeos. La
división de Europa en países con altas tasas de paro y países con poco
desempleo debe superarse. Los actuales tratados en Europa han
solidificado el neoliberalismo y hacen imposible alcanzar la promesa de
igualdad de la socialdemocracia. El desempleo juvenil, concretamente en
el sur de Europa, es intolerable.
¿Y qué puede pasar?
Si no cambiamos nada, la democracia y el Estado de Bienestar seguirán
degradándose. Los Estados europeos van a la deriva y cada vez más
dispersos, y las derechas cada vez son más fuertes. En los años 30 del
sigo pasado ya vimos a dónde nos lleva eso.
¿Propone salir del euro?
El euro debería suponer un avance en la unidad de Europa.
Desgraciadamente está ocurriendo lo contrario. Los desequilibrios que ya
eran fuertes antes de la introducción del euro, se han vuelto incluso
mayores. Como se ha fallado en conseguir una unión monetaria con una
moneda única, el euro se ha desbaratado.
¿Cuál es la alternativa?
Estados miembros como Grecia deben tener la oportunidad de regresar al existente MTC II
[como Dinamarca, un mecanismo europeo de cambio con moneda propia] y
tener una moneda nacional que pueda fluctuar, apreciarse y devaluarse.
El Banco Central Europeo debería estar oblifado a apoyar la moneda.
Entonces, los Estados tendrán la oportunidad, con sus economías de nuevo
competitivas, reducir el paro. Una política monetaria soberana con un
control democrático del banco central es un prerrequisito para financiar
inversión.
Sería una especie de Plan Marshall, que aprovecha las
posibilidades de la política monetaria para reducir desequilibrios.
España tampoco puede resolver por sí misma sus problemas con recortes en
salarios y en el Estado de Bienestar.
¿El referéndum de Grecia acabó en una derrota de la izquierda?
El referéndum fue una victoria de la izquierda. Pero la genuflexión del
Gobierno griego, forzada por los Estados miembros, ante las
"instituciones" europeas fue un duro revés. La izquierda debe abordar lo
que no se discutió suficientemente antes del triunfo de Syriza: cómo un
Gobierno de izquierdas puede desembarazarse del secuestro neoliberal.
¿Los votantes entienden el plan B? En la campaña electoral española no
se habla de ello, y en las últimas elecciones griegas y portuguesas no
han respaldado a los partidos que lo abanderaban...
Siempre es difícil hacer campaña sobre el sistema monetario. Henry Ford
decía: "Si la gente entendiese el sistema monetario, tendríamos una
revolución antes de que amanezca mañana". Sin embargo, uno debe hacerlo
en campaña, y la alternativa es confrontar de la siguiente manera: altas
tasas de paro, recortes sociales y en salarios; o una moneda nacional
que se pueda depreciar para que la economía se vuelva a poner en pie.
¿Es Alemania un enemigo de Europa?
El principal problema en Europa son los recortes salariales alemanes.
En Alemania, los acuerdos salariales durante muchos años han sido por
debajo de la productividad y la inflación. Los trabajadores alemanes
tienen los mismos problemas que sus colegas europeos.
La línea divisoria
no es entre Alemania y el resto de Europa, sino entre el capital y el
trabajo. Cuando el capital alemán, una fuerte economía exportadora,
apoyó una política servil, especialmente exitosa en los recortes
salariales y en bienestar en todos los países europeos. Por eso
necesitamos el plan B, para luchar contra los recortes salariales y de
derechos en toda Europa." (Entrevista a Oskar Lafontaine, Andrés Gil
, eldiario.es, 09/12/2015)
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