"(...) El Viejo Topo.- El Acuerdo final para la terminación del
conflicto y la construcción de una paz estable y duradera suscrito entre
el Gobierno de Colombia y las FARC-EP es un texto de 297 páginas.
¿Cuáles son en su opinión los aspectos más relevantes del Acuerdo?
Yezid Arteta.- El aspecto más relevante de los Acuerdos de
La Habana tiene que ver con su enfoque territorial. En procesos de paz
anteriores con agrupaciones rebeldes (M-19, EPL, CRS, PRT y Quintín
Lame) las partes pactaron beneficios para los combatientes mientras la
situación de marginalidad en los territorios no se modificó.
El acuerdo
con las FARC-EP corrige esta deuda histórica con las comunidades que han
vivido en primera persona las consecuencias de la guerra. Esto se
traduce en una potente inversión económica en centenares de municipios
dirigida a resolver los problemas estructurales que originan el
conflicto.
Los acuerdos contemplan la entrega de tierras y créditos a
los labriegos, sustitución gradual de los cultivos ilícitos y la puesta
en marcha de un ambicioso plan de infraestructura vial, educativa y
sanitaria que cobijará a vastas regiones del país. El objetivo de los
acuerdos es atacar las raíces socioeconómicas del conflicto.
EVT.- Más allá del contenido estricto de los Acuerdos
firmados, ¿cuál es el significado histórico y político de estos acuerdos
de paz de La Habana?
Y.A.- Para Colombia es el acontecimiento histórico y
político más relevante desde el asesinato del caudillo liberal Jorge
Eliécer Gaitán en 1948, el cual desencadenó la llamada “violencia”. Dos
generaciones de colombianos han sido tatuadas por la guerra y el
asesinato político.
Para Latinoamérica es el cierre de la vía armada e
insurreccional como método para alcanzar el poder y el momento para
evaluar los aciertos y desaciertos de una forma de lucha que tuvo en
algunos casos orígenes foquistas, voluntaristas o vanguardistas y en
otros –como es el caso de las FARC – fueron el resultado de mutaciones
de grupos de resistencia campesina espontánea en guerrillas móviles con
fines revolucionarios.
EVT.- El próximo 2 de octubre tendrá lugar el referéndum
sobre el acuerdo de paz. ¿Cuál es el estado de opinión de los
colombianos ante el referéndum y qué consecuencias puede tener el
resultado?
Y.A.- Es un exabrupto que a un pueblo se le convoque para
decidir si quiere o no la paz. Sin embargo, la refrendación de los
Acuerdos de La Habana por la vía del Constituyente Primario es saludable
si con ello se logra volverlos atemporales y resistentes a los vaivenes
políticos.
No hay la menor duda de que el “SÍ” a los acuerdos se
impondrá el próximo 2 de octubre, pero es importante que la diferencia
con respecto a los que voten por el “NO” sea considerable a fin de
anular o minimizar a las fuerzas más retrógradas de Colombia que se han
empeñado en mantener un statu quo que beneficia a una minoría ligada a los terratenientes y empresarios que se lucran de los negocios ligados a la guerra.
EVT.- ¿Cuáles son los retos principales para el futuro del
país? El fin del conflicto armado, ¿significa el fin del conflicto en
Colombia?
Y.A.- Son dos los retos. El primero es no dejar que los
Acuerdos de La Habana, por falta de voluntad o escasez de recursos, se
vuelvan papel mojado. El segundo reto es el de conseguir la supresión
del asesinato como práctica política.
Si en los próximos dos años se
logra implementar una buena parte de los acuerdos, es palmario que
estaríamos ante un país distinto y en unas condiciones favorables para
alcanzar transformaciones más complejas del actual modelo económico
. La
izquierda y los movimientos sociales tienen mucho que ganar con la
implementación de los acuerdos. El conflicto armado se volvió una
especie de pared contra la que se chocaba la izquierda política y
social. El establecimiento colombiano tiene varias asignaturas
pendientes con las mayorías sociales y el fin del conflicto armado será
una brillante ocasión para encauzar las luchas populares."
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