"El grado de sobreendeudamiento que sufre España ha venido para
quedarse, ya que salvo una quita global, y no se espera a corto plazo,
hemos entrado en la fase de estancamiento a largo plazo típico de
economías envejecidas y baja productividad.
El sobreendeudamiento en España ya es crónico
En general, hay un cierto consenso en que no se puede pagar la totalidad de la deuda sin estrangular el crecimiento a largo plazo,
cifrado según FUNCAS en más de de 2p.p a largo plazo por cada 10% de
incremento del pasivo. Siendo estas cifras discutibles, como todas las
que se estiman por métodos econométricos convencionales ad hoc, es
bastante plausible que la rémora de la deuda sea notable en los próximos
años.
Hoy España ha batido el récord histórico y acumula un pasivo de 1,07 bill €, el equivalente al 101% del PIB,
a lo que hay que unir la enorme deuda externa, 1,15 bill€, el 106% del
PIB, gracias a la propensión de las administraciones públicas y sector
financiero a pedir prestado, ante la incapacidad para generar
crecimiento y negocio dentro de nuestras fronteras.
La mezcla de deuda a
largo plazo, crecimiento bajo, baja productividad y envejecimiento es
letal, y de nuevo nadie se acuerda de ponerse de acuerdo en poner
soluciones a largo plazo.
Recientemente, el FMI, cuyos economistas empiezan a ver la luz tras los
años oscuros de la obsesión por la austeridad y la consolidación fiscal,
han descubierto que los países del Sur de Europa, España, Grecia, Portugal e Italia,
aunque también otros, tiene un grave problema de envejecimiento,
productividad, y por ende de salarios, desigualdad y estancamiento a
largo plazo.
Si a esto unimos, la falta de cualificación de una parte
muy importante de la población, tenemos un cóctel explosivo, cuyas
consecuencias no se están transmitiendo a la población, tal vez porque
los que lo deberían hacer ni están preparados, lo cual es malo, o
simplemente no les importa. (...)
La transición de una economía agrícola a otra de servicios, no hay que
olvidar que la revolución industrial se nos pasó, ha degenerado en un
compendio de estructura productiva formada por carteles u oligopolios
multiservicios, que viven del BOE en España y de adjudicaciones fuera de
España no siempre transparentes y el resto un abismo de PYMES y
autónomos, mal llamados emprendedores.
Esta estructura, una vez nublado
el boom de la construcción, no es capaz de llenar el vacío de la
cantidad de trabajadores que se van quedando por el camino, elemento
deseado y propiciado, en parte por las grandes coaliciones de intereses
económicos y financieros, que observan con nítida satisfacción como el factor trabajo poco cualificado es una garantía de supervivencia de este modelo productivo.
Gracias a la deflación salarial y la escasa formación, somos capaces de impulsar mercados saturados de servicios,
el turismo low cost, cuya productividad es ínfima, pero que lucra a una
parte no desdeñable de supuestos empresarios que son capaces de pagar
17€ la jornada laboral en Baleares para una camarera de planta en un
hotel.
Pero también somos capaces de ser las maquilas del sector del
automóvil y sacar pecho de ello, aunque hayamos perdido por el camino
todos los centros punteros de I+D, a cambio de mantener un empleo que
mantiene el pulso bajo de la actividad industrial en el único sector
realmente intensivo en mano de obra que nos queda.
Con estas premisas, el envejecimiento avanza a pasos agigantados,
la esperanza de vida se alarga, de momento, y los gastos en sanidad se
recortan, en un intento, sin duda, de reducir la factura sanitaria que
presiona el déficit y la deuda y nos convierte en el paraíso de la
jubilación, para los que tengan pensiones británicas o alemanas.
En resumen, si nadie lo remedia, la deuda se podría hacer impagable en
un contexto de estancamiento con baja productividad. Sin una mejora
significativa de la empleabilidad, algo complicado en un mundo sin
producción y sin inversión, nos espera un largo túnel hacia el desempleo
crónico, el descenso de la esperanza de vida, y la muerte como sociedad
avanzada. " (Alejandro Inurrieta, Vox Populi, 21/08/16)
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