"Los que pensaban que no iba a dar el paso se han vuelto a equivocar.
El presidente de Estados Unidos, Donald John Trump ha firmado una orden
ejecutiva para empezar la construcción de un muro de 3.000 kilómetros en
la frontera con México, que, además, pagarán los mexicanos, para
combatir la inmigración ilegal y a los carteles de la droga.
Lo que
prometió, por primera vez en la Convenciónrepublicana de Cleveland entre
gritos de “Build the wall!” (“¡Construye el muro!), ha empezado a ser
realidad con esa orden firmada solemnemente por Trump ante familiares de
víctimas de indocumentados en la frontera.
Una frontera que se
quiere controlar con ese nuevo muro de cuatro quince metros de altura,
casi tres veces lo que es la Muralla China, una de las pocas
construcciones que se ve desde el espacio, para evitar la entrada en el
país de indocumentados, algo que no se ha conseguido con los 1.300
kilómetros de vallas que funcionan actualmente.
Hay que tener en cuenta
que cada día cruzan la frontera entre México y Estados Unidos, unos
300.000 vehículos y un millón de personas que trabajan, estudian,
comercian o visitan por turismo el otro lado. También 15.000 camiones de
transporte circulan diariamente. El intercambio comercial en la
frontera es de 1.000 millones de dólares diarios.
El presidente
norteamericano está empeñado en que la construcción de ese muro lo pague
México a través de un impuesto a las remesas que los emigrantes
mexicanos envían a su país. El año pasado, esas remesas se elevaron a
25.000 millones de dólares, un capítulo importante de la economía
mexicana, ya que hablamos de una economía que, además, depende de
Estados Unidos (el noventa por ciento de sus exportaciones y el 55% de
sus importaciones), y que ya se ha visto afectada con el hundimiento del
peso con las sucesivas declaraciones de Trump contra las empresa
norteamericanas que fabrican en México, y que venden sus coches en
Estados Unidos.
Algunas de ellas ya han anunciado que se van y otras han
congelado sus proyectos de expansión en el país. El problema es que,
además del muro, para “mejorar la seguridad de EEUU. “, Trump también ha
prometido “cancelar visas” a mexicanos y “elevar las tarifas” de las
tarjetas de cruce fronterizo, lo que impactará directamente a la
economía local.
La orden ejecutiva firmada este miércoles por Trump, en la que, también
se incluye no dejar entrar en el país a ciudadanos de países llamados
“conflictivos” (Siria, Libia, Somalia, Irán, Irak y Sudan ), ha elevado
notablemente la tensión diplomática con México, que está dispuesto a
romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos (una delegación ya se
encuentra en Washington para negociar) si, efectivamente, se introduce
una tasa a las remesas para que el muro lo terminen pagando los
mexicanos, y si se cambia el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAM) firmado en 1992 por Estados Unidos Canadá y México, de una
forma que perjudique al país. (...)" (José Oneto, República.com, 25/01/17)
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