4.5.17

"Estamos empezando a llamar empleo a cualquier cosa, aunque sea precario, inestable y mal pagado"

"EAPN son las siglas en inglés de la Red Europea Contra la Pobreza. Es una vasta red que representa a 8.200 organizaciones que funcionan como muñecas rusas: a su vez, incluyen a otras tantas entidades sociales que se ocupan bien de territorios específicos, bien de colectivos específicos, bien de problemáticas específicas; siempre, en torno al problema de la pobreza. 

En España, la EAPN, que durante los años noventa se había ido desinflando a fuerza de inanición, tuvo que reinventarse apresuradamente principios del siglo XXI, cuando la Unión Europea esbozó su estrategia antipobreza. 

A pesar de la existencia de pesos pesados como Cáritas, Cruz Roja, el Secretariado Gitano y tres organizaciones territoriales potentes, faltaba un interlocutor global, un gran paraguas de apoyo. Dos días antes de la rehabilitación formal de la EAPN, Carlos Susías se enteró de que iba a ser su presidente.(...)

En las últimas décadas solíamos ligar siempre empleo y salida de la pobreza. Ahora hacer muchas cosas no garantiza llegar a final de mes. ¿Es nuevo de esta crisis? ¿Qué implicaciones tiene?


No es algo nuevo, aunque tras esta crisis el fenómeno se profundiza. En 2007, cuando no había estallado la crisis, la Comisión Europea empezó a hablar de trabajadores pobres. Se generaron en la época de mayor crecimiento. (...)

 Hoy estamos empezando a llamar empleo a cualquier cosa, aunque sea precario, inestable y mal pagado. Cuando se dice que la recuperación se basa en la recuperación del empleo hay que ir con cuidado; si creamos empleo sin apellido podemos estar estafando a la gente, podemos estar modernizando un sistema que ya se había abolido hace más de un siglo. No hay más que mirar la bajada del peso de las rentas salariales en el producto interior bruto (PIB). 

Entiendo que, según usted, ahora tenemos empleo sin apellido.

Vivimos en cierta dualidad. Claro que existe empleo de elevada cualificación. Y a la vez, de la peor. Encima, empezamos a hablar de si habrá empleos para todos. Seguramente, el tipo de empleo que hay ahora para todos no exista igual en el futuro, habrá que afrontar cambios serios en nuestro modelo social.

 Pero en ese interregno, la gente necesitará ingresos suficientes para cubrir sus necesidades. Por eso no hablamos de una renta mínima garantizada, sino de un conjunto de garantías de rentas: ya proceda del empleo, de la pensión o de los sistemas de rentas mínimas, el sistema debe permitir a las personas vivir dignamente y cubrir sus necesidades. 

¿Qué está pasando? ¿La pobreza disminuye pero los pobres son más pobres?

Siempre que hay crisis aumenta la pobreza. Cuando pasa la crisis, la pobreza se estabiliza, pero no se reduce. Cuando llega otra crisis, la pobreza vuelve a aumentar, pero arranca desde el nivel en el que se quedó en la anterior crisis.

 Ahora estamos en un momento de estabilización. Quiero decir que si antes había nueve millones de personas en riesgo de pobreza en España, ahora nos estabilizamos en 13,3 millones. Y si en el futuro viene otra andanada, partiremos de 13 millones.

Y eso creciendo por encima del 3%.

La idea de que basta con crecer para acabar con la pobreza porque primero se crece y luego se distribuye es una tontería. Es falsa, porque no se cumple.  (...)

La pobreza tiene muchas caras. ¿Cuál le preocupa más?

Igual que no vale hablar de empleo sin apellidos, cuando hablamos de pobreza debemos ser críticos con los apellidos que se le suelen colgar a la pobreza: pobreza energética, infantil, feminización de la pobreza, pobreza cultural… 

No vamos a encontrar ningún niño rico en una familia pobre. No vamos a encontrar ninguna familia rica que sufra pobreza energética. La pobreza infantil y la energética tienen que ver con la pobreza de las familias, con el conjunto de las garantías de ingresos. Actuar sólo sobre la pobreza con apellidos es poner parches. (...)

Sí se producen situaciones específicas.

Sí, pero cuando se dan, estamos ante un problema de ingresos insuficientes. Hay que ir a la raíz. No sé, algunos muy modernos intentan evitar cada vez más el uso de la palabra pobreza, dicen que es un término general y antiguo. Yo digo que lo que es muy antiguo es la pobreza. 

¿Y ese ataque por quién va?

En EAPN no somos organizaciones homogéneas, pero no pensaba tanto dentro del movimiento. Pienso en personajes que puedes encontrarte dentro de cualquier parte del espectro político, también en la izquierda. A veces, algunos sectores son tan modernos que pueden hacer planteamientos de los años setenta.

 No se trata de que haya partidos que no quieran hablar de pobreza, sino de personas con pensamiento más liberal que prefieren hablar más de desigualdad. La gente está mal no porque haya más desigualdad, que también, sino porque es pobre.

¿España tiene un plan contra la pobreza?

No. Pero tan injusto sería decir que en España no se está haciendo nada contra la pobreza como mentira sería decir que hay un plan. Si no fuera por los servicios sociales, los servicios de las autonomías, las entidades sociales... (...)

Para la pobreza infantil sí se presentó.

Existe una estrategia muy dialogada para niños y adolescentes con una dotación económica muy poco significativa, una gota de agua en un océano. Pero bienvenida sea. Lo que no hay es un sistema de prestaciones por hijo de verdad.

 España es uno de los siete países de la UE que no la tienen, pese a que está en uno de los peores lugares en pobreza infantil. No hay que olvidar que, pese a la crisis, España figura entre los países más ricos del mundo... (...)

¿Se refiere a que son datos relativos? ¿A que hay que ser más pobre para ser considerado pobre en una situación de empobrecimiento general como la actual?

Usted está hablando de los datos de pobreza relativa. [Se está dentro del umbral de pobreza si los ingresos del hogar no alcanzan el 60% de la mediana de la renta del país.] Eso, además. Pero encima, a diferencia del PIB, en que se cuenta la riqueza por habitante, en pobreza se utiliza el concepto de unidad de consumo. Esto significa que en una familia con tres hijos, un primer adulto computa por uno; el segundo adulto, por la mitad; y cada hijo, por un tercio.

Los niños pueden generar más gasto imprescindible que un adulto...

¡Pero se cuenta así! Y aun así, en una tertulia se puede oír tranquilamente que las entidades exageran, como si nosotras hubiéramos inventado el modo de medir. Son metodologías de organismos internacionales acordados por la UE en 2009 y 2010, el indicador AROPE. 

Como el de pobreza relativa les resultaba muy feo y no les gustaba, buscaron otro al que le añaden otros dos componentes: privación material severa y baja intensidad en el empleo. Pero al meterlo, aún han empeorado más los datos. Con la crisis, la pobreza se hace más extensa pero, sobre todo, más intensa.   (...)

Pero hay un no querer ver. Además, si tienes una tasa AROPE del 28,3%, en las familias monoparentales es del 52%. ¡Algo habrá que hacer! 

Ese no querer ver se observa en la dilución estadística de la pobreza de los mayores. 

Sí. Algunos han llegado a decir que la situación de los mayores había mejorado, dada la estabilidad de la renta procedente de las pensiones, frente a la debacle del empleo que ha tenido lugar en las generaciones más jóvenes. 

Sin embargo, lo que ha ocurrido es que el umbral a partir del cual se considera estadísticamente que una persona se halla en riesgo de pobreza ha bajado. En España, si ese umbral fuera el mismo que el del primer año de la crisis, 2008, podría haber cerca de un millón de personas más en situación de la pobreza.  (...)

Son muy críticos con las diferencias entre los sistemas de rentas mínimos de las distintas autonomías. ¿Por qué?

Vivimos en un maravilloso mundo de siglas. Cada uno tiene la suya. Cuando nos preguntan qué nos parece una renta básica universal, para todos los ciudadanos, que se revierta fiscalmente, pues nos parece muy bien.

 Pero mientras la articulamos ¿qué ocurre? En España, además de la renta de inserción estatal, cada comunidad más Ceuta y Melilla tiene su sistema de renta mínimo distinto y no se hablan entre ellos. Cada uno, con sus condiciones. Y durante la crisis han aumentado, otro modo de decir que es más difícil el acceso a las ayudas.

¿Son también cuantías muy diferentes?

No tiene nada que ver lo que recibe un ciudadano en Murcia con lo que recibe en el País Vasco [en Euskadi el conjunto de ayudas puede ser del doble, 665 euros sobre 300 euros al mes]. No es un sistema portable de una comunidad a otra. (...)

Planteamos una renta mínima estatal no que sustituya a las autonómicas, sino que sea complementada por éstas. Y que deban cumplirse ciertas condiciones de ingresos que simplifiquen el acceso a esas rentas mínimas, porque enlaza con el discurso de bajar los impuestos directos. Se habla de la necesidad de devolver el dinero de la sociedad a la sociedad, pues la vía más clara de hacerlo es con un sistema de rentas mínimas. Va a las capas sociales más bajas. 

¿Es posible avanzar en cualquier dirección sin una profunda reforma fiscal?

Es muy importante contratar médicos, enfermeros, educadores sociales, maestros… pero nos hace falta como el comer un batallón de inspectores de trabajo y de inspectores fiscales. Contratarlos también es hacer política social. Hay que profundizar en la lucha contra el fraude, la evasión y la elusión fiscal. No es una cuestión de subir o bajar impuestos. La cuestión es qué impuestos se suben o bajan y a quién.  (...)

¿Se sienten utilizados a menudo por los políticos para poder hacerse la foto?

La verdad es que en este asunto hay mucho mito. Ciertamente, algunas fotografías puede que no sirvan para nada. Pero me parece legítimo que un responsable político que asuma una apuesta quiera publicitarla. También lo utilizamos nosotros para poner en valor un objetivo que podamos haber logrado. 

Lo que no podemos decir es que somos apolíticos. Sí tenemos que luchar por ser apartidistas, pero no podemos ser apolíticos. Cuando decimos que estamos contra la pobreza, que estamos a favor de una política de la vivienda, a favor de un nuevo modelo social, a favor de revisar la fiscalidad, de revisar el sistema de contratación pública... eso tiene una carga política evidente.(...)

¿Hasta qué punto el buenismo ha resultado perjudicial para el sector?

Con buenismo no se va a ninguna parte. Incluso la puedes fastidiar. Hay que ejercer como un lobby de presión, aunque ahora seamos uno pequeño comparado con otros. Tenemos vocación de influir en las políticas públicas para que se atienda a las personas que ya han incurrido en una situación de pobreza. Son personas que necesitan comer mañana. 

Y al mismo tiempo hacen falta políticas planificadas, que puedan prevenir que otras personas caigan en la pobreza. Respuestas inmediatas y otras de prevención.  (...)"      (ENTREVISTA / Carlos Susías, EAPN-España, publicada en el número de abril de la revista Alternativas Económicas., en eldiario.es, 02/05/17)

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