15.9.17

¿Qué salió mal con los loables objetivos del chavismo? ¿Podría haberse evitado esta tragedia? Sí, si la revolución chavista no se hubiese quedado a menos de la mitad

"Mientras el régimen de Maduro intenta imponer su nueva Asamblea Constituyente como rival o sustituta del actual Congreso de Venezuela y arresta a los líderes de la oposición pro-capitalista, la grave situación económica y social del país sigue empeorando. (...)

En 2013, advertí que los logros de la 'revolución bolivariana' con Chávez estaban seriamente amenazados. Chávez había mejorado las condiciones de los más pobres con el aumento de los salarios, los servicios sociales y la reducción de la desigualdad. Sin embargo, estos sólo podían aumentar en los confines de la economía capitalista mediante el uso de los ingresos de las exportaciones de petróleo en un momento de precios muy altos del petróleo. Pero los precios del petróleo comenzaron a caer y prácticamente se han reducido a la mitad en los últimos dos años.
Las exportaciones de petróleo se redujeron en $ 2.200  per cápita de  2012 a 2016, de los cuales $ 1.500 se debieron a la disminución de los precios del petróleo. El gobierno de Maduro comenzó a acumular enormes deudas externas para tratar de mantener el nivel de vida. Venezuela es ahora el país más endeudado del mundo. Ningún país tiene una deuda externa pública mayor en proporción del PIB o de las exportaciones, o tiene un servicio más elevado de la deuda como porcentaje de sus exportaciones.  (...)

Erika Guevara, directora de la Oficina Regional de Amnistía Internacional para las Américas escribió en junio de 2016: “el Hospital de Niños JM. De los Ríos en Caracas, que una vez fue un orgullo como modelo de atención pediátrica en Venezuela, hoy es un símbolo trágico de la crisis que está barriendo al país sudamericano. La mitad del gigantesco edificio se derrumba, las paredes se tambalean, los suelos se inundan y las habitaciones están tan deterioradas que ya no se utilizan. A pesar de ello, cientos de niños están siendo tratados. Pero tanto los medicamentos como los suministros médicos básicos son escasos, y las madres de los niños ya han renunciado a exigirlos. (...)”.

Antes de Chávez, la mayoría de los venezolanos eran extremadamente pobres tras una serie de gobiernos de la derecha capitalista. Pero ahora, una vez más, bajo Maduro, esta es la situación de los pobres y la mayoría de la clase trabajadora venezolana. No es de extrañar que el apoyo al gobierno de Maduro ha disminuido, mientras que las fuerzas de la reacción se hacen más fuertes. Mientras que la mayoría lucha, muchos en la jerarquía superior del gobierno de Maduro viven tan cómodos como los capitalistas venezolanos y sus partidarios que están tratando de derrocar al gobierno.
El gobierno de Maduro depende cada vez más no del apoyo de la clase obrera, sino de las fuerzas armadas. Y el gobierno se ocupa de ellos también. Los militares pueden comprar en mercados exclusivos (por ejemplo, en las bases militares), tienen un acceso privilegiado a préstamos y compras de automóviles y viviendas, y han recibido aumentos salariales sustanciales. El ejército también ha obtenido contratos lucrativos, gestionando los controles de cambio y los subsidios -por ejemplo, la venta de gasolina barata comprada en los países vecinos- con grandes ganancias.  (...)

Sectores importantes de las élites del gobierno de Maduro han utilizado la crisis económica para su propio beneficio personal. Han comprado deuda pública con fuertes rendimientos, mientras que al mismo tiempo se aseguran que no habrá una bancarrota pública, todo ello a expensas de la caída de los niveles de vida de la gente que debe pagar esta deuda a través de los impuestos y los ingresos del petróleo no percibidos. Las divisas destinados al pago de la deuda externa ha sido compensadas por la reducción de las importaciones de alimentos, medicamentos o insumos industriales esenciales.
Así, mientras los manifestantes anti-gubernamentales luchan contra la policía y el ejército en las calles y el gobierno de Maduro evoluciona cada vez más hacia un régimen autoritario, la clase obrera se queda sin amparo. El programa económico y social de la oposición es el tradicional de los capitalistas nacionales apoyados por el imperialismo: a saber, la reforma de las leyes laborales (es decir, más explotación y saqueos), la privatización o la re-privatización de las empresas estatales, la desregulación de los controles sobre la inversión ( es decir, garantizar una alta tasa de explotación laboral) y, por supuesto, la liberación de precios y la unificación de los tipos de cambio. La implementación de este programa impondría aún más recortes en su nivel de vida a la mayoría. Al igual que las sanciones previstas por el imperialismo norteamericano y sus acólitos en la región.
¿Qué salió mal con los loables objetivos del chavismo? ¿Podría haberse evitado esta tragedia? Sí, si la revolución chavista no se hubiese quedado a menos de la mitad, dejando la economía predominantemente bajo el control del capital. En lugar de ello, los gobiernos chavistas y Maduro se apoyaron en los altos precios del petróleo y sus enormes reservas de hidrocarburos para reducir la pobreza, pero no para transformar la economía a través de la inversión productiva, la propiedad estatal y la planificación.
 Entre 1999 y 2012 el Estado tuvo ingresos de $ 383.000 millones del petróleo, debido no sólo a la mejora de los precios, sino también al aumento de las regalías pagadas por las transnacionales. Sin embargo, estos ingresos no se utilizaron para transformar los sectores productivos de la economía. Sí, algo se utilizó para mejorar el nivel de vida de las masas más empobrecidas. Pero no había un plan de inversión y crecimiento. Al capital venezolano se le permitió seguir adelante operando como siempre - o no, según fuese el caso. De hecho, la participación de la industria en el PIB se redujo del 18% en 1998 al 14% en 2012.
Ahora la derecha pro 'libre mercado' nos dicen que Venezuela demuestra que el 'socialismo' no funciona y que no se puede escapar a los rigores del mercado. Pero la historia de los últimos diez años no es la del fracaso del 'socialismo' o de la planificación, sino la del fracaso para poner fin al control del capital en un (cada vez más aislado) país capitalista aparentemente débil con un único activo: el petróleo.
 No hubo inversión en la gente, en su formación, en el desarrollo de nuevas industrias y la innovación tecnológica: todo ello se dejo en manos del sector capitalista. Basta comparar con el 'socialismo con características chinas', aunque en un país más grande que ahora es la mayor economía del mundo.
Hace poco más de un año, escribí  en una nota que, para salvar los objetivos del chavismo, “es probable que sea demasiado tarde, ya que las fuerzas de la reacción ganan terreno cada día en el país. Parece solo estamos a la espera de la decisión del ejército de cambiar de bando y expulsar a los chavistas”.                 (Michael Roberts , Sin Permiso, 06/08/2017)

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