13.4.18

Entre 2013 y 2016, empresas norteamericanas en colaboración con el ya exministro José Manuel Soria, consiguieron sacar de la agenda política a las energías renovables y desviar los esfuerzos del Estado hacia los hidrocarburos. Ése fué el origen del 'impuesto al sol'

"Entre 2013 y 2016, empresas norteamericanas y canadienses, asociadas en el grupo de presión Shale Gas España y en clara colaboración con el ya exministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, consiguieron sacar de la agenda política a las energías renovables y desviar los esfuerzos del Estado hacia los hidrocarburos.

 Con una serie de cambios legislativos a nivel nacional (ley de Hidrocarburos), el Partido Popular abrió las puertas a la extracción de unos 700.000 millones de euros en forma de gas natural que, aseguraban, yacen en el subsuelo español, para lo que haría falta tirar del polémico método del fracking (extracción de gas a grandes profundidades introduciendo agua y productos químicos a presión para fracturar la roca).

Ese año de 2016, sin embargo, las diferentes trabas administrativas a nivel autonómico y el abaratamiento global de los precios del crudo y el gas acabaron forzando a las empresas interesadas en el subsuelo español a abandonar toda esperanza de extracción.

 Las prospecciones por fracking se paralizaron, las exploraciones de nuevos yacimientos se hicieron imposibles y, al final, como siempre, la factura de estos fracasos empresariales muchas veces la pagó el Estado.

 Ahí tenemos el fiasco del almacén de gas Castor, que ha significado unas pérdidas para el Estado en compensaciones a la empresa ACS por valor de 2.419 millones de euros, y que repercutirá directamente en la factura de los consumidores. (...)

Aun así, el último proyecto de Estrategia de Seguridad Energética Nacional en España, aprobado en el Consejo de Seguridad Nacional de 20 de julio de 2015, presidido por el rey Felipe y compuesto por Mariano Rajoy y otros ministros, entre ellos José Manuel Soria, abogaba por “impulsar la investigación y explotación de yacimientos de hidrocarburos y diseño de planes de viabilidad para la extracción de estos recursos en el territorio en condiciones medioambientales apropiadas”. 

Por supuesto el texto también defendía el uso de las renovables para otorgar más autonomía energética a España, pero tan sólo tres meses después el Gobierno aprobaba el ya conocido como “impuesto al sol”.
 
Tanto en España como en Portugal, nada hace prever un cambio en los paradigmas energéticos a corto plazo: cualquier cambio de dinámicas tendrá que pasar por la conveniencia de las empresas privadas del sector. 

Según João Camargo, en los contratos (entre el Gobierno portugués y las empresas energéticas) lo que aparece siempre es que el 100% de lo encontrado pertenece a la concesionaria, los royalties (pago al Estado de un porcentaje de la producción por el derecho de explotación en su territorio) son muy bajos (entre un 2% y un 10%, según datos cruzados entre varias fuentes dentro del sector), y el arrendamiento pagado por el área usada para la explotación también es muy bajo”.

Tanto Galp como ENI fueron contactadas repetidas veces para este artículo, sin respuesta hasta la fecha de publicación. "                (Daniel Toledo, CTXT, 11/04/08)

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