"La amenaza de pérdidas masivas en el mercado de renta
fija no es nueva. Pero cada vez es más latente y concentrada en algunos
segmentos del sector financiero como las aseguradoras o los fondos de pensiones, alerta el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), en su informe anual, que ya tienen más activos que la propia banca.
El coordinador de los bancos centrales de todo el mundo ha publicado su esperado reporte en el que cada año evalúa las condiciones financieras y macroeconómicas
de todo el mundo. Como es habitual, el BIS pone riesgos encima de la
mesa para que las autoridades monetarias y políticas tomen nota. Esta
vez señala al sector asegurador y a los fondos de pensiones, aunque hace
extensible el riesgo a toda la industria de activos bajo gestión.
Hace un año, la advertencia fue la expansión del crédito en las últimas décadas y el riesgo de que haya un repunte de la inflación
que conlleve alzas en los tipos de interés. Asimismo, señaló que la
próxima crisis es probable que parta del sector financiero, como ha
ocurrido en cada colapso económico desde los años 80. Sin embargo, esta
vez podría partir de segmentos diferentes al de la banca tradicional, lo
que implica un desplazamiento del riesgo sistémico.
La clave está en el mercado de bonos.
Una vez más, una
autoridad señala el riesgo de que haya un colapso a partir del mercado
de deuda. No en vano, el endeudamiento global ha pasado en diez años
desde el 179% del Producto Interior Bruto (PIB) de todo el mundo en 2007
hasta el 217% al acabar 2017, según las estimaciones del BIS, organismo
que lidera Agustín Cartens, exgobernador del Banco de México, desde que sustituyó en diciembre a Jaime Caruana, ex del Banco de España.
Esta bomba de relojería se acerca a los 200 billones (millones de
millones) de dólares, y es más acusada en las economías avanzadas, con
un 269% del PIB, frente a las emergentes, con un 176%. Gran parte de este montante de deuda está en manos de bancos y administradores de activos no bancarios.
Esto es, aseguradoras, fondos de inversión y fondos de pensiones.
Los
fondos, además, prometen liquidez diaria, con lo que una eventual
retirada masiva de dinero pondría al borde del colapso al circuito
financiero. En Estados Unidos, los fondos cuentan con el 16% de la deuda
corporativa, frente al 7% de 2005.
El riesgo sistémico que describe el BIS es que las subidas de tipos
de interés y pérdidas en el precio de los bonos (por su relación
inversa) provoquen una ola de reembolsos que acelere este círculo
vicioso y ponga en dificultades el sistema. Por una parte, a los propios
gestores de activos y a las entidades depositarias que tengan que
cumplir los clientes. Por otra, a los tenedores por la pérdida de valor
de las carteras, en este caso bancos y aseguradoras.
"Nos tememos que
los intentos de liquidación de carteras de bonos de grandes
institucionales y fuertes salidas de ETF de renta fija pueden provocar situaciones de extrema volatilidad e iliquidez, como se ha visto en el caso italiano en las últimas semanas", advierte Carlos Barceló, de Attitude Gestión.
El aviso del BIS no es nuevo. En los últimos dos años el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Inglaterra
ya han advertido en diferentes documentos del riesgo que supone la ola
de la gestión pasiva o el aumento del endeudamiento global, aunque el
coordinador de las autoridades monetarias es más concreto al apuntar a
la industria de la gestión de activos y a los depositarios.
"Los
administradores institucionales no bancarios de activos, que van desde
compañías de gestión de inversiones hasta fondos de pensiones y
aseguradoras, han crecido fuertemente en la última década", expone el
BIS. En concreto, han alcanzado un volumen de activos de 160 billones, superando las cifras que maneja la banca tradicional.
Los motivos del crecimiento, apuntan, incluyen "la demanda creciente de
inversiones a largo plazo o la búsqueda de rendimientos en un entorno
de tipos de interés bajos, que han impulsado el aumento de los fondos de
inversión abiertos y los ETF", añade el informe anual.
Todos estos gestores de activos están "interconectados" en el circuito
financiero, lo que eleva el riesgo sistémico ante cualquier shock. (...)
La banca también estaría amenazada por un eventual colapso del mercado de bonos por su labor de custodia. "Los bancos depositarios
podrían estar expuestos a grandes retiradas de depósitos por parte de
los gestores de fondos y al aumento de exposición crediticia a estos",
señala el BIS. (...)" (Óscar Gímenez, El Confidencial, 01/07/18)
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