Me ha abierto la puerta a muchas experiencias, ha confiado en mí para formar parte de la dirección de IU y de EUIB y también me ha permitido trabajar en diferentes instituciones de Baleares ( a veces en el gobierno y a veces en en la oposición). Lo más importante, sin embargo, es que me ha permitido conocer a muchísimas personas capaces, honestas y valientes
A pesar de todo ello, ha llegado un
momento en el que pienso que lo más honesto por mi parte es darme de
baja en IU y, al mismo tiempo, dejar constancia en este escrito de las
razones que me han llevado a tomar esta esta difícil decisión. (...)
La línea política implementada por la actual dirección adolece
de un vicio mayor: la pérdida de contacto con la realidad, el desprecio
por un concepto tan esencial como la correlación de fuerzas (medir con
objetividad tu propia fuerza y la de tus adversarios) y, en definitiva,
la falta de una estrategia y una táctica útiles para avanzar.
El avance espectacular de la derecha y la
extrema derecha en Europa y en el mundo no debe hacernos renunciar a
ninguno de nuestros valores ni de nuestros objetivos estratégicos
(proceso constituyente, movilización social, etc.) pero sí que nos
obliga a hacer un discurso inclusivo y a tejer una política de alianzas
amplia que nos permita tener algunas posibilidades de éxito a la hora de
hacer frente al tsunami ultraconservador.
IU ha hecho todo lo contrario: ha
radicalizado el discurso; ha trazado fronteras con enemigos internos
tanto muertos (Carrillo) como vivos (Llamazares); ha trazado fronteras
con el PSOE en tanto que lo considera parte del “bloque monárquico y antidemocrático del 155” y del “régimen del 78”
(una manera fina de expresar el famoso PSOE-PP la misma mierda es) y, a
diferencia de Podemos, se sitúa como “oposición” al actual gobierno
de Pedro Sánchez (no como parte de una mayoría parlamentaria).
Que hace un mes, en el máximo órgano de
dirección de IU, un destacado dirigente de de la organización
manifestara que “Errejón es el nuevo Carrillo” y que a Pablo Iglesias
parece que le está tentando eso de ser la figura de “hombre de Estado”
que en su día fue Carrillo, nos da una idea de los vientos que corren en
la dirección federal
En este sentido, el rumbo marcado hace
unos meses en el Congreso del Partido Comunista de España (un partido
que ha recuperado protagonismo en la marcha de IU y de cuya dirección
forma parte Alberto Garzón) no está ayudando, precisamente, a superar
nuestro divorcio con la realidad. (...)
Por último, y llegado el caso, me ofrezco
a limpiar la sede o a hacer otros trabajos auxiliares de cualquier
fuerza política de izquierdas e independiente que recupere los valores y
lo mejor de la cultura política de IU; que huya del dogmatismo; que
esté dispuesta a llegar a acuerdos con otros sobre la base exclusiva del
programa; que sea honesto en sus análisis y renuncie construir relatos
para galvanizar a sus posibles electores; que valore al movimiento
sindical y al conjunto de los movimientos sociales como un factor
esencial para el cambio; que no prometa lo que no puede cumplir; que
haga política para la gente y no para el propio partido y, lógicamente,
que funcione internamente de acuerdo con los principios de la
democracia, la participación y el debate colectivo
No hay comentarios:
Publicar un comentario