"(...) ¿Un frente antifascista europeo?
Vivimos la cultura del instante y la memoria desaparece de nuestro
horizonte, que es donde realmente juega su papel. Grecia y Tsipras han
desaparecido del debate público y no debería ser así.
El país heleno fue
escarmiento, experimento y, en muchos sentidos, castigo. La presencia
del gobernante griego en septiembre pasado en el Parlamento Europeo no
mereció la atención debida. Tsipras compareció con el orgullo del deber
cumplido y del trabajo bien hecho en representación de un país
transformado.
Tres años después de haber sido propuesto como presidente
de la Comisión por la izquierda alternativa bajo la orientación de “otra
Europa posible”, aparecía como el defensor de esta UE frente a la
barbarie populista. Es más, propuso una alianza que vaya desde Macron
hasta la izquierda, abierta a los liberales y a los conservadores
moderados.
Se podría decir que estos tres años han dado para mucho y que
han terminado por oscurecer cualquier proyecto que no sea la defensa de
la UE realmente existente. Efectivamente, Grecia ha cambiado mucho. Ha
pasado de tener una deuda pública del 135 por ciento del PIB en 2009 al
180 por ciento en la actualidad, el paro ha pasado del 10 al 20 por
ciento y el país ha perdido 400.000 habitantes. Una tragedia asumida a
mayor gloria de esta UE y de los mercados.
La
realidad acaba siempre chocando con el dominio de lo políticamente
correcto. Lo primero que no se quiere analizar es si las políticas que
ha venido realizando la UE antes y después de la crisis tienen que ver
con el surgimiento y desarrollo de nacionalismos excluyentes y de
fuerzas políticas que, por comodidad, definiremos como populismos de
derechas.
A estas alturas pocos dudan de que las políticas de la Unión
han ido desmontando sistemáticamente el Estado social en cada uno de los
países, erosionando los mecanismos de control social y político de los
mercados capitalistas y debilitando el poder contractual de las clases
trabajadoras y sus sindicatos.
La UE ha terminado por constitucionalizar
las políticas neoliberales hasta hacerlas obligatorias y, lo que es más
grave, sancionables, con duras multas para los países que osen
infringirlas. La idea de fondo, el dogma que se impone hoy en el debate
de la Comisión con España e Italia, no es otro que frenar y reducir el
gasto público. El objetivo no es ya el 3 por ciento, sino el superávit
en la fase alta del ciclo.
La democracia ha devenido en limitada porque,
gobierne quien gobierne, tiene que aplicar políticas monetarias y
fiscales de corte neoliberal bajo amenaza de los mercados, del
todopoderoso Banco Central Europeo y de una Comisión intransigente en la
aplicación de los Tratados. ¿Realmente puede sorprender el auge del
populismo de derechas en la UE? (...)
¿Un frente antifascista europeo? Hay una paradoja que no siempre se tiene en cuenta cuando se reclama la defensa de la democracia. Sabemos lo que se quiere decir: defensa de los derechos y las libertades democráticas.
Ahora bien, la paradoja es que,
en muchos sentidos, la propuesta que hay delante y detrás de la UE es
el retorno a una democracia liberal, es decir, poner fin al
constitucionalismo social, a las democracias avanzadas producto del
conflicto de clases y de dos guerras mundiales que tuvieron a Europa en
su centro.
La rebelión de las élites, una vez caído el “imperio del mal”
y desaparecido el enemigo interno socialista, tenía como objetivo la
restauración de una democracia funcional al mercado, supeditada a él,
que expropia la soberanía económica y despolitiza la política. En cierto
sentido, se puede hablar de “norteamericanización” de la vida pública
europea y de una escisión cada vez más clara entre la democracia como
procedimiento y la democracia como autogobierno. (...)
El tipo de capitalismo hoy dominante necesita personas que actúen según las reglas y modos que éste exige. Cuando hablamos del “momento Polanyi” nos estamos refiriendo a un fenómeno que aparece en todas partes: una reclamación fundante de protección, de seguridad e identidad, de nostalgia de un orden basado en la comunidad.
Este nuevo
frentismo confunde los efectos con las causas; pretende combatir el
populismo de derechas sin reparar en las circunstancias que lo han
engendrado; aspira a legitimar instituciones que están en crisis en
todas partes y hace de la conservación de lo existente el fundamento y
el horizonte de lo que está por venir.
¿Realmente se cree que desde
estos supuestos es posible rearmar política y culturalmente un
movimiento de oposición a las derivas autoritarias que experimentan
nuestras sociedades? ¿Alguien piensa seriamente que desde estos puntos
de partida se generarán el entusiasmo, la adhesión y el imaginario
necesarios para una movilización social capaz de ganar y activar a las
mayorías sociales? No lo creemos. Más bien pensamos que será lo
contrario. (...)
La democracia, nuestros clásicos así lo entendieron, se defiende desarrollándola, ampliándola, extendiéndola. Esto significa poner en primer plano la contradicción entre la democracia y el capitalismo.
Más concretamente, exige desmercantilizar,
garantizar los derechos sociales básicos y entablar relaciones
armoniosas con la naturaleza. También significa democratizar la
democracia llevándola a las empresas, a las grandes instituciones
financieras, fomentando formas alternativas de organizar la economía y
la democracia participativa. (...)
Merece la pena recordar una
reflexión que nos dejó Perry Anderson hace algún tiempo en un excelente
artículo:
“para las corrientes anti-sistema de izquierdas, la lección
que hay que sacar de estos últimos años está clara. Si quieren dejar de
ser eclipsados por sus homólogos de derechas, ya no pueden permitirse
ser menos radicales y menos coherentes que ellos en su oposición al
sistema. En otras palabras, el futuro de la Unión Europea depende tanto
de las decisiones que la han moldeado que ya no podemos contentarnos con
reformarla: hay que salir de ella o deshacerla para poder construir en
su lugar algo mejor, con otros fundamentos, lo que equivaldría a arrojar
al fuego el Tratado de Maastricht” (Le Monde Diplomatique, marzo de 2017). (...)" (Manolo Monereo, Cuarto Poder, 15/11/18)
Como alternativa a la salida del euro... europeseta electrónica:
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza, Juan José Santamaría y Juan Güell muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
- Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
- Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
- Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
- Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
- Hay alternativas, incluso dentro del euro. Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/ mmmm
Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
Como alternativa a la salida del euro... europeseta electrónica:
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción, sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza, Juan José Santamaría y Juan Güell muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
- Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
- Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
- Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
- Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
- Hay alternativas, incluso dentro del euro. Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/ mmmm
Más información en: 'Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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