"(...) Nos están avisando, alarmando, incitando a que los ciudadanos de a
pie tomemos decisiones para prepararnos para estas vacas flacas que
están por llegar…
No sé vosotros, pero yo al menos como humilde estudiante con unos
ingresos más que modestos, me pregunto ipso facto ¿cómo? ¿cómo puedo
tomar medidas para protegerme del guantazo de proporciones bíblicas que
me voy a llevar si no tengo ni un euro ahorrado porque un alquiler se
come más de la mitad del sueldo? ¿cómo voy a intentar ahorrar si aparte
del precio del alquiler en el caso de que mi coche de segunda mano y
catorce años reviente se va con él las pocas migajas que he conseguido
ahorrar este mes? (...)
Abusando de salarios bajos, se intentó que esta maravillosa Piel de
Toro conocida como España fuese el proveedor de Europa, que todo el
mundo nos demandase bienes y servicios españoles y la única y grandiosa
forma en la cual lo hemos hecho ha sido a base de salarios bajos y
aumentos salvajes de productividad.
Porque claro, si cobramos poco, nos
partimos el lomo a trabajar y encima tenemos ese buen humor tan español
que nos caracteriza, los alemanes, rusos y chinos nos van a comprar
mucho más y esos sueldos bajos no se van a notar porque los empresarios
van a ganar mucho. ¡Qué grandes que son las contradicciones inherentes
del sistema!
Es triste pensar que 1300€ al mes se considera hoy en día un
salario bueno, teniendo en cuenta que muchos alquileres ya piden 600€ al
mes. Y no me vale la manida excusa de la inflación para no subir los
salarios de los trabajadores, que yo sepa, la ciudad de Seattle
(malditos comunistas estos americanos) subió su salario mínimo de $9.45 a
casi los $15.45 por parte de grandes compañías y que yo sepa la ciudad
no se la ha comido el mar ni los volcanes han hecho estragos con ella
por enfrentarse e indignar a los dioses del capitalismo. Pero
seguramente Seattle sea un caso especial y no extrapolable, como todas
las buenas noticias para los trabajadores.
Nuestro querido pasado gobierno ha conseguido realmente empobrecer a
la clase trabajadora y el que ha venido detrás a matacaballo no tiene la
fuerza de poder arreglar lo que dice que quiere arreglar. Estamos en
una ratonera en la cual es muy difícil salir y depender de que la
patronal nos suba el salario parece más bien una carta a los Reyes Magos
que una medida que se tenga en consideración.(...)
Es verdad que vivimos en un mundo globalizado y que tenemos que
exportar y comerciar para sobrevivir, pero no significa que no se pueda
tener un mercado interior robusto y con un buen poder adquisitivo. En
los países que se mueven por los gustos y tendencias de los demás,
terminan prisioneros de los antojos de otros y sospecho que no queremos
que la ensalada de un ciudadano bávaro sea la que decida el destino de
todos nosotros.
Amigos míos, es verdad, se avecinan tormentas, es más siempre se
avecinarán tormentas, es lo que tiene el capitalismo, que es cíclico,
que no garantiza estabilidad y que es un sistema muy cruel con los más
desfavorecidos. Pero la tormenta que tiene que venir después de esas
tormentas que nos conocemos todos, es la tormenta del cabreo, la
tormenta del basta ya y la tormenta que agite el sistema hasta que
cambie.
No será porque no tenemos ejemplos como el de nuestros abuelos
luchando por sus pensiones, o nuestras kellys revindicando su dignidad
laboral. Tenemos que darnos cuenta de que el que no llora no mama y nos
va a tocar llorar. Menos mal que lo que más cuesta es empezar a moverse y
existe eso a lo que llaman inercia." (Hiscio Belluga, Econonuestra, 18/011/18)
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