12.12.18

Lordon: a pesar que hay cientos de manifestantes gravemente heridos y por lo menos un par de muertos , por las armas policiales, todavía ni un solo medio de comunicación audiovisual importante ha transmitido que está pasando con aquella gente que hace un mes llamaron “buenas personas”... La población demostraría instantáneamente su indignación si tuviera la oportunidad de ver la décima parte de lo que los medios de comunicación tradicionales ocultan, una anciana sangrante o los jubilados gaseados. El adolescente travieso que está en el Elíseo es capaz de cualquier tontería: ha colocado francotiradores con armas de fuego en los edificios parisinos. La imagen es tan impresionante que Le Monde se está preguntando si no ha llegado el momento de dejar de apoyar a su protegido...

"(...) Este sábado, el espectáculo no sólo estaba sólo en la calle. También estaba en las caras desconcertadas de la CNN, de Francia 2, y de casi todos los medios audiovisuales. 

La estupidez  y el asombro tiene una misma raíz etimológica. Los trompetistas del “macronismo revolucionario” han vuelto a sus viejas categorías, las categorías del viejo mundo.  Ahora titubean entre calificar de extrema derecha o de extrema izquierda a los chalecos amarillos (...)

Los medios comunicación han entrado en pánico manifestando en plena luz del día su odio el levantamiento popular. (...)

Se dice que el presidente de la sociedad de la prensa descubrió horrorizado que”los chalecos amarillos no son el resultado de activistas sino de personas comunes y corrientes”.  (...)

¿ nos odian tanto? se preguntan. La respuesta a sus lamentos es Sí, y por las mejores razones del mundo. Después de décadas, ha llegado el momento de cobrarse tanta humillación. Digámoslo ahora mismo, hay demasiados retrasos y por demasiado tiempo. 

Desde las huelgas de 1995, ha crecido la conciencia que los medios de comunicación son vasallos al poder. Los medios han trabajado incansablemente para que la población acepte un neoliberalismo que se profundiza cada vez más .   (...)

El sufrimiento se transforma químicamente en ira, en la misma proporción de lo que se ha negado. Entonces, todo puede pasar, y no debemos sorprendernos. Nada se respeta cuando todo ha fallado; los diputados, los bancos, las mansiones, las prefecturas policiales.

Es cierto que para aquellos que han vinculado su posición y sus ventajas con las circunstancias del momento, y que no han dejado de repetir que no había otro mundo posible, la irrupción de un proceso radical no deja más solución de una lectura : “es aberrante”, “monstruoso”, o mejor aún, es “violento”. Hay que calificarlo de “marginal” y “bárbaro” para justificar el uso represivo de la fuerza policial. Estas dos caracterizaciones ya no son creíbles en Francia

En efecto,  los “chalecos amarillos” ofrecen una figura oximorónica, incomprensible para los poderes. De aquellas  “buenas personas” que se manifestaron al principio a “locos enfurecidos”.
Veamos qué ha pasado : si el pueblo se enfurece es porque lo empujaron al límite. Después de 30 años de neoliberalismo (y 18 meses de guerra social macroniana) grupos sociales enteros han sido empujados al límite.

El régimen cree que lo que no se habla en sus exclusivos círculos no existe. Los medios de comunicación no vieron venir a los “locos indignados”. Pero aquí están, son consecuencia de una larga y silenciosa acumulación de ira; acaban de romper los diques.  (...)

Los chalecos amarillos no serán fácilmente llevados de vuelta a casa. Peor aún, las “buenas personas” que fueron a las primeras manifestaciones, ahora han experimentado en carne propia la violencia policial. Estas “ buenas gentes” al principio quedaron aturdidas. Ahora algunos cargar paletas en una rotonda para construir una barricada.

Apostamos porque un gran cambio se está produciendo en sus mentes. Todas las personas que desde el 2016  hasta el 2018 se manifestaron pacíficamente hoy son calificados como “matones ultras violentos ”, viven la agresión policial y la violencia de los medios de comunicación.  (...)

La población demostraría  instantáneamente su indignación si tuviera la oportunidad de ver la décima parte de lo que los medios de comunicación tradicionales ocultan sistemáticamente los videos con una anciana sangrante o los jubilados gaseados después de una carga policial.  (...)

A pesar que hay cientos de manifestantes gravemente heridos y por lo menos un par de muertos , por las armas policiales, todavía ni un solo medio de comunicación audiovisual importante ha transmitido que está pasando con aquella gente que hace un mes llamaron “buenas personas” .
Hay una manipulación general de la violencia. Sabemos cuando se inicia y no cuando termina.  Puede llevarnos muy lejos.

¿Quién sino Macron ha desatado la violencia? Declaró la guerra contra su pueblo con la acción policial  (y  tal vez pronto una acción militar) en compañía de los medios de comunicación que ya han declarado la guerra simbólica al pueblo.

Los ofendidos han estado mucho tiempo sin decir una palabra, han soportado las  agresiones económicas,  el desprecio de las elites, las mentiras de los medios de comunicación, la brutalidad policial. (...)

Aunque el poder se esfuerza por volver a lo que podría llamarse  la “sumisión voluntaria” (o “la situación de La Boétie”) el velo se ha roto y la cruel realidad del poder desnudo se impone.
En el otro lado el movimiento se sabe numeroso pero todavía hay un buen margen para seguir creciendo.

 Lo veremos pronto: se sumarán los estudiantes de secundaria, los universitarios , los paramédicos, los agricultores, y muchos otros. Ellos , las elites son muy pocos y reinan sobre nosotros que somos la mayoría.

Pero ¿y el ejército? El adolescente travieso que está en el Elíseo es capaz de cualquier tontería : no solo usa granadas contra su población (que son armas de guerra) también ha colocado francotiradores con armas de fuego en los edificios parisinos. La imagen es tan  impresionante que Le Monde, también se está preguntando si no ha llegado el momento de dejar de apoyar a su protegido.  (...)

El poder es odiado porque sistemáticamente se ha hecho odioso. Hoy está pagando una factura que viene desde muy lejos.  Y cuando el poder sólo puede aferrarse a la represión, (tal vez con a una deriva militar) no merece otra cosa que caer."      (Frédéric Lordon , filósofo y economista, Krítica, 09/12/18)

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