AntonioMaestre @AntonioMaestre
La medida nativista de Ayuso busca excluir a una inmensa bolsa de mujeres migrantes al poner el requisito de 10 años de empadronamiento. Es solo uno de los problemas que plantea, pero va en la línea de defensa de la nación biológica.
Por cierto. También quedan fuera las mujeres de otras CCAA que no se empadronaron antes de los 20 años de edad. Ni de Tánger, ni de Toledo. Es una medida que queda reducida a un grupo marginal de la población.
Otra clave. Es acumulativa por hijos. El OPUS DEI sonríe.
2:40 p. m. · 17 jun. 2021
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Azahara Palomeque @Zahr_Bloom
En respuesta a @AntonioMaestre
"Se es madrileño de Sevilla, madrileño de Venezuela, madrileño de León"... Not really.
"Queremos más niños en Madrid, pero que sean de raza blanca, por favor.
Díaz Ayuso presenta en su discurso de investidura un programa de ayudas a las jóvenes para que tengan más hijos, pero con limitaciones que discriminan a las extranjeras e incluso a las del resto de España.
(...) Las mujeres menores de 30 años recibirán una ayuda de 500 euros mensuales desde el quinto mes de embarazo hasta que el hijo cumpla dos años. El objetivo es revertir una tendencia de descenso continuado de la natalidad que ocurre en España desde hace muchos años. "El invierno demográfico ya está aquí. En 2019 nacieron en la Comunidad de Madrid 56.000 niños, 24.000 menos que en 2008. Un país con futuro necesita, al menos, el doble de nacimientos".
La promesa lleva añadida un asterisco al que podríamos llamar 'la enmienda Vox'. Para recibir la ayuda, esas mujeres deberán llevar empadronadas en Madrid al menos diez años. Quedan fuera en la práctica las mujeres de origen extranjero y hasta las que vengan de otras regiones españolas. La necesidad de complacer las ideas xenófobas de la extrema derecha se lleva por delante a andaluzas, gallegas y valencianas. Madrid acoge con los brazos abiertos a todos los que vienen de fuera, pero a la hora de apoyar a las mujeres que tengan hijos el dinero está reservado a las auténticas madrileñas. Natalismo identitario que si se aprobara en comunidades gobernadas por partidos nacionalistas provocaría ríos de indignación en la prensa de Madrid. La palabra 'supremacismo' aparecería en unos cuantos titulares.
El problema del descenso de la natalidad es real y profundo en todo el planeta. Es casi un fenómeno estructural que no se limita a los países ricos de Europa. De hecho, se repite por todo el mundo, con la excepción de África, confirmando una idea conocida: el método anticonceptivo de efectos más persistentes es el desarrollo económico. (...)
Es poco probable que ante esta tendencia global sean muy efectivas las
medidas que lleven impreso el aviso de reservado el derecho de admisión.
Más niños, pero a poder ser que vengan de nuestras madres, no de las
que vienen de otras zonas del mundo. Con independencia de la connotación
ideológica, es una solución parcial que no está a la altura de la
gravedad del problema. (...)" (Iñigo Sáenz de Ugarte , eldiario.es, 17/06/21)
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