15.9.21

Desokupa, zorros y gallinas (los herederos de los 'subasteros)... Matinales de televisión han dado un bombo espectacular a Desokupa desde su fundación

 "Todos estos hechos están corroborados por la policía, según la información que publicaba este viernes 'El País': Desokupa, la empresa del forzudo Daniel Esteve, alentó una campaña de acoso contra una estudiante de Filología Hispánica de origen marroquí, Luna, que vivía realquilando por 400 euros una habitación. 

El piso estaba alquilado en primer lugar por una octogenaria, de nombre Carmen, con un contrato de renta antigua de poco más de cien euros que la señora mantenía desde los años cuarenta en el centro de Madrid. La señora Carmen, que está mal de salud, se había ido a vivir en 2019 a otro piso con su hermano.

Cuando la trapacería fue descubierta por la propietaria del piso, esta amenazó a Carmen con rescindir el contrato vía burofax. Carmen respondió negando que realquilara la habitación, aunque según parece ya lo había hecho más veces. En este momento y ante la perspectiva de que se perdiera este contrato privilegiado, la familia recurrió a Desokupa. Querían echar a Luna para arreglar su propia situación con la propietaria de la vivienda, e inventaron la historia que contó 'Cuatro al Día' en un reportaje nauseabundo por el que Mediaset ha pedido disculpas. Dijeron que Luna era la cuidadora marroquí de Carmen y que no la dejaba entrar a su casa tras una visita al hospital. Así que la familia de Carmen habría engañado a Desokupa.

Luna, para empezar, no es ninguna okupa. 'El País' dice que ha tenido acceso a la documentación que lo demuestra: recibos por transacciones de 400 euros y un acuerdo firmado entre Luna y Carmen. Pese a que la policía da credibilidad a Luna, en este momento Esteve ya había aprovechado el revuelo mediático en torno a la "conmovedora historia" para promocionar su empresa, e incluso después de que la policía le aclarase las cosas seguía en sus trece. Además de sus acostumbrados porrazos en la puerta y gritos en el descansillo de Luna, además de amenazas de un hijo de Carmen con denunciarla a extranjería (cuando su situación en España es legal), Esteve ha estado inundando las redes con una campaña en la que llama a Carmen "la abuela de España" y difama a la marroquí. 

 Estamos a 3 de septiembre, ha salido el artículo de 'El País' y sus perfiles de redes sociales, normalmente ruidosos y combativos, ya no sueltan prenda sobre "la abuela de España". No sé si esto habrá cambiado cuando se publique este artículo, pero se diría que Daniel Esteve tiene un problema muy gordo entre manos. Después de todo, siempre va con un abogado a "echar a las ratas", como le gusta decir. Sospecho que sabe que esta vez ha metido la pata hasta el corvejón y ha cruzado la difusa línea legal que suele esquivar.

Zorros y gallinas

Matinales de televisión han dado un bombo espectacular a Desokupa desde su fundación. Su éxito queda demostrado con la proliferación de competencia: otras empresas de brutos amenazantes hacen lo propio, y viven de ello. Esto, más allá de consideraciones éticas sobre su actividad, indica que algo va mal en el sistema. No es nada frecuente, pero si unos sinvergüenzas okupan tu segunda residencia o se niegan a seguir pagándote el alquiler, pero no se van del piso, puede que termines contratando a los malos de la película. Pero, claro, esto no alude al problema principal de la vivienda en España. La okupación de segundas residencias o pequeños propietarios es rara, y además es el último eslabón de una cadena larga que empieza en la especulación.

Por historias de pequeños propietarios desesperados a los que la policía y los juzgados no pueden ayudar con rapidez, estos desokupadores han aparecido en los medios como héroes de historias impactantes y sensacionalistas. Por sus métodos abusivos, sus extorsiones y su chulería chabacana, otros medios los han mostrado como malvados villanos fascistoides. Pero, más allá de ese debate, sin duda muy fecundo y entretenido, el foco mediático se acaba desplazando desde el precio de la vivienda, asunto gris y aburrido, problema abrumador, hacia el mucho más animado tema de la okupación. Y se omite que la okupación afecta sobre todo, ejem, a fondos buitre, grandes propietarios y edificios vacíos.

 ¿Quién se beneficia de este miedo a la improbable okupación de tu casa de verano? Sin duda, empresas como Desokupa, y por supuesto los matinales y los vespertinos televisivos necesitados de chicha sensacionalista. Pero también terminan beneficiándose, de rebote, los grandes especuladores, cuando ven distraerse un debate que afecta a la médula de su negocio hacia los flecos sueltos y los detalles. Esta cantinela con la okupación podría hacer creer a un mindundi que paga una hipoteca y tiene un pisito de veraneo en Torrevieja que los problemas de los fondos buitre y los suyos se parecen en algo, cuando no es así. Lo que convierte a Desokupa en un peón para la propaganda con que los zorros inmobiliarios inundan el corral de las gallinas, que somos casi todos.

Mientras la vivienda siga consumiendo porciones tan importantes de los salarios, me temo que habrá okupas, deshaucios y "desokupadores", por no hablar del agobio extenuante de millones de personas honradas a las que no les da la vida para pagar el alquiler. Así podremos seguir discutiendo si los tatuados de cabeza rapada con bates de béisbol son fascistas o unos héroes sin capa, y preguntándonos qué hacer en caso de que unos malvados sinvergüenzas entren en una casa que, la mayor parte de las veces, nunca en la vida vamos a poder pagar. Por el camino, por cierto, gente como Luna sí pagará los platos rotos de esta intromisión lucrativa en las labores de la policía y los jueces.(...)"          (Juan Soto Ivars, El Confidencial, 04/09/21)

Los 'subasteros':

 "(...) El fenómeno del mobbing o acoso inmobiliario aumenta cada año de la mano de la especulación y afecta de manera especial a los inquilinos de avanzada edad que viven en inmuebles de renta antigua, en muchos casos inferior a los 100 euros mensuales. El crecimiento del mercado y el escaso atractivo económico de estas viviendas se ha plasmado en la venta de pisos “con bicho” o “con gusano”, degradantes denominaciones con las que se identifica en el argot de este negocio al inquilino. 

El comprador, en el mejor de los casos, será un banco que esperará una golosa rentabilidad a medio o largo plazo y, en el peor, el interesado en comprar será un especulador bien equipado para ejercer el mobbing inmobiliario.

 El abandono del mantenimiento del edificio y la negativa a cobrar la renta son las principales estrategias (...)

 ¿Qué es el mobbing inmobiliario?

Puede definirse como prácticas antisociales basadas en el acoso y abuso para forzar que alguien se vaya de su casa, independientemente de que ésta sea propia o arrendada. La picaresca y artimañas son variadas: desde inducir la entrada de okupas en el edificio o de vecinos perturbadores, a la negativa del arrendador de cobrar la renta, pasando por la falta de higiene y de mantenimiento de la vivienda o del edificio, con cortes en los suministros básicos de agua y luz. El objetivo no es otro que desahuciar al arrendatario bajo una falsa apariencia de legalidad, convencerle para que él mismo abandone la vivienda o minar su paciencia e integridad moral, prácticas todas ellas que constituyen fraude y delito. (...)"    (Consumer)

"El acoso de los propietarios a inquilinos de rentas antiguas puede denunciarse.

 Son muchos los inquilinos de rentas antiguas que sufren el acoso de los propietarios para que desalojen sus inmuebles, incluso con amenazas y coacciones, un procedimiento que en la actualidad puede denunciarse; este fenómeno cobra cada vez más fuerza, ya que muchos inquilinos de viviendas de renta antigua son sometidos a presiones por parte de las inmobiliarias propietarias con el fin de reconvertir las fincas en negocios más rentables como nuevos inmuebles más caros, locales comerciales u hoteles. Tras intentar llegar a un acuerdo con los inquilinos, trato normalmente rechazado, los propietarios provocan toda clase de desmanes (averías sin arreglar, cortes de luz, saqueo de buzones... e incluso amenazas y coacciones) hasta que los vecinos no aguantan la presión y ‘tiran la toalla’ abandonando su casa. Estas acciones están consideradas como un tipo de acoso, son denunciables, y ya existen sentencias judiciales favorables a los vecinos acosados.

¿Mobbing? Se suele relacionar este término con una forma de acoso en el trabajo, porque efectivamente lo es, pero no sólo existe este tipo de mobbing, y en su versión inmobiliaria se refiere a las citadas presiones ilegales que ejercen agencias y propietarios de viviendas para echar a sus inquilinos u otros propietarios, personas que en ningún momento habían tenido intención de irse, dejar su vivienda, ni venderla antes de este acoso. Según el Servicio Europeo de Información sobre el Mobbing (Sedisem), las amenazas se dirigen especialmente a quienes viven con rentas bajas, como ancianos o jóvenes, con el fin de forzar la venta de los pisos y el desalojo de la finca. (...)

Según señalan desde Sedisem, uno de los primeros pasos en el reconocimiento legal de este tipo de conductas como delictiva fue la reapertura de la primera querella de mobbing que se produjo en España, que había sido presentada en el año 2003 y fue reabierta por orden de la Audiencia de Barcelona en mayo de 2004. Era el caso de una viuda que disfrutaba de un contrato de alquiler indefinido desde 1936 con una renta de 40 euros mensuales, y fue coaccionada por el propietario para que dejase la finca voluntariamente, renunciando a la indemnización que por ley le pertenecía por la rescisión del contrato. Para conseguir el desalojo, el propietario mantuvo el inmueble infestado de ratas y cucarachas, lleno de grietas, con problemas en el suministro de agua y electricidad, y la presencia de okupas en el terrado. El caso está pendiente de sentencia."                     (El Correo Gallego, 04/07/2007)

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