19.9.22

Rafael Poch: Los fracasos de la “operación militar especial” rusa sirven para demostrar la utilidad del extraordinario flujo de armas y dinero –orientado a eternizar el conflicto en el país, definido sin disimulo alguno por la embajadora de Estados Unidos en Kiev, Marie Yovanovich, como “el campo de batalla de la competición entre grandes potencias”– para el corrupto régimen ucraniano... Pero todo eso es secundario para situar en su gran contexto la espantada/retirada/derrota, sea cual sea la descripción más adecuada, presenciada en la región de Járkov... Al hablar del fracaso militar ruso en Járkov y analizar sus motivos con la habitual arrogancia, demostramos no haber aprendido nada del loco belicismo occidental de los últimos años... Lo que se está viendo en Ucrania es muy parecido a las maravillas militares que Occidente, y especialmente Estados Unidos, nos viene regalando desde hace mucho tiempo

 "El tiempo aclarará el alcance del fracaso militar ruso en la región de Járkov, escenario de una exitosa contraofensiva ucraniana. El complejo atlantista la presenta como un gran éxito e incluso como posible fin del lento pero mantenido avance ruso. Mucho más discretos se muestran los militares de Estados Unidos directamente responsables del asunto. Por su parte, en algunos medios de la izquierda del Sur global se ignora olímpicamente lo que sugieren los compungidos rostros que han ido apareciendo estos días en la tele rusa. Se dice, por ejemplo, que los ucranianos “han ocupado áreas de las que los rusos tenían previsto retirarse”. Todo va bien. 

Quienes presenciaron las acciones del ejército ruso en la primera guerra chechena, o en los inicios de la guerra de Afganistán, no pueden sorprenderse del nivel de desastre, incompetencia y desbarajuste del que son capaces las fuerzas armadas rusas. En la historia militar rusa, las enormes cantidades de entrega y heroísmo van de la mano del desastre y el desbarajuste, pero en las agresiones, allí donde el oso ruso ataca sin haber sido previa y directamente atacado, lo segundo suele dominar ampliamente sobre lo primero. 

Los fracasos de la “operación militar especial” rusa sirven para demostrar la utilidad del extraordinario flujo de armas y dinero –orientado a eternizar el conflicto en el país, definido sin disimulo alguno por la embajadora de Estados Unidos en Kiev, Marie Yovanovich, como “el campo de batalla de la competición entre grandes potencias”– para el corrupto régimen ucraniano. Pero todo eso es secundario para situar en su gran contexto la espantada/retirada/derrota, sea cual sea la descripción más adecuada, presenciada en la región de Járkov.

A menor escala, lo que se está viendo en Ucrania es muy parecido a las maravillas militares que Occidente, y especialmente Estados Unidos, nos viene regalando desde hace mucho tiempo. Como recuerda Andrew Bacevich, el ejército de Estados Unidos, que lo hace todo tan bien, dispone de la más avanzada tecnología para matar, y consume un presupuesto por lo menos catorce veces superior al ruso, ha sido incapaz de ganar sus propias guerras. Ahí podemos remontarnos hasta Corea y Vietnam. “Y eso cuando Rusia solo lleva seis meses empantanada en Ucrania, mientras que Estados Unidos lo estuvo veinte años en Afganistán y todavía tiene tropas en Irak dos décadas después de la desastrosa invasión de aquel país”.  

¿A qué se debe el desbarajuste político-militar de Estados Unidos, que además de producir millones de muertos, decenas de millones de desplazados y refugiados, completa destrucción de ciudades enteras, etc., tuvo por resultado estimular fenómenos como el del Estado Islámico y el avance de la influencia de su adversario iraní en Irak? 

Al hablar del fracaso militar ruso en Járkov y analizar sus motivos con la habitual arrogancia, demostramos no haber aprendido nada del loco belicismo occidental de los últimos años, dice con buen criterio Bacevich. (...)"                  (Rafael Poch    , CTXT, 18/09/2022)

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