30.1.23

Thierry Meysant, presidente de la Red Voltaire: la guerra de Ucrania comenzó con la invasión rusa destinada a aplicar la resolución 2202 del Consejo ‎de Seguridad de la ONU, para proteger al conjunto de la población ucraniana del gobierno ‎nacionalista integrista instaurado en Kiev... Por supuesto, esa no es la interpretación de los hechos que se difunde en Estados Unidos, en la ‎Unión Europea, en Australia ni en Japón... Todo depende de saber ‎si se tiene o no conciencia de que Ucrania estaba sufriendo una guerra civil desde que fue ‎derrocado su presidente democráticamente electo, Viktor Yanukovich, en 2014. ‎ Cuando relega al olvido los 20 000 muertos de esa guerra civil, Occidente es incapaz de percibir ‎que Rusia quiso detener aquella matanza. Como además no quieren recordar los Acuerdos ‎de Minsk –a pesar de que Alemania y Francia los firmaron como garantes de su aplicación, ‎al igual que Rusia–, los occidentales no pueden plantearse la idea de que Rusia puso en práctica ‎la «responsabilidad de proteger» que se proclamó en la ONU en 2005

 "No es ni remotamente frecuente que las relaciones internacionales registren cambios tan ‎importantes como los que marcaron el año 2022. Y esos cambios todavía están lejos de haber ‎terminado. El proceso iniciado ya no se detendrá, aunque algunos acontecimientos vengan a ‎perturbarlo y quizás incluso a interrumpirlo durante algunos años. ‎

La dominación de Occidente, o sea la dominación que ejercieron Estados Unidos y ciertas ‎potencias coloniales europeas –principalmente Reino Unido, Francia y España– y una potencia ‎asiática –Japón– ha llegado a su fin. Ya nadie obedece a un jefe, ni siquiera los países que ‎siguen siendo vasallos de Washington. Cada cual comienza ahora a pensar por sí mismo. Todavía ‎no estamos en el mundo multipolar que Rusia y China tratan de construir, pero ya estamos ‎viéndolo surgir. ‎

Todo comenzó con la operación militar rusa destinada a aplicar la resolución 2202 del Consejo ‎de Seguridad de la ONU para proteger al conjunto de la población ucraniana del gobierno ‎nacionalista integrista instaurado en Kiev. ‎

Por supuesto, esa no es la interpretación de los hechos que se difunde en Estados Unidos, en la ‎Unión Europea, en Australia ni en Japón. Los occidentales y sus socios están convencidos de que ‎Rusia invadió Ucrania para modificar sus fronteras mediante el uso de la fuerza. Pero eso no es ‎lo que anunció el presidente Vladimir Putin, ni tampoco lo que ha hecho el ejército ruso. ‎Los hechos no confirman la interpretación de Occidente. ‎

Dejemos de lado la cuestión de saber quién tiene o no la razón. Todo depende de saber ‎si se tiene o no conciencia de que Ucrania estaba sufriendo una guerra civil desde que fue ‎derrocado su presidente democráticamente electo, Viktor Yanukovich, en 2014. ‎

Cuando relega al olvido los 20 000 muertos de esa guerra civil, Occidente es incapaz de percibir ‎que Rusia quiso detener aquella matanza. Como además no quieren recordar los Acuerdos ‎de Minsk –a pesar de que Alemania y Francia los firmaron como garantes de su aplicación, ‎al igual que Rusia–, los occidentales no pueden plantearse la idea de que Rusia puso en práctica ‎la «responsabilidad de proteger» que se proclamó en la ONU en 2005. ‎

Sin embargo, la ex canciller de Alemania Angela Merkel [1] y ‎el ex presidente de Francia Francois Hollande [2] reconocieron públicamente haber firmado los ‎Acuerdos de Minsk, pero no para parar la guerra civil en Ucrania –entre el gobierno de Kiev y la ‎población del Donbass– sino sólo para ganar tiempo y armar a Kiev. ‎

En otras palabras, Merkel y Hollande se vanagloriaron de su propia duplicidad, se enorgullecen de ‎haber engañado a Rusia… pero la acusan de ser la única responsable del conflicto actual. En ‎cierta manera, no es sorprendente que Merkel y Hollande se enorgullezcan de su duplicidad ante ‎la opinión pública de sus países respectivos y de Occidente. ‎

Pero en otras regiones del mundo, las declaraciones de esos dos “líderes” occidentales resuenan ‎de forma diferente. La mayoría de la humanidad está viendo hoy el verdadero rostro ‎de Occidente. Y lo que ve es que las potencias occidentales siempre tratan de dividir a los demás ‎países y de engañar a los que quieren ser independientes. Ven que las potencias occidentales ‎hablan mucho de paz pero siempre fomentan guerras. (...)"                      (Thierry Meysant, presidente de la Red Voltaire, Observatorio de la crisis, 14/01/23)

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