17.10.24

¿Ha habido 'inflación de beneficios' en España? ¿Eso explica la inflación del periodo 2021-2023? El origen del proceso inflacionista de 2021 está en las perturbaciones de oferta posteriores a la pandemia, amplificadas por los mercados energéticos y la guerra de Ucrania. A partir de ahí, el aumento de los precios de la energía se extendió al resto de sectores... El ‘tope al gas’ consiguió que en España -a diferencia de otros países de la UE- se desvinculase el precio de la electricidad de la subida de los precios internacionales de los combustibles... Así, la inflación ha sido un fenómeno transitorio. Sin embargo, ha provocado una “crisis de poder adquisitivo”, ya que los salarios nominales han crecido menos que los precios... las empresas han trasladado el aumento de los costes a los precios finales, manteniendo (o incluso aumentando) sus márgenes. Pero los trabajadores no han tenido crecimientos salariales que compensen este efecto de la inflación... Dado el deterioro del poder negociador de los trabajadores (curva de Phillips plana), no hemos visto efectos salariales de segunda ronda. Los salarios reales no han sido una fuente de presiones inflacionistas, sino que han actuado como un amortiguador del choque inflacionista... ¿cómo pueden crecer los salarios para recuperar el poder adquisitivo perdido? ¿Hay margen para que este crecimiento se haga sin efectos inflacionistas? Un crecimiento salarial acumulado de 4,5 puntos sería un aumento salarial no inflacionista y factible en España (Nacho Álvarez)

Nacho Álvarez @nachoalvarez_

¿Ha habido 'inflación de beneficios' en España? ¿Eso explica la inflación del periodo 2021-2023? En esta nueva investigación publicada en @SCEDjournal con
@JorgeUxo y @EladioFebrero, evaluamos esta hipótesis. 

https://sciencedirect.com/science/article/pii/S0954349X24001504?via%3Dihub

 En esta investigación estudiamos además las implicaciones que los cambios distributivos observados en 2021-2023 tienen para la política económica. En particular, analizamos el margen de maniobra que hoy existe en la economía española para aumentos salariales no inflacionistas.

 El origen del proceso inflacionista de 2021 está en las perturbaciones de oferta posteriores a la pandemia, amplificadas por los mercados energéticos y la guerra de Ucrania. A partir de ahí, el aumento de los precios de la energía se extendió al resto de sectores.

 Desde 2021, el Gobierno desplegó un conjunto de medidas fiscales y regulatorias para frenar la inflación. La más relevante fue la 'excepción ibérica': una reforma del mercado eléctrico mayorista basada en fijar un tope al precio del gas utilizado para producir electricidad.

 Este ‘tope al gas’ consiguió que en España -a diferencia de otros países de la UE- se desvinculase el precio de la electricidad de la subida de los precios internacionales de los combustibles. El precio de la electricidad en el mercado mayorista disminuyó rápidamente.

 Así, la inflación ha sido un fenómeno transitorio. Sin embargo, ha provocado una “crisis de poder adquisitivo”, ya que los salarios nominales han crecido menos que los precios. Como consecuencia, los salarios reales han caído un 6% acumulado durante el periodo 2021-2023.

 De hecho, la inflación reciente puede analizarse usando la teoría de la "inflación por conflicto": tras el shock energético inicial, el aumento de precios se explica por las desiguales pretensiones de empresarios y trabajadores sobre el crecimiento de sus respectivos ingresos.

 La investigación de Isabella Weber (2023) señala la existencia en EE.UU. de una “inflación de vendedores” durante este periodo y la atribuye a “la capacidad de las empresas con poder de mercado para subir los precios”.

 Nosotros testamos esa hipótesis para España, con datos del Observatorio de Márgenes Empresariales. Calculamos la evolución de márgenes empresariales a nivel sectorial y agregado, y las respectivas contribuciones de costes laborales y márgenes al crecimiento de los precios.

 El factor más importante para explicar la inflación es el ‘pass-through’: el traslado de costes a los consumidores que llevan a cabo las empresas (explica el 85% de la inflación). El aumento directo de márgenes explica un 14% y el impacto de los costes laborales es muy limitado.

 Basándonos en esta evidencia, no podemos decir que veamos "inflación de beneficios" en España, si por este término entendemos que los aumentos de precios provienen directa y principalmente de aumentos de los márgenes empresariales, como plantean Weber y Wasner (2023).

 Sin embargo, sí podemos hablar de ‘inflación de beneficios’ en un sentido ‘débil’: la inflación surge cuando las empresas suben los precios para proteger sus beneficios de los mayores costes de producción, sin que los trabajadores puedan compensarlo mediante aumentos salariales.

 Las consecuencias distributivas son evidentes: las empresas han trasladado el aumento de los costes a los precios finales, manteniendo (o incluso aumentando) sus márgenes. Pero los trabajadores no han tenido crecimientos salariales que compensen este efecto de la inflación.

 Dado el deterioro del poder negociador de los trabajadores (curva de Phillips plana), no hemos visto efectos salariales de segunda ronda. Los salarios reales no han sido una fuente de presiones inflacionistas, sino que han actuado como un amortiguador del choque inflacionista.

 Las implicaciones de este análisis para la política económica son muy relevantes: ¿cómo pueden crecer los salarios para recuperar el poder adquisitivo perdido? ¿Hay margen para que este crecimiento se haga sin efectos inflacionistas?

 Calculamos el crecimiento salarial que las empresas podrían asumir sin subir precios y manteniendo su participación inicial en la renta nacional. Obtenemos que un crecimiento salarial acumulado de 4,5 puntos sería un aumento salarial no inflacionista y factible en España.

1:19 p. m. · 17 oct. 20242.270 Reproducciones

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