31.1.08

¡Si nosotros decimos que es bueno el sufrimiento para ir al cielo, ningún medicucho va a cambiar esto!

“La justicia destruye el bulo del PP sobre sedaciones en Leganés. Los jueces afirman que ni siquiera hubo mala práctica médica… De esta manera, lo que empezó como denuncia de "eutanasia masiva" queda disuelto en nada…Todo empezó en marzo de 2005, por una denuncia anónima que incidía en una acusación presentada dos años antes contra el médico Luis Montes, coordinador del servicio de urgencias, denuncia que fue archivada por el Juzgado de Leganés. Lo que se sabe de la denuncia anónima es que hablaba de 400 casos de "eutanasia activa" en ese servicio, según el testimonio del entonces líder del PSOE madrileño, Rafael Simancas, en referencia a lo que personalmente le comunicó Lamela.” (EL PAÍS, 29-01-2008)

Les llamaron asesinos, fueron represaliados, la Comunidad de Madrid, que preside la popular Esperanza Aguirre, se escudó en un anónimo para denunciarles por matar a 400 pacientes terminales y la Cope y El Mundo los crucificaron. Nada. No queda nada. La Audiencia Provincial de Madrid ha archivado definitivamente el bulo de las sedaciones en Leganés y ordena restituir el nombre de Luis Montes, ex coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés, y retirar cualquier alusión a mala práctica médica.”

Declaraciones de Luis Montes:

“P. ¿Y si le piden perdón?

R. A mí que no me pidan perdón, que no se lo voy a conceder. Que pidan perdón a los familiares de tantas personas que han muerto con dolor por su culpa. Porque después del caso Lamela, la gente ha muerto peor, sufriendo y con los familiares pasándolo mal. (…)

P. En 2002 hubo una denuncia anónima y la consejería la archivó tras una investigación interna. ¿Por qué en 2005 la consejería, también del PP, actúa de distinta forma?

R. En mi opinión, hay factores políticos, económicos e ideológicos. (…)

Las encuestas del CIS decían que la gente estaba a favor de la eutanasia, pero aun así el Gobierno socialista dijo que en esta legislatura no tocaba. Pero el PP decidió que claro que tocaba, y abrió un nuevo frente en su oposición total.” (EL PAÍS, 29-01-2008)

“Morir sin dolor aún es privilegio. El 'caso Lamela' ha desatado el miedo a aplicar sedaciones. Sólo un tercio de los enfermos que precisan cuidados paliativos los reciben.

“ (…) Podría decirse que el caso Lamela ha tenido dos efectos graves y un rebote. El primer efecto lo han pagado los pacientes. Todos los especialistas consultados coinciden en que, tras la denuncia, muchos médicos dejaron de aplicar la sedación terminal y otros cuidados paliativos a enfermos que los necesitan, especialmente en la comunidad de Madrid, por temor a ser cuestionados o incluso denunciados. (…)

"La sedación pasó a ser una práctica sospechosa y eso hizo mucho daño"… "La denuncia provocó un retraimiento en lo que ya estaba plenamente admitido como una práctica asistencial correcta. Muchos médicos se lo piensan ahora dos veces antes de indicar una sedación" (…)

Lo que ya se conoce como el efecto Lamela ha privado y sigue privando a muchos pacientes terminales de una herramienta que no sólo está indicada sino que constituye una buena práctica médica. (…)

El segundo efecto Lamela ha recaído en la propia profesión médica. La denuncia no sólo ha dejado a su paso un reguero de resquemor profesional que, como la pólvora, ha tenido efectos morales devastadores, sino que ha sentado un predecente que antes era impensable: Por primera vez, una autoridad sanitaria utiliza el poder institucional que le confieren los ciudadanos para perseguir a un equipo profesional, no por criterios médicos, sino por oscuras razones ideológicas. "Nunca hubiéramos pensado que se podía llegar a esos niveles de intromisión en la práctica asistencial por motivos ideológicos", reflexiona José Expósito. (…)

Muchos han interpretado la acción de Lamela como un ataque preventivo contra la posibilidad de que en España se regule la eutanasia (…)

Otros, entre ellos el propio Luis Montes, la interpretaron como como una operación de desprestigiado de la sanidad? pública, destinada a reforzar la estrategia de privatización de la gestión hospitalaria emprendida por la Comunidad de Madrid. (…)

Pero lo que más mella ha hecho en la moral profesional, lo más corrosivo ha sido ver la facilidad con que se podían montar comisiones de investigación y escrutinio de profesionales para juzgar a otros profesionales fuera del sistema judicial y por tanto, sin ninguna garantía profesional. (…)

"Es un precedente letal. Ningún servicio sanitario soportaría una evaluación tan sesgada como la que aplicó comité de expertos reunidos por Lamela para juzgar la práctica asistencial de los médicos de Leganés. Cualquiera de los miembros de esa misma comisión saldría mal parado de un escrutinio semejante", afirma Xavier Gómez-Batiste. (...)

Pero el caso Lamela ha tenido también un efecto rebote: la reacción que ha provocado ha permitido poner en evidencia las carencias del sistema sanitario en cuidados paliativos y ha dado lugar a una estrategia nacional que ahora aplican, con mayor o menor intensidad, las comunidades autónomas. El caso Lamela mostró que en España la mayoría de los enfermos morían mal, algunos muy mal. "La sociedad ha reaccionado y quienes veníamos luchando por extender los cuidados paliataivos hemos recibido un refuerzo muy importante. Se ha demostrado que es una de las intervenciones más coste-efectivas, es decir, que con menos recursos produce mayor beneficio, y ahora se está haciendo un esfuerzo muy importante", explica José Expósito.” (El País. Ed. Galicia, Cultura, 30-01-08, p. 36)

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