5.12.08

¿Culpables? Los políticos, que son los encargados de velar por el bien común

"Una de las cosas más chocantes de la crisis económica y financiera es cuánta gente sabía lo que estaba pasando y cuánta escribió sobre la inevitabilidad de una depresión si no se empezaba a ejercer control sobre la brutal especulación en marcha. ¿Quiénes fueron los responsables de que no se hiciera nada? Jürgen Habermas, el anciano filósofo y sociólogo alemán, considera que los culpables han sido, sin duda, los políticos.

"Son los políticos, y no el capitalismo, los responsables de promover el bien público", asegura en una reciente entrevista recogida en Signandsight (www.signandsight.com). Las élites políticas sabían lo que estaba pasando, pero consideraron que la especulación salvaje era útil para sus propósitos.

"Basta con leer el cristalino artículo que publicó en febrero de 2007, en Die Zeit, el ex canciller alemán Helmut Schmidt, titulado Regular los nuevos mega-especuladores, para comprobar hasta qué grado todos los políticos eran conscientes de lo que ocurría".

Robert Kuttner, codirector de The American Prospect, publicó por las mismas fechas un famoso artículo en el que expresaba gráficamente su análisis: "Mira, mamá. Sin manos". "Todas las burbujas financieras están creciendo porque las leyes regulatorias son muy laxas, lo que se combina además con tasas de interés bajas. Exactamente lo mismo que en 1929". (...)

En The end, Lewis recuerda que fue una oscura analista de firmas financieras la que el 31 de octubre de 2007 predijo que Citigroup tendría que pulverizar su dividendo o estallar. Meredith Whitney, que así se llamaba esa licenciada en Historia por la Universidad de Brown reconvertida en analista financiera, lo tenía claro y lo dijo públicamente: Citigroup estaba pésimamente gestionado.

Entre los expertos que públicamente explicaron lo que estaba pasando, ninguno más insistente que Steve Eisman. Se trata de un abogado, propietario de su propia empresa analista, que se molestó en acudir a muchas importantes reuniones con importantes representantes de los grandes bancos de inversiones para explicarles ante sus propias caras por qué eran mentirosos o idiotas. Su socio, Vicent Daniel, lo explica así: "Éramos tipos analizando compañías que sabíamos que tendrían que explotar". Para él, lo mejor de Eisman era que en mitad de una reunión era capaz de decir 30 veces de 30 maneras distintas que le explicaran algo que no entendía. (...) Quienes lo explicaban no sabían de qué estaban hablando." (GALLEGO-DÍAZ OPINIÓN: La culpa es de los políticos. El País, Domingo, 30/11/2008, p. 13 )

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