“En España, más de 2,2 millones de personas fuman marihuana o hachís al menos una vez al mes (encuesta domiciliaria 2007- 2008 del Plan Nacional Sobre Drogas). Algunos cultivan, otros tiran de amigos, muchos tienen camello y una minoría están asociados en organizaciones de usuarios o clubes de consumidores. Clubes como
Si la marihuana es una sustancia ilegal, si a la gente le ponen multas a diario por fumar porros, ¿cómo se explica que existan estos clubes? ¿Son legales? Y sobre todo, ¿para qué existen? (...)
Preguntado al respecto, una fuente del Plan Nacional sobre Drogas, comentó: "En nuestro país el consumo de cannabis en el ámbito privado no está penalizado. Tampoco lo está el cultivo para consumo propio. Si estas asociaciones se limitan a esto, su actividad no tiene ninguna trascendencia penal. Sólo cuando se hace publicidad de este consumo o cuando se promueve, es cuando pueden cometer un delito contra la salud pública, según el Código Penal. Pero son los tribunales quienes tienen que decidirlo".
Socios recreativos y socios terapéuticos
Los clubes de consumidores no nacieron como respuesta a los enfermos que han llegado a la conclusión de que la marihuana mitiga sus síntomas o dolencias -cáncer, sida, fibromialgia, esclerosis múltiple-, pero la realidad es que muchos acaban en uno. Así evitan el engorro del trapicheo y se aseguran una sustancia de calidad. "Me facilita mucho la vida, estoy encantado", dice Miguel Ángel. Alrededor del 70% de los socios de Pannagh son personas con alguna enfermedad; "consumidores terapéuticos", los llaman. El 30% restante son personas sanas o "consumidores recreativos".
Los ejemplos se repiten. El 40% de los socios de ARSECSE (Sevilla) son enfermos. Y también los son un porcentaje de los socios de
"Tenemos doble lista de espera, una terapeútica y otra recreativa", explica Martín Barriuso, de Pannagh. "Le damos prioridad a los enfermos porque entendemos que quien está sano se puede buscar la vida. Fíjate si nos llaman, que lo han hecho desde un convento preguntando que cómo podían conseguir marihuana para una monja enferma. Tratamos a gente desesperada. Y encima hay quien nos acusa de usar a los enfermos para nuestra causa", se queja Barriuso, que llegado a este punto se enciende. "¡Si es al revés! Les atendemos porque nos da pena, pero nosotros entendemos que quien no está enfermo tiene el mismo derecho a consumir lo que le dé la gana".
No hay comentarios:
Publicar un comentario