11.3.11

¿Por qué no abogar por el reparto del trabajo?

"Puede que a los políticos en Washington les haya pasado desapercibido, pero estamos aún en medio de la peor recesión económica desde la Gran Depresión. La tasa de paro sigue en el 9% y prácticamente ningún analista, entre los que se incluyen los de la Administración, espera el retorno a los niveles normales en poco tiempo. Además de los parados, tenemos más de 8 millones de personas subempleadas y unos millones más que han renunciado a buscar trabajo (...)

Si piensan que incrementar el estímulo es algo imposible en este momento, ¿por qué no abogar por el reparto del trabajo? Podemos alentar a los empleadores para que recorten las horas en lugar de despedir a la gente. Si podemos reducir la tasa de despidos aunque sea sólo el 10%, eso se traduciría en casi 2,5 millones de empleos adicionales en el transcurso del año.

En principio, este reparto del trabajo ni debería costar dinero alguno. Se trataría solamente de substituir las prestaciones por desempleo por los pagos para el trabajo a tiempo parcial. El reparto del trabajo es la razón de que la tasa de desempleo de Alemania haya caído en esta crisis, aunque ha tenido un crecimiento menor del PIB que los Estados Unidos.(...)

Presionar por un mayor estímulo o por el reparto del trabajo podría al menos exponer una agenda positiva, en lugar de llegar a un acuerdo por un camino muy equivocado. Por supuesto, si nuestros jefes economistas Demócratas hubieran tenido una mayor visión de futuro, nunca hubiéramos estado en este lío para empezar.

Podrían haber hablado sobre la burbuja inmobiliaria de 2002-2004, en el momento en el que podría haber sido frenada sin destruir la economía. Mejor aún, podrían haber hablado sobre la burbuja bursátil en los años de Clinton antes de que dirigiera la economía de Estados Unidos por el camino del crecimiento impulsado por la burbuja." (Sin Permiso, 06/03/2011, citando a 'La batalla por los recortes presupuestarios', de Dean Baker)

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