"Los bancos que financiaron originalmente los créditos hipotecarios baratos en EEUU (la base del "boom inmobiliario"), para deshacerse del riesgo a largo plazo vendieron los bonos de esa deuda (hipotecas subprime), a poderosos bancos y fondos de inversión de Wall Street (entre los que se encuentran los grupos controladores de la Reserva Federal), que los colocaron a altísimos intereses en los mercados de capitales globalizados a nivel planetario.
O sea que, el negocio original en EEUU, el "boom inmobiliario" estadounidense derivó (a través del capital especulativo y sin fronteras) en una "burbuja financiera" descomunal que derramaba altísimos niveles de ganancias entre los tenedores de esos bonos, los llamados "inversores", en los mercados de Europa, Asia y América Latina.
Hay expertos que sostienen que un equivalente billonario a más de un PIB de EEUU y Europa juntos circulaba en papeles sin respaldo de la "burbuja financiera" que se generó en Wall Street a fines de la década del noventa desparramando ganancias especulativa a escala planetaria.
Las "súper-fortunas" personales, los "súper-activos empresariales" se nutrieron de este macro-robo monumental del capitalismo financiero especulador que inventó una economía paralela: La economía de papel. (...)
Cuando los grandes bancos y fondos de inversión comenzaron a colocar los bonos de la deuda inmobiliaria en EEUU en los mercados globales, S&P, Moody's Investors Service y Fitch Ratings (las tres principales calificadoras de Wall Street) otorgaron calificaciones excelentes a esos valores que, según el Journal, se construyeron a partir de préstamos "cuestionables".
De esta manera -sigue el Journal- enviaron una señal de que estos valores eran casi tan seguros como los bonos del Tesoro de EEUU.
Pero cuando las tasas de interés subieron, la calificación bajó drásticamente -dice el Journal- y millones de familias no podían pagar más la hipoteca contraída y los inversionistas (que compraron los bonos en los mercados globales) retiraron con pánico su dinero de dichas inversiones.
De este modo -explica The Wall Street Journal- estalló la "burbuja hipotecaria", arrastrando a Wall Street y a los mercados bursátiles del mundo entero.
En resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime "desvalorizados" comenzaron a venderlos en masa generando un colapso generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros en EEUU, Europa, Asia y América Latina.
Y llegó el "lunes negro" de septiembre de 2008 donde la quiebra del gigante Lehman Brothers marcó el principio de un salto cualitativo: La crisis hipotecaria devino finalmente en crisis financiera caracterizada por una iliquidez pronunciada y creciente del sistema financiero. (...)
Las "crisis financieras globales" (o colapsos de los mercados bursátiles) activadas por los monopolios súper-concentrados de Wall Street, les sirve a esos mismos monopolios para comprar acciones y bonos devaluados en los mercados globales apoderándose de esa manera de los activos y porciones del mercado de las empresas y grupos financieros perdedores.
Entonces los ganadores de la "crisis", los consorcios más diversificados que quedaron en pie (los súper-pulpos que integran el sistema de la Reserva Federal de EEUU), acudieron al Estado para apoderarse del cadáver de sus rivales que no pudieron pasar la selección darwiniana del "más fuerte". (...)
Mediante los planes de "rescate financiero" emprendidos por el Estado USA (con Bush y luego con Obama), los súper bancos y fondos de inversión nucleados en el sistema privado de la Reserva Federal reciclaron una nueva "burbuja financiera", no ya con dinero especulativo proveniente del sector privado, sino con fondos públicos puestos compulsivamente al servicio de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista, y al margen de una ascendente crisis de la economía real que marcha por vía paralela.
El costo de este monumental negocio capitalista con la "crisis capitalista" (que fue exportado desde EEUU y Europa a los países de la periferia de Asia, África y América Latina) es financiado con el dinero de los impuestos pagados por el conjunto de la sociedad.
Se trata, en suma, de una "socialización de las pérdidas" para subsidiar un "nuevo ciclo de ganancias privadas" con el Estado como herramienta de ejecución, mediante el cual los megaconsorcios más fuertes (los ganadores de la crisis) se degluten a los más débiles generando un nuevo proceso de reestructuración y concentración del sistema capitalista. (...)
Solo en el proceso de "sobreexplotación capitalista" (que retrocede las conquistas sociales y sindicales a estadios inferiores) se explica el mantenimiento de la rentabilidad empresarial (ganancias capitalistas) mientras la economía mundial se desploma por efectos de la crisis recesiva global." ('Depredadores globales: Cómo funciona el gran robo financiero con las crisis', de Manuel Freytas, IAR Noticias, Jaque al neoliberalismo, 27/07/2011)
Artículo 129 de la Constitución española: Los poderes públicos... establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción - Implantar la democracia económica en España es constitucional
19.8.11
El negocio original, el "boom inmobiliario" estadounidense, derivó (a través del capital especulativo y sin fronteras) en una "burbuja financiera"
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