"Dejar sin acceso a la atención primaria y a los servicios especializados a los extranjeros irregulares
... es “volver a los ochenta”. “Es muy importante que reciban control de
enfermedades infecciosas, que muchas son transmisibles”, afirma. “Y
ello no solo para beneficiar al individuo, sino también a su comunidad,
que suele ser también inmigrante, pero también a la población en
general, que es con la que tratan”, añade.
Entre estas enfermedades está la tuberculosis. “En Madrid, los
inmigrantes son ya el 50% de los casos”, dice. “Y los esfuerzos para
controlarla sufrirán un retroceso”.
Algo parecido sucede con el VIH. “Un 40% de los nuevos diagnósticos lo son”, añade. El Colectivo de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales de Madrid
(Cogam), cree que con ello se les “está condenando a muerte”. “El
número de personas inmigrantes atendidas en nuestros programas de salud
supuso en 2011 un 31% en el programa de prueba rápida y un 81% en el
programa de atención a trabajadores sexuales”, añade Cogam.
Quedarse sin
tarjeta les abocaría a una situación sin salida. Sin tarjeta, no podrá
acceder a la medicación. Esta, en España, solo se da en hospitales. Y,
si se vendiera, cuesta unos 7.000 euros al año. Demasiado para la
mayoría.
Claro que a los enfermos extranjeros les va a quedar una salida parcial: ir a urgencias. El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), Tomás Toranzo, lo confirma. “Y son servicios ya sobrecargados a los que se va a añadir un problema”, afirma.
“Se nos va a pedir una atención que no podemos dar”, expone. Por
ejemplo, una persona llega a urgencias y se le detecta una mancha en un
tumor. “Y no podremos derivarla a un especialista, a un oncólogo para
que diga si tiene cáncer”. Eso va a repercutir “en que haya conflictos
en los servicios, y afectarán a los profesionales, pero también a los
usuarios”, indica Toranzo." (El País, 23/04/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario