"El Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull,
Santiago Niño Becerra, analiza en un artículo de opinión la actitud que
tenemos los ciudadanos ante la crisis.
El experto destaca que hay quien
no quiere ver la realidad y vivir en la ignorancia para no sufrir,
mientras que otros deciden hacer justo lo contrario. Ante una situación
económica como la que nos encontramos, ¿qué es lo correcto? (...)
Niño Becerra recuerda que en España se han vivido unos años "muy, muy
buenos" ya que el perído 1995-2006 fue "megasuperexcepcional". Todo el
crecimiento de la economía se sustentó en el crédito, "se envolvió en
humo", sin embargo, "la ciudadanía fue feliz y mientras el sueño duró se
vivió muy bien".
"Nadie tuvo la culpa del monstruo que se fue formando, pero sí, de
dos de las consecuencias que ese monstruo exigió a cambio del bienestar
que concedía. A medida que la población fue disfrutando de más y más
bienes y servicios fue olvidando dos elementos que años atrás habían
sido consustanciales a la persona: la capacidad de reivindicar y la
conciencia del esfuerzo", destaca el experto en La Carta de la Bolsa. (...)
"la respuesta que a eso se va a dar va a ser la del avestruz: meter
la cabeza en la arena para no ver; porque se ha perdido mucha de la
capacidad de discernir, lo que lleva a que no sabiendo se sufra menos".
En base a esto, el economista vuelve a insistir una vez más en que
"vienen unos años terribles porque a medida que vayamos llegando a ellos
nos iremos dando cuenta de que ayer ya nos comimos el PIB que
correspondía a esos años, y además, encima de no tenerlo, se debe".
Asimismo, "se van a producir recortes de un calibre que ni imaginamos, retrocesos en el bienestar que ni podemos intuir.
El nivel de actividad retrocederá veinte o treinta años atrás. La clase
media, al no ser ya necesaria, quedará reducida a un nivel simbólico a
la vez que la brecha entre insiders y outsiders de más o menos nivel se ensanchará". (El Economista, 19/06/2012)
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