"Pero hay otros medios de reducir el déficit de la Generalitat que
apenas han salido en este debate. Y uno de ellos es la subida de los
ingresos a la Generalitat de Catalunya a través del aumento de
impuestos.
En realidad, en la gran mayoría de países que están
reduciendo su déficit, esta reducción se realiza no sólo mediante
recortes del gasto público, sino también mediante aumento de los
impuestos. Así, el gobierno portugués redujo su déficit a través de la
reducción de gasto público (un 50% de la reducción del déficit) y un
aumento de los impuestos (el otro 50%).
Lo mismo está proponiendo el
Partido Laborista británico. Incluso David Cameron, que dirige el
gobierno de coalición del partido conservador con el partido liberal en
Gran Bretaña, ha subido los impuestos para complementar la reducción del
déficit del estado británico a base de recortes (en una proposición de
un 20 % en subida de impuestos y un 80% en recortes del gasto público).
El Presidente Obama ha propuesto un 50%/50%.
En cambio, el gobierno de la Generalitat basa su estrategia de
recortar el déficit de la Generalitat, casi exclusivamente en los
recortes del gasto público, y muy especialmente de los servicios
públicos del estado del bienestar. (...)
Los impuestos de la Generalitat y del estado español están entre los
más regresivos que existen en la UE-15, lo cual quiere decir que,
mientras la mayoría de la población que está en nómina paga porcentajes
de sus rentas comparables a la media de la UE-15, las rentas superiores
no están contribuyendo en términos homologables al resto de la UE-15.
Es
importante subrayar este punto, ya que en Cataluña la insuficiencia de
ingresos al estado se ha centrado en el déficit fiscal que el estado
español debe a la Generalitat, déficit que es real y debe corregirse,
pero que es insuficiente para cubrir el enorme déficit de gasto público
social de la Generalitat, que se basa en la escasa progresividad fiscal
de la Generalitat, sobre la que el gobierno catalán tiene plena
responsabilidad.
El economista David Lizoain, que conoce bien la construcción del
presupuesto de la Generalitat, estimó que ésta podría recoger fácilmente
2.788 millones de euros mediante las siguientes medidas:
1.000 millones
mediante un impuesto finalista (que fuera a la sanidad) de carácter
progresista , tal como se hizo en Canadá;
600 millones de euros a base
de grabar los beneficios exuberantes del capital financiero, tal como
sugirió el propio Fondo Monetario Internacional;
400 millones de euros,
resultado de mantener y no eliminar el impuesto de sucesiones;
538
millones de euros como consecuencia de recuperar el impuesto sobre el
patrimonio, modificado para centrarse en las grandes fortunas;
150
millones de euros mediante la modificación de las multas y sanciones
para hacerlas más progresivas, tal como ocurre en los países nórdicos,
donde la multa que un ciudadano debe pagar depende de la renta del
sancionado;
150 millones de euros de un impuesto ecológico que
consistiría en un impuesto de cinco euros por cada vuelo que salga del
Aeropuerto del Prat.
A esta lista, que no afectaría a la mayoría de la población, podrían
sumarse otras intervenciones que, de nuevo, no afectarían a la mayoría
de los contribuyentes y que en cambio serían muy populares.
Entre ellas
destaca la corrección del fraude fiscal, muy acentuado entre las rentas
superiores en Catalunya, y en las grandes empresas. En realidad, si los
cálculos que han hecho los propios inspectores de Hacienda del estado
español, se aplicaran en Catalunya (lo cual es probable que sea una
subestimación), el número de millones de euros que no se pagan a la
Generalitat de Catalunya podría llegar a los 8.000 millones de euros.
Otros podrían ser los impuestos al tabaco y al alcohol, que podrían
recoger hasta 200 millones de euros más. Y otra fuente de ingresos
podría ser el pago por parte de las mutuas patronales de accidentes y
enfermedades laborales en la sanidad pública por los gastos que
ocasionan los enfermos por causas laborales, que ellos deberían abonar, y
que podría alcanzar la cifra de 230 millones de euros.
¿Por qué no se consideran estas alternativas? La respuesta es de
carácter político. Estas medidas afectarían grupos de la sociedad que
tienen mucho más poder político y mediático que las clases populares que
son las más perjudicadas por los recortes sociales. Así de claro." (Vicenç Navarro, Público, 12/12/2012)
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