“En lugar de entender las interrelaciones globales, para el
consumidor de noticias alemán la crisis es ver como Merkel va de una
cumbre a otra en la que la salvación de Grecia y de Europa avanza un
poco más, lo malo es que desconocemos la verdad sobre Grecia, sobre
Alemania y sobre Europa”, señala un estremecedor artículo sobre el
estado de cosas en Grecia publicado por el Frankfürter Allgemeine
Zeitung.
El inusual artículo pronostica una guerra civil en el país
heleno. Algo de eso debe percibirse en la cancillería.
La gran pregunta es si la retórica triunfal del “Alemania va bien” se
hundirá antes o después de las próximas elecciones alemanas de
septiembre. Tenemos por delante nueve meses para comprobarlo. El terreno
es quebradizo.
Algunos expertos auguran que para primavera Alemania puede estar en
recesión. El instituto IMK estima en un 60% ese riesgo. Algunos bancos
están despidiendo personal, cierran periódicos de prestigio y la
industria del automóvil se dispone a adoptar de nuevo el trabajo a
jornada reducida (kurzarbeit) que en la recesión de 2009 logró preservar
más de un millón de puestos de trabajo.
El sector del automóvil alemán, el que mejor se mantiene en Europa,
tiene un 10% menos de encargos que el año pasado en Europa y el conjunto
de la industria un 11% menos. Ni siquiera uno de cada diez exportadores
alemanes cuenta con incrementos de ventas en los próximos tres meses.
¿Deberá preparar Merkel un nuevo “plan de estímulo” en el 2013? Si eso
es así, ¿a partir de qué mes y cómo influirá en su campaña electoral?
Esas son las inseguridades que rodean al “Alemania va bien” que enarbola Merkel. Incluso si el SPD está manifiestamente mal preparado para asumir la crítica de algo de lo que fue, por lo menos, coautor, la fragilidad es manifiesta." (Rafael Poch, La Vanguardia, Rebelión, 19/12/2012)
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