11.2.13

No te vayas para Alemania, Pepe, que aquello esta muy chungo...

"¿Volverá a ser Alemania la tierra prometida que fue en los años sesenta y setenta para el paro estructural español? Leyendo la prensa y observando las colas que hay en España para aprender alemán, así se diría.  (...)

La Alemania de leyenda tiene poco gancho

“MobiPro” vende como reclamo “un país cosmopolita”, “divertido para vivir y trabajar” y “abierto a otras culturas”, sin embargo la realidad es que Alemania es muy poco atractiva. 

Su mercado atrae entre cinco y diez veces menos empleados cualificados de fuera de Europa que países como Dinamarca, Reino Unidos, Canadá o Australia y ocupa la cola de los 34 países de la OCDE, señala el último estudio de esta organización. Eso es sí pese a que el país es de los que menos obstáculos administrativos presenta a esa emigración, señala el estudio.

 Pese al buen nivel de sus universidades, los bajos costes y amplias posibilidades de trabajo durante los estudios y al acabarlos, muy pocos estudiantes extranjeros acuden a estudiar a Alemania, señala el informe. ¿Qué ocurre? Sin duda el idioma, pero no solo.

Alemania tiene un problema histórico de desagrado cultural hacia la diversidad que supone su emigración, mucho más agudo que países como Francia y Gran Bretaña. (...)

Es verdad que (aún) no hay en las ciudades alemanas guetos socialmente tan conflictivos como los del extrarradio parisino, pero ninguna población se mezcla menos con los emigrantes, como lo demuestra el dato de solo un 4% de matrimonios mixtos entre alemanes y ciudadanos de origen turco.

La palabra clave en la materia es “integración”. ¿Qué significa en Alemania? “Anulación de la propia identidad”, estima Nuria Barnolas, una catalana de 29 años que trabaja desde hace siete en el país. En muchos casos hablar correctamente alemán y el pasaporte no bastan para perderse entre la multitud nacional. 

Además hay que parecer alemán, no solo en la conducta y la mentalidad, sino en el físico. Apenas hay gente de aspecto foráneo en la tele y solo un 13% de los funcionarios tienen algún origen no alemán, frente al 20% en Francia o Reino Unido. Que el actual vicecanciller y ministro de economía, Phillipp Rösler, naciera en Vietnam es un problema. “Nuestra sociedad aún está lejos de aceptar su aspecto asiático“, reconoce el ministro de justicia de Hesse, Jörg Uwe Hahn. (...)

Sobre este entramado, las experiencias son diversas. Entre los jóvenes profesionales españoles, Barnolas, con dos carreras, fluida en alemán y otra media docena de lenguas, y con una experiencia vital y laboral que va de Mali a California, pasando por Bulgaria, resume su medio ambiente laboral de project manager en una empresa de Munich como, “una lucha constante para afirmarse como persona y derribar la imagen que los otros construyen de ti”.

En España se idealiza la situación laboral en Alemania. “No hay conciencia de las dificultades que supone, lo mismo pasaba en Bulgaria, donde los búlgaros soñaban con emigrar a España o en Mali, donde se hablaba de Europa como tierra de grandes oportunidades”, explica Barnolas. (...)

Javier García, 28 años y ocho meses en Alemania, se deslomó cargando muebles en una empresa berlinesa de mudanzas con un contrato de minijob que en realidad era frecuentemente de jornada completa de siglo XIX, más de doce horas. Luego sirvió comida en un centro comercial a cinco euros la hora. 

El local cerró y sudó semanas para que su patrón le pagara el salario adeudado. Al final unas clases de español en una escuela de Francfort y la posibilidad de un alojamiento barato, le han decidido a cambiar de ciudad. 

“Creía que en el Oeste de Alemania había más oportunidades, pero no es muy diferente”, dice. No me quejo, la gente ha sido amable y a veces he visto buenas reacciones por ser español”, explica, pero para el precariado el mercado alemán “es una selva”.

Mito y realidad de la “falta de mano de obra”

¿Hay escasez de mano de obra en Alemania? A tenor de lo que afirman los medios de comunicación y asociaciones empresariales, Alemania sufre una aguda “falta de mano de obra” especialmente mano de obra cualificada, que crecerá en el futuro y que tiene que ver con el desarrollo demográfico.  (...)

Si eso es así ¿por qué hay miles de ingenieros alemanes bien formados que no encuentran trabajo?, ¿por qué más de tres mil médicos alemanes se han ido a trabajar a Suiza y Austria? 

¿Hay realmente escasez de mano de obra en Alemania, un país con cuatro millones de parados reales (incluido un millón no contabilizado estadísticamente) y más de ocho millones de empleados en el sector precario o de salarios bajos, muchos de los cuales desearían regresar a los empleos mejor pagados y a tiempo completo de antes?

Si ese fuera el caso, el fenómeno se reflejaría en los salarios, cuya tendencia al aumento sería indicador claro de escasez, explica Karl Brenke, investigador del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) una institución pública. Pero eso no ha ocurrido: los salarios de los especialistas apenas han aumentado en los últimos años.

¿Cómo explicar la presunta escasez de “miles de conductores de tren” cuando en ese sector se han registrado huelgas pidiendo un aumento salarial que simplemente compense la inflación? ¿Y qué decir del agujero de médicos cuando los que faltan se han ido a Suiza y Austria porque se les paga mejor?

 Si faltan asistentes y enfermeros para el cuidado de ancianos y enfermos, ¿tiene eso algo que ver con una situación salarial tan precaria que obliga a los profesionales del sector a practicar el pluriempleo o a complementar su exiguo sueldo con la ayuda social (Hartz IV)? Brenke califica de “problemática” la metodología de cálculo empleada por los estudios del IW de Colonia, próximo a la patronal, que defienden la presunta carencia de ingenieros.

“No se puede hablar de escasez de mano de obra cualificada”, dice Gustav Horn, director del instituto IMK, próximo a los sindicatos. Lo que ocurre es que encontrar a esos profesionales ya no es tan fácil como antes cuando había un mayor desempleo, explica este experto.

 “Muchas veces quien busca trabajo hoy es mayor, su calificación es diferente o quiere mejor sueldo y condiciones de trabajo”. En otras palabras: a las empresas les resulta más caro contratar. De ahí la idea de rellenar los agujeros existentes con mano de obra foránea.

La sospecha de que se está ante una campaña del poderoso lobby empresarial-industrial alemán, con fuerte influencia en los medios de comunicación, para mantener la presión en pro de salarios bajos en el país, se hace irresistible. 

A efectos de opinión pública el resultado es el siguiente mensaje: el problema económico del país no es la creciente precariedad socio-laboral, ni la desigualdad en aumento, ni el desempleo, sino la falta de mano de obra calificada. Brenke habla de “espejismo”.  (...)

Si eso parece ser cierto en términos generales, en algunas regiones y sectores específicos los llamados “cuellos de botella” profesionales no son inventos empresariales, sino realidades manifiestas. 

Es lo que ocurre, por ejemplo, en la región de Heilbronn-Franken de Baden Württemberg, en el suroeste del país, uno de los emporios industriales más prósperos y eficaces de Europa.  (...)

Las dos tesis parecen ser correctas: la falta de mano de obra especializada es al mismo tiempo un mito empresarial y una realidad tangible en determinados sectores y regiones, a causa de necesidades muy específicas de la industria que son muy complicadas de cubrir o de la emigración de la juventud local por falta de universidades locales, el caso de Heilbronn-Franken.

 Lo que parece claro, en cualquier caso, es que este aparente “agujero” alemán es anecdótico como alivio del desempleo de la Europa del sur y del español en particular."                 (Rafael Poch, La Vanguardia, Rebelión, 10/02/2013)

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