"Fernando Sánchez Dragó, insultador profesional, pretendió dar una
lección de lenguaje moderado a la portavoz de la plataforma
antidesahucios Ana Colau, en el programa El Gran Debate, de
telecinco, por tildar de “criminales” a los banqueros.
Como inquisidor,
el escritor llamó a la activista a “moderar su lenguaje” y le recriminó
que usara “el insulto más grave de cuantos figuran en el diccionario”.
Colau no se dejó intimidar por la reprimenda moralista y le espetó que
“lo que sería de verdad criminal es resignarnos a una realidad
intolerable y preocuparnos sólo por el lenguaje que utilizamos para no
incomodar a nadie”.
“Me gustaría llamar la atención de Ada. Yo creo que debería usted
moderar su lenguaje. Por el propio bien de la causa que defiende. Yo
confío en que usted no piense que las personas que discrepamos de sus
argumentos, yo, por ejemplo, somos unos criminales. Criminal es una
palabra muy grave, criminal es un insulto, quizás el insulto más grave
de cuantos figuran en el diccionario”, afirmó Dragó en su reprimenda.
El escritor siguió con su crítica recordando a la activista que “criminal es una persona que viola la ley. Es posible que las leyes sean injustas, pero en tanto esas leyes estén en vigor nos obligan a todos y por tanto yo creo que usted debería retirar y no ratificarse, como ha hecho hace un momento, de ese insulto de criminal”. (...)
El escritor despreció a las personas que están en la tesitura de un
desahucio, que no consideró “honradas”. “El único dato que poseo que lo
ha publicado toda la prensa, que lo de los desahucios afecta sólo a un
3% de las hipotecas”, afirmó Sánchez Dragó.
“Con lo cual si usted
defiende a rajatabla a esas personas afectadas está incurriendo en un
principio de desigualdad jurídica hacia el 97% de personas honradas que
pagan lo que tienen estipulado”.
La activista por los derechos de los desahuciados no se amilanó y refutó a Dragó que “estafar es un delito y por eso le llamamos criminales”.
“Sobre el lenguaje, las plataformas hemos sido ejemplares aunque se
enfrentan cada día a una situaciones que transgreden lo soportable, sea
legal o no, es francamente insoportable.
Y está provocando un
sufrimiento y un dolor que les invito a que nos acompañen, como hice con
los diputados, una semana para que escuchen lo que está pasando la
gente. Quizás entonces empiecen a entender algo y empiecen a entender
por qué hablamos como hablamos”, defendió Colau.
“Lo que sería de verdad un crimen sería resignarnos a esa realidad intolerable y preocuparnos sólo por el lenguaje que utilizamos sin molestar a nadie”. (El Plural, 11/02/2013)
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