23.4.13

¿Por qué los líderes europeos se empeñan en preservar el euro aun a costa de la miseria para el 99%?

"La moneda única del euro es una herramienta de clase con la que el 99% debe acabar para poner fin a la austeridad, tal como se ha puesto en evidencia con la experiencia de Chipre.

El 16 de marzo, el nuevo presidente de Chipre anunciaba: “O aceptamos las condiciones del rescate o nos enfrentamos al colapso total, con una posible salida del euro”.

 ¿Por qué los líderes europeos tienen tanto miedo a salir de la eurozona? ¿Por qué se empeñan en preservar la moneda única aun a costa de la miseria para el 99%?

El euro es muy importante para la clase dirigente de Europa. Junto con la Unión Europea (UE), ha ayudado a empresarios europeos a mejorar su posición relativa en el sistema capitalista mundial. Se creó en 1999, cuando la economía mundial estaba en crecimiento; de ahí su “éxito” inicial.

 Forjó un mercado para las exportaciones alemanas y facilitó enormes beneficios para los bancos alemanes, franceses y británicos. La moneda única ha sido publicitada como el resultado lógico de un largo proceso de integración económica en toda Europa.

Pero compartir una moneda tiene consecuencias negativas para las economías más débiles del sur de Europa. Atrapada en los mismos tipos de cambio y bajas tasas de interés que la gigante Alemania, para la llamada “periferia” el euro ha supuesto dificultad para exportar y verse inundada con crédito barato procedente de las instituciones financieras con sede en los estados más ricos del norte de Europa.
 
Este desequilibrio entre “centro” y “periferia” ayuda a comprender la crisis de la deuda que sufrimos en el Estado español. Con la crisis económica, el euro ha pasado de ser un mecanismo para prestar crédito a un mecanismo para hacer cumplir la austeridad que impone la clase dominante alemana, en particular. 

Por eso decimos que el euro es una trampa para la periferia: mientras mantengan la moneda única, los países más endeudados estarán encadenados a sus deudas. Chipre, Grecia, Italia, Portugal, el Estado español, etc., son rehenes de la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

 Si el euro es un mecanismo de clase que hunde a la periferia en la crisis de la deuda y presiona a la baja los costes laborales, la conclusión es lógica: hay que salir del euro.  (...)

Podemos decir no al pago de la deuda y recuperar soberanía sin deteriorar las condiciones de vida de ese 99%, en un proceso de ruptura con el euro que incluya la nacionalización de la banca y sectores estratégicos, una redistribución de la riqueza a favor del trabajo, la introducción de fórmulas de autogestión obrera, etc. Si la troika puede tomar los bancos y sus depósitos, entonces también puede hacerlo la izquierda con intereses y efectos radicalmente diferentes.

 Todo esto supone ir mucho más allá de la visión post-keynesiana de economistas como Martin Wolf (Finantial Times), favorables a una salida “ordenada” del euro, pero que solo aspiran a “restablecer el orden” y devolver la economía a la senda del crecimiento.

Esto solo será posible mediante grandes luchas sociales, como la que está librando el pueblo griego, y la coordinación de la resistencia a nivel europeo. El futuro del euro es cada vez más oscuro.

 Debemos tomar las riendas para evitar un colapso de la moneda única que represente una nueva escalada de austeridad, e impulsar en su lugar una salida radical que, junto al euro, entierre a la UE y a este neoliberalismo cada vez más regresivo y antidemocrático."          (Isaac Salinas, En lucha, Rebelión, 22/04/2013)

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