"La moneda única del euro es una herramienta de clase con la que el 99%
debe acabar para poner fin a la austeridad, tal como se ha puesto en
evidencia con la experiencia de Chipre.
El 16 de marzo, el
nuevo presidente de Chipre anunciaba: “O aceptamos las condiciones del
rescate o nos enfrentamos al colapso total, con una posible salida del
euro”.
¿Por qué los líderes europeos tienen tanto miedo a salir de la
eurozona? ¿Por qué se empeñan en preservar la moneda única aun a costa
de la miseria para el 99%?
El euro es muy importante para la
clase dirigente de Europa. Junto con la Unión Europea (UE), ha ayudado a
empresarios europeos a mejorar su posición relativa en el sistema
capitalista mundial. Se creó en 1999, cuando la economía mundial estaba
en crecimiento; de ahí su “éxito” inicial.
Forjó un mercado para las
exportaciones alemanas y facilitó enormes beneficios para los bancos
alemanes, franceses y británicos. La moneda única ha sido publicitada
como el resultado lógico de un largo proceso de integración económica en
toda Europa.
Pero compartir una moneda tiene consecuencias
negativas para las economías más débiles del sur de Europa. Atrapada en
los mismos tipos de cambio y bajas tasas de interés que la gigante
Alemania, para la llamada “periferia” el euro ha supuesto dificultad
para exportar y verse inundada con crédito barato procedente de las
instituciones financieras con sede en los estados más ricos del norte de
Europa.
Este desequilibrio entre “centro” y “periferia”
ayuda a comprender la crisis de la deuda que sufrimos en el Estado
español. Con la crisis económica, el euro ha pasado de ser un mecanismo
para prestar crédito a un mecanismo para hacer cumplir la austeridad que
impone la clase dominante alemana, en particular.
Por eso decimos que
el euro es una trampa para la periferia: mientras mantengan la moneda
única, los países más endeudados estarán encadenados a sus deudas.
Chipre, Grecia, Italia, Portugal, el Estado español, etc., son rehenes
de la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Si el euro es un mecanismo de clase que hunde a la periferia en la
crisis de la deuda y presiona a la baja los costes laborales, la
conclusión es lógica: hay que salir del euro. (...)
Podemos decir no al pago de la deuda y recuperar soberanía sin
deteriorar las condiciones de vida de ese 99%, en un proceso de ruptura
con el euro que incluya la nacionalización de la banca y sectores
estratégicos, una redistribución de la riqueza a favor del trabajo, la
introducción de fórmulas de autogestión obrera, etc. Si la troika puede
tomar los bancos y sus depósitos, entonces también puede hacerlo la
izquierda con intereses y efectos radicalmente diferentes.
Todo esto
supone ir mucho más allá de la visión post-keynesiana de economistas
como Martin Wolf (Finantial Times), favorables a una salida “ordenada”
del euro, pero que solo aspiran a “restablecer el orden” y devolver la
economía a la senda del crecimiento.
Esto solo será posible
mediante grandes luchas sociales, como la que está librando el pueblo
griego, y la coordinación de la resistencia a nivel europeo. El futuro
del euro es cada vez más oscuro.
Debemos tomar las riendas para evitar
un colapso de la moneda única que represente una nueva escalada de
austeridad, e impulsar en su lugar una salida radical que, junto al
euro, entierre a la UE y a este neoliberalismo cada vez más regresivo y
antidemocrático." (Isaac Salinas, En lucha, Rebelión, 22/04/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario