"Para Coggan es evidente que nos enfrentamos a una situación en la que no
se va a poder pagar la deuda acumulada. “El problema”, explica el
economista, “es que hemos hecho demasiadas promesas.
No sólo es la
deuda, también le hemos prometido a la gente que pagaremos sus
pensiones, protegeremos su salud, educaremos a sus hijos… Pero todo va a ser más caro a medida que la gente se haga mayor”.
Hay algo que en opinión de Coggan tenemos que entender: “Las promesas
se van a incumplir y alguien va a salir perdiendo. Los ricos van a
luchar contra los pobres, los jóvenes contra los viejos, los
trabajadores del sector privado contra los del sector público, y unos
países contra otros…
Han pasado seis años desde que empezó la crisis y no hemos solucionado nada porque no estamos de acuerdo sobre quién debe pagar la deuda”.
El
economista es abiertamente pesimista. No hay ninguna solución
aceptablemente buena para salir de esta, sólo podremos “escoger la
opción menos dolorosa”. Y hay tres vías.
1. Estancarnos
“Si
no vas a crecer”, explica Coggan, “no hay mucho que puedas hacer”. Tal
como cuenta el periodista, esta es la opción que escogió Japón:
“Es como
una máquina del tiempo que nos enseña lo que nos va a pasar. Se están
volviendo viejos. Venden más pañales para los ancianos que para los
bebés. Y tienen muchísimas deudas. Su economía no ha crecido apenas en 20 años. De
todas formas tienen suerte, porque se deben el dinero entre ellos
mismos, y no tienen a los extranjeros llamando a la puerta para que les
devuelvan el dinero”.
2. Inflar la oferta de dinero
“Es lo que hacían los antiguos reyes cuando tenían muchas deudas”, explica Coggan. “Dionisio de Siracusa,
un monarca griego, recogió todos los dracmas de los ricos del país, a
quienes debía dinero, y convirtió las monedas de un dracma en monedas de
dos. Así pudo usar la mitad del dinero para pagar sus deudas
devolviendo el resto de las monedas de uno convertido en monedas de dos.
Eso es inflar el dinero. Pero España no puede hacerlo, porque no controláis vuestra divisa.
Y si tuvierais vuestra propia moneda e hicierais esto, los bienes
españoles dejarían de ser competitivos en el resto de Europa. Sería
terrible. Toda Europa tendría que inflar la oferta de dinero al mismo
tiempo. Y eso no va a pasar”.
3. Entrar en default y no devolver el dinero
España
está afrontando un terrible nivel de desempleo y los salarios son cada
vez más bajos, pero, según Coggan, la historia sugiere que a largo plazo es imposible que una democracia aguante esa situación.
“Al final”, explica el periodista, “tienes que tirar la toalla. Los
demás países tendrán que aceptar, al igual que han hecho con Grecia, que
las deudas no van a poder ser devueltas”.
En opinión del periodista, lo que va a pasar es que en estos países van a tomar el poder, tarde o temprano, determinados partidos que se van a negar a pagar la deuda:
“La gente tiene que tener esperanza. Si lo único que les puedes decir
es que van a ser pobres, y puede que no tengan trabajo… Es deprimente.
Después de un tiempo te van a mandar al infierno. Lo que está pasando en
muchos países, como en España, es que el partido que estaba en el poder
cuando estalló la crisis se ha hundido, y ha entrado el otro partido,
igual que ha pasado en Reino Unido.
La gente pensaba que las cosas iban a
ir mejor, pero no pueden hacer nada diferente, siguen apostando por la
austeridad, y entonces piensas: ninguno ha traído nada bueno, vamos a probar a otro.
En Reino Unido sale Ukip, en Alemania un partido que apuesta por salir del euro, en Italia Beppe Grillo…
¿En los años 30 que pasó? Llegó el fascismo o el comunismo. Toquemos
madera. Es muy fácil ponerse a culpar a los judíos, a los emigrantes…
Eso sería desastroso”. (Philip Coggan, redactor jefe en The Economist, El Confidencial, 19/05/2013)
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