9.10.13

La economía mundial cumple cinco años en el limbo. Solo un cuarto del vaso está, como mucho, lleno; para la mayor parte de la gente, las tres cuartas partes están vacías

"Aparentemente, cuando el banco de inversión estadounidense Lehman Brothers colapsó en 2008 y detonó la peor crisis financiera desde la Gran Depresión, se formó un amplio consenso sobre la causa de la crisis. Un sistema financiero inflado y disfuncional había asignado incorrectamente el capital y, en vez de gestionar el riesgo, lo creó. (...)

Cinco años más tarde, mientras algunos se felicitan a sí mismos por evitar otra depresión, nadie en Europa o Estados Unidos puede afirmar que la prosperidad ha regresado. La Unión Europea recién está emergiendo de la recaída en la recesión (y, en algunos casos, de una doble recaída), mientras que algunos estados miembros están en depresión.

 En muchos países de la UE, el PIB se mantiene por debajo, o insignificantemente por encima, de los niveles previos a la recesión. Casi 27 millones de europeos están desempleados.

Algo similar ocurre en Estados Unidos: 22 millones de personas que desean un empleo a tiempo completo no logran encontrarlo. (...)

Sí, hemos hecho algunas cosas para mejorar los mercados financieros. Hubo algún aumento en los requisitos de capital, pero mucho menos de lo necesario. Algunas de las derivadas riesgosas –las armas financieras de destrucción masiva– han sido incluidas en bolsas de valores. Eso aumentó su transparencia y redujo el riesgo sistémico, pero aún se negocia un elevado volumen en opacos mercados no organizados (...)

Las agencias de calificación de crédito han sido declaradas responsables en dos juicios privados. Pero también en este caso lo que pagaron fue una fracción de las pérdidas que causaron sus acciones. (...)

Los banqueros presumen de haber pagado totalmente los fondos de rescate del gobierno que recibieron cuando comenzó la crisis. Pero nunca parecen mencionar que cualquiera que hubiera recibido enormes créditos gubernamentales a tasas de interés cercanas a cero podría haber ganado miles de millones con el mero hecho de prestar nuevamente ese dinero al gobierno. 

Tampoco mencionan los costos impuestos al resto de la economía –una pérdida acumulada del producto en Europa y EE.UU. que supera largamente los $5 billones.

Mientras tanto, resultó que quienes sostuvieron que la política monetaria no sería suficiente estaban en lo cierto. Sí, todos fuimos keynesianos, pero por demasiado poco tiempo. El estímulo fiscal fue reemplazado por la austeridad, con efectos adversos predecibles –y predichos– sobre el desempeño de la economía.

Hay en Europa quienes están contentos porque la economía puede haber tocado fondo. (...)

La austeridad ha fracasado y no hay perspectivas de un pronto regreso al pleno empleo (no sorprende que las perspectivas para Estados Unidos, con su versión más limitada de la austeridad, sean mejores).

El sistema financiero puede ser más estable que hace cinco años, pero eso implica un bajo listón: en ese momento, se tambaleaba al borde del precipicio. Quienes se felicitan a sí mismos en el gobierno y el sector financiero por el regreso de los bancos a la rentabilidad y las tibias –aunque difíciles de conseguir– mejoras regulatorias, deben centrarse en lo que todavía resta por hacer. 

Solo un cuarto del vaso está, como mucho, lleno; para la mayor parte de la gente, las tres cuartas partes están vacías."              (Joseph Stiglitz, Project Syndicate, en Jaque al neoliberalismo, 08/10/2013)

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