"(...) la Presidenta del Parlamento Helénico estableció la Comisión de la
Verdad sobre la Deuda Pública (Comisión de la Verdad de la Deuda) en
abril de 2015, con mandato de investigar sobre la creación y el aumento
de la deuda pública, la forma y razones por las que fue contratada la
deuda, y el impacto que las condiciones asociadas a los préstamos han
tenido sobre la economía y la población. (...)
La investigación de la Comisión que se presenta en este informe preliminar arroja luz sobre el hecho de que la totalidad del programa de ajuste, al que Grecia ha sido sometido, fue y sigue siendo un programa con orientación política. (...)
La investigación de la Comisión que se presenta en este informe preliminar arroja luz sobre el hecho de que la totalidad del programa de ajuste, al que Grecia ha sido sometido, fue y sigue siendo un programa con orientación política. (...)
Toda la evidencia que presentamos en
este informe muestra que Grecia no sólo no tiene la capacidad de pagar
esta deuda, sino que tampoco debe pagar esta deuda en primer lugar
porque la deuda que surge de los acuerdos de la troika es una violación
directa de los derechos humanos fundamentales de los habitantes de
Grecia.
Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que Grecia no debería
pagar esta deuda porque es ilegal, ilegítima y odiosa.
La Comisión también ha podido saber que
la insostenibilidad de la deuda pública griega era evidente desde el
principio para los acreedores internacionales, las autoridades griegas y
los medios de comunicación corporativos. Sin embargo, las autoridades
griegas, junto con algunos otros gobiernos de la UE, conspiraron contra
la reestructuración de la deuda pública en 2010 con el fin de proteger a
las instituciones financieras.
Los medios de comunicación corporativos
escondieron la verdad al público representando una situación en la que
el rescate se presentó como beneficioso para Grecia, mientras que
promovió un relato que retrataba a la población como culpables de sus
propias fechorías.
Los fondos de rescate previstos en los
dos programas de 2010 y 2012 se han gestionado externamente a través de
esquemas complicados, impidiendo cualquier autonomía fiscal. El uso del
dinero del rescate está estrictamente dictado por los acreedores, y por
eso, es revelador que menos del 10% de estos fondos se han destinado a
gasto corriente del gobierno. (...)
Los resultados se presentan en nueve capítulos estructurados de la siguiente manera:
El Capítulo 1, La deuda antes de la
Troika, analiza el crecimiento de la deuda pública griega desde los años
1980. Llega a la conclusión de que el aumento de la deuda no se debió
al gasto público excesivo, que de hecho se mantuvo más bajo que el gasto
público de otros países de la eurozona, sino por el pago de tipos de
interés extremadamente altos a los acreedores, un excesivo e
injustificado gasto militar, pérdida de ingresos fiscales debido a los
flujos ilícitos de capital, la recapitalización estatal de los bancos
privados y los desequilibrios internacionales creados a través de las
fallos en el diseño de la propia Unión Monetaria.
La adopción del euro
dio lugar a un aumento drástico de la deuda privada en Grecia a la que
los principales bancos privados europeos, así como los bancos griegos
fueron expuestos.
Una creciente crisis bancaria contribuyó a la crisis
de la deuda soberana griega. El gobierno de George Papandreu ayudó a
presentar los elementos de una crisis bancaria como una crisis de la
deuda soberana en 2009, haciendo hincapié en el aumento del déficit
público y la deuda.
El Capítulo 2, La evolución de la deuda
pública griega durante 2010-2015, concluye que el primer acuerdo de
préstamo de 2010, tenía el objetivo principal de rescatar a los bancos
privados griegos y europeos, permitiéndoles reducir su exposición a los
bonos del gobierno griego. (...)
El Capítulo 4, Mecanismo del sistema de
deuda en Grecia revela los mecanismos ideados por los acuerdos que se
implementaron desde mayo de 2010. Éstos crearon una gran cantidad de
nueva deuda con los acreedores bilaterales y con el Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera (FEEF), mientras generaban costes abusivos que
profundizaron más en crisis.
Los mecanismos revelan cómo la mayoría de
los fondos prestados fueron transferidos directamente a las
instituciones financieras. En lugar de beneficiar a Grecia, han
acelerado el proceso de privatización, a través del uso de instrumentos
financieros.
El Capítulo 5, Las condicionalidades
contra la sostenibilidad, presenta la forma en que los acreedores
imponen condicionalidades intrusivas unidas a los contratos de
préstamos, lo que condujo directamente a la inviabilidad económica y la
insostenibilidad de la deuda.
Estas condiciones, en las que los
acreedores aún insisten, no sólo han contribuido a hundir el PIB, así
como aumentar el endeudamiento público, generando, por lo tanto, una
deuda pública/PIB superior, lo que hizo la deuda de Grecia más
insostenible, sino que también impusieron cambios dramáticos en la
sociedad, y ha causaron un crisis humanitaria. La deuda pública griega
se puede considerar como totalmente insostenible en la actualidad.
El Capítulo 6, El impacto de los
“programas de rescate” en materia de derechos humanos, concluye que las
medidas aplicadas en virtud de los “programas de rescate” han afectado
directamente a las condiciones de vida de la gente y violado los
derechos humanos, que Grecia y sus socios están obligados a respetar,
proteger y promover en el marco del derecho interno, regional e
internacional.(...)
El Capítulo 7, Cuestiones legales que rodean el MoU y los Acuerdos de
Préstamos, argumenta que ha habido un incumplimiento de las obligaciones
sobre los derechos humanos por parte de la propia Grecia y los
prestamistas, que son los Estados (prestamistas) de la zona euro, la
Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario
Internacional, que impusieron estas medidas en Grecia.
Todos estos
actores no tuvieron en cuenta las violaciones de los derechos humanos
que resultarían de las políticas que impusieron a Grecia, y también
violaron directamente la Constitución griega al usurpar a Grecia la
mayor parte de sus derechos soberanos.
Los acuerdos contienen cláusulas
abusivas, coaccionando duramente a Grecia para que entregue aspectos
significativos de su soberanía. Esto está reflejado en la elección de la
ley inglesa como legislación rectora de estos acuerdos, lo que facilitó
la elusión de la Constitución griega y las obligaciones internacionales
respecto a los derechos humanos. (...)
El Capítulo 8, Evaluación de las deudas en referencia a la ilegitimidad,
odiosidad, ilegalidad, y la insostenibilidad, proporciona una
evaluación de la deuda pública griega de acuerdo con las definiciones
relativas a la deuda ilegítima, odiosa, ilegal e insostenible, adoptadas
por el Comité.
El Capítulo 8 concluye que la deuda pública griega a
partir de junio 2015 es insostenible, ya que Grecia es actualmente
incapaz de pagar su deuda sin perjudicar seriamente su capacidad para
cumplir con sus obligaciones sobre los derechos humanos básicos. Además,
para cada acreedor, el informe proporciona evidencia de casos
indicativos de deudas ilegales, ilegítimas y odiosas.
La deuda con el FMI debe considerarse ilegal ya su concesión incumplió
los propios estatutos del FMI, y sus condiciones violaron la
Constitución griega, el derecho internacional, y los tratados en los que
Grecia es parte. (...)
Las deudas con el BCE deben considerarse ilegales ya que el BCE
sobrepasó su mandato mediante la imposición de la aplicación de
programas de ajuste macroeconómico (por ejemplo, la desregulación del
mercado de trabajo) a través de su participación en la Troika. (...)
El FEEF ha ofrecido préstamos en especie que deben considerarse ilegales
porque violaron el artículo 122 (2) del Tratado de Funcionamiento de la
Unión Europea (TFUE), y además violaron varios derechos socioeconómicos
y libertades civiles (...)
Los préstamos bilaterales deben ser considerados ilegales, ya que violan
el procedimiento previsto por la Constitución griega. Los préstamos se
dieron con mala conducta clara por los prestamistas, y tenían
condiciones que contravienen la ley y al orden público. Tanto la
legislación comunitaria y el derecho internacional se incumplieron con
el fin de dejar de lado los derechos humanos en el diseño de los
programas macroeconómicos.(...)
La deuda con los acreedores privados debe considerarse ilegal porque los
bancos privados se comportaron irresponsablemente antes de que la
Troika entrara en vigor, habiendo gestionado sin rigor, mientras que
algunos acreedores privados, como los hedge fund también actuaron de
mala fe. (...)
El informe llega a su fin con algunas consideraciones prácticas. El
Capítulo 9, bases legales para el repudio y la suspensión de la deuda
soberana griega, presenta las opciones relativas a la cancelación de la
deuda, y en especial las condiciones en que un Estado soberano puede
ejercer el derecho de acto unilateral de repudio o la suspensión del
pago de la deuda bajo ley internacional. (...)" (Resumen Ejecutivo del Comité de la Verdad y Auditoría de la Deuda Griega, Daniel Albarracin, Economía crítica y crítica de la economía, 18/06/2015)
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