11.12.15

Las propuestas de Podemos: Es el programa más social. Es técnicamente sólido, de inspiración keynesiana, y está a la izquierda de los otros partidos

"(...) De la acumulación de propuestas del verano de 2014, Podemos ha pasado a presentar un programa coherente, articulado y con un notable nivel de adecuación al contexto económico y social de España. 

Tal es así que a los sectores más izquierdistas o contestatarios de la formación, o a los economistas con mayor vocación postkeynesiana, es probable que este programa les resulte insuficiente. 

Entre medias, es imprescindible reconocer dos factores: la presión social a la que han sido sometidos, y el desenlace de la experiencia de Syriza. El equipo de Podemos ha tomado buena nota de estos factores a la hora de diseñar su modelo económico. 

El programa está estructurado en torno a cinco objetivos: garantizar el derecho al trabajo y crear empleos decentes, atender a la situación de las personas más afectadas por la crisis, transformar el modelo productivo, disminuir el peso de la deuda, y fomentar la igualdad entre hombres y mujeres. 

 Para cumplir con estos objetivos, propone cuatro ámbitos de actuación: terminar con la austeridad –fiscal y salarial--, fortalecer las políticas sociales, realizar reformas estructurales y políticas industriales, y medidas específicas para abordar los problemas de deuda pública y privada.

Para cada uno de estos ámbitos de actuación proponen una serie de medidas con diferentes grados de concreción y alcance, muchas de ellas homologables a las de ciudadanos y PSOE –lucha contra el fraude fiscal, por ejemplo-- pero otras muchas diferenciadas –aunque, en buena medida, compatibles con las de los socialistas, como veremos. (...)

En materia laboral, Podemos apuesta por reforzar la negociación colectiva e incrementar el Salario Mínimo Interprofesional con un objetivo similar al planteado por el PSOE –el 60% del salario medio-- pero con una senda de crecimiento más intensa  en los primeros años. 

Aunque apuesta por derogar las dos últimas reformas laborales, no dibuja un modelo alternativo completo, limitándose a acortar el plazo de los contratos temporales a un año, o a facilitar la flexibilidad interna en las empresas, al estilo alemán, en el que reducciones de tiempo de trabajo son compensadas parcialmente por el Estado, una medida francamente interesante.

En cualquier caso, Podemos confiere al Estado la responsabilidad de garantizar de manera subsidiaria el derecho al trabajo, pero no a través de un programa de trabajo garantizado, sino de la promoción de inversiones que orienten la economía hacia el pleno empleo.

En el ámbito social, destaca su doble idea estrella de renta garantizada –para hogares por debajo del umbral de la pobreza monetaria--  y de complemento salarial escalonado, que permitiría salir de la pobreza a cientos de miles de personas. 

Proponen revertir los recortes en materia de sanidad y educación y dependencia, hacer universal el acceso a la educación infantil, y promover la conciliación entre la vida laboral y la personal, con la implantación progresiva de las 35 horas semanales. En materia de pensiones, proponen derogar las reformas producidas durante la crisis y complementar los ingresos del sistema con un nuevo impuesto, como también propone el PSOE.

En materia fiscal, Podemos plantea –de nuevo-- la lucha contra el fraude a través de diferentes medidas (todas, realmente, muy parecidas a las de Ciudadanos o PSOE), incrementar los tramos del IRPF, establecer mínimos en patrimonio, sucesiones y sociedades, y diferenciar el tratamiento fiscal de los beneficios distribuidos como dividendos y los reinvertidos en la propia empresa. 

Completan su propuesta impositiva el incremento de los impuestos ambientales y la reestructuración del IVA, situando más productos en los tipos reducidos y superreducidos.

En el ámbito del nuevo modelo productivo, destaca la escasa atención que le dedican a la I+D y la innovación, y a la productividad de las empresas. La recurrente preocupación por el tamaño de las empresas española parece haber pasado de largo en las puertas de Podemos. 

Su propuesta, por el contrario, articula una política industrial basada en planes sectoriales y en la creación y promoción de clusters, la creación de fondos soberanos para la protección de empresas denominadas estratégicas –la versión light de su inicial política de nacionalización-- y una profunda revisión del sistema energético, incluyendo el fomento de las energías renovables –que ocupan la centralidad de su propuesta en esta materia-- y la eficiencia energética. 

Podemos está dispuesto a acabar con los privilegios de las grandes eléctricas y sus medidas están destinadas a acabar con los windfall profits, o beneficios recibidos sin justificación productiva alguna. 

Por último, se mantienen fieles a sus principios y apuestan por integrar todas las entidades financieras rescatadas que siguen en manos del FROB en una banca pública con vocación de banca de  inversión, aparte de regular más intensamente el resto del sector bancario. 

En materia empresarial, Podemos se focaliza en los autónomos –creando la figura del autónomo de responsabilidad limitada-- y en el fomento de la economía social. Sus medidas para fomentar el emprendimiento innovador –otro de los mantras de los últimos años-- equivalen a un párrafo en su programa.

Finalmente, Podemos recupera su bandera de la reestructuración de la deuda pública. No es un tema menor: en la actualidad los costes de nuestra abultada deuda están presionados a la baja por la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, pero una subida de tipos –y algún día subirán-- puede poner en aprietos muy serios nuestras cuentas públicas y privadas. 

Sin embargo, su propuesta de auditoría y reestructuración se queda reducida a la articulación de un mecanismo que lleve a que los bancos rescatados paguen el crédito otorgado por el Mecanismo Europeo de Estabilidad en 2012. Esta cuantía representa menos del 5% del total de la deuda pública española, por lo que su impacto, más allá del meramente simbólico, es difícilmente significativo. En cuanto a la deuda privada, Podemos propone reestructurar la deuda hipotecaria, ajustándola a su valor de mercado. (...)"                (José Moisés Martín Carretero, CTXT, 02/12/15)

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