"(...) La polémica comenzó con un artículo del prestigioso diario médico BMJ donde se afirmaba que el ratio
de muertes aumentaba en los pacientes ingresados los fines de semana.
A
pesar de que desde la revista se afirmase en varias ocasiones que se desconocen los motivos reales
de dichas muertes, el secretario de Estado de Salud británico, Jeremy
Hunt, no tardó en aprovechar las cifras para imponer un nuevo contrato a
los Junior Doctors. Bajo el pretexto de ofrecer un servicio
sanitario 24 horas, entre otras medidas, este nuevo contrato reduce los
complementos salariales por trabajar en “horario antisocial”.
La
respuesta no se hizo esperar y pronto Twitter quedó inundado por el hashtag #ImInWorkJeremy con cientos de selfies
de médicos trabajando los fines de semana. El lunes 30 de noviembre el
Gobierno se vio obligado a dar marcha atrás a la medida, ante la amenaza
de una serie de huelgas convocadas para el mes de diciembre.
“Jeremy Hunt está manipulando a los votantes para intentar reducir
gastos desesperadamente sin pensar en las consecuencias reales”, afirma
Benjamin Edwards, un doctor recién titulado que describe su trabajo como
“abrumador”. Actualmente se replantea su futuro laboral ante un NHS (National Health Service, el sistema sanitario público británico) “en crisis” que está “sobrecargando de trabajo a su personal”. (...)
Decenas de hospitales se encuentran básicamente en quiebra, y se ven
obligados a reducir personal y servicios para enfrentarse a la deuda del
PFI (Iniciativa de Financiación Privada, por sus siglas en inglés).
Aunque la ley no obliga a los hospitales a utilizar estos contratos,
están impuestos de facto y consisten en que cada vez que un
hospital necesita una nueva infraestructura debe asociarse con una
empresa privada, y después esta deuda con intereses será devuelta por el
Estado en los próximos años.
Este sistema de financiación fue importado
por Esperanza Aguirre en Madrid, para la construcción de nuevos
hospitales como el Puerta de Hierro de Majadahonda, en un modelo de
privatización paralizado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Según datos ofrecidos por el sindicato Unison, dos tercios de los NHS trusts
(organizaciones que ofrecen servicios sanitarios públicos) que se
encuentran en déficit tienen una deuda de PFI.
Lo que hace insostenible
estos contratos son los intereses añadidos por parte de las empresas
privadas; el Gobierno calcula que los más de 700 contratos de PFI que
hay en el país para la construcción de colegios, hospitales y otros
edificios públicos costaron 54.000 millones de libras; sin embargo, el
Estado pagará más de 300.000 millones.
La activista y doctora Allyson Pollock ha realizado varios informes
para el Parlamento describiendo la insostenibilidad de este sistema.
Pollock explica cómo estos contratos fueron adoptados por el Gobierno
laborista de Blair en 1992 y desde entonces “han creado problemas de
financiación que han acabado en recortes”.
La doctora afirma que estos
contratos se siguen utilizando por “dos motivos: uno ilógico, la
creencia de que el sector privado invierte mejor el dinero; y el otro,
por los gastos, intentar mantener fuera de las cuentas grandes costes”.
Los contratos de PFI han llegado a casos extremos como el caso del
hospital de Lewisham, situado al sur de Londres. Miles de activistas
tuvieron que salir a las calles en el año 2013 para parar el cierre de
los servicios de emergencia y maternidad de un hospital que funciona perfectamente y es solvente.
¿El motivo del cierre? Aumentaría los pacientes de dos hospitales
vecinos —Queen Elizabeth y Princess Royal—, los cuales se encontraban en
bancarrota con costes que superaban los ingresos en un millón semanal y
tenían que responder a los inversores privados debido a los acuerdos de
PFI contraídos. Finalmente, los activistas consiguieron parar el cierre
tras meses de lucha en los juzgados.
En uno de los informes de Pollock
se recopilan los datos de los primeros 18 hospitales que adoptaron los
contratos de PFI, los cuales redujeron de media un 30% las camas
disponibles. Esto tiene una directa consecuencia en los pacientes:
mayores listas de espera. Sin embargo, los contratos de PFI son sólo la
punta del iceberg, se trata del caso más vistoso de la asociación
público-privada que se lleva impulsando en los últimos 20 años en Reino
Unido. (...)
los costes en consultores de gestión se duplicaron entre los años
2010 y 2014, pasaron de 313 millones a 640 millones de libras. David
Oliver, miembro del Ministerio de Sanidad y quien descubrió estas
cifras, asegura que con ese dinero se puede dar trabajo a más de 2.000
enfermeras cada año.
Todo ello ha provocado que varios expertos y asociaciones alcen la
voz ante un déficit económico que se calcula entre 20.000 o 30.000
millones de libras para el año 2020. (...)
Jeremy Hunt, afirmó en su discurso sobre el futuro del NHS
el pasado mes de julio, la sostenibilidad del sistema sanitario público
está en duda y no descarta introducir medidas de copago." (Arturo Noaín, CTXT, 02/12/15)
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