22.3.16

Si hay nuevas elecciones, Podemos debe atraer a los socialistas de izquierda del PSOE, sobre todo los de las ciudades pequeñas, para ganarlas

"Podemos está cerca de romper el bloqueo neoliberal que atasca a la sociedad española. Tomando el rodeo del discurso de la casta y difuminando el frente izquierda-derecha, ha conseguido envolver por detrás a la hegemonía de los grandes poderes que se sentían cómodos con los viejos, conocidos y previsibles rivales que tenían delante.

 Es una maniobra de la que se dieron cuenta tarde dichos poderes -también la propia izquierda- que posiblemente haga escuela en otros países. Sin ella no habría sido posible sobrepasar el 20% de los votos y aspirar a acercarse al 25% para erosionar los ejes del poder neoliberal que amenaza con destruir todas las conquistas de la segunda postguerra mundial en los países occidentales. 

Podemos trae una psicología de maquinaria engrasada para tomar el poder fraguada con saberes acumulados a lo largo de dos generaciones de enseñanza superior  que un sistema empresarial autocrático y poco innovador no necesita para construir su  capitalismo feo. 

Ahora estos saberes se han canalizado hacia la transformación social: hace tiempo que venimos comentando el potencial de revulsión que contiene esta brecha entre cualificaciones y ocupaciones que viene aumentando desde 1990 y que  estalló políticamente en 2010(1). 

Hay dos flecos que Podemos necesita rematar para alcanzar su objetivo: 

(a) acabar de superar al PSOE en votos y hegemonía dentro de la izquierda y 

(b) elaborar una estrategia propia para abordar el problema nacional.  

(a) El diagnóstico era que el PSOE iba a seguir el camino del desplome del  PASOK griego y que una marea suficiente de voto progresista iba a acudir de forma espontánea hacia Podemos. Esto sólo ha sucedido en parte. 

Habría sido necesaria una estrategia más elaborada, menos confiada en el automatismo del desplome apoyada en una sociología política fina para explorar la complejidad del voto socialista.

El problema del primer fleco es el de los municipios pequeños y sus zonas de influencia periurbana donde el voto progresista sigue compactado en torno al PSOE.

 Se debe, por un lado, a la actitud reticente de ese electorado a experimentos discursivos como los de Podemos que entran mejor en las ciudades grandes y los profesionales urbanos. 

 Por otro, se debe a la importancia del elemento identitario en la cultura política de muchos votantes del PSOE, cultura que sigue unida a los conflictos y las representaciones políticas del siglo XX y que incluye el fordismo, la Edad de Oro de la socialdemocracia europea.
 
Para rematar el primer fleco Podemos tiene que explorar en serio el voto socialista en sus zonas blancas y tomar nota de la federación Alternativa Socialista (http://cli-as.org) en la que se están reagrupando los socialistas disconformes que reúnen justamente este perfil.

Sus miembros conservan contactos personales con militantes que aún están en el Partido y tienen una cultura “made in siglo XX” que comunica de forma natural con los votantes del PSOE. Por ahora Podemos ha tocado techo en su crecimiento a costa del PSOE e intenta compensarlo atrayendo el voto nacionalista de izquierdas.

Pero el beso con Domenec se inscribe en el desbloqueo del segundo fleco (ver abajo) que no en el del primero que son precisamente las zonas blancas. Los socialistas que se están agrupando en Alternativa Socialista traen una cultura identitaria similar a de sus antiguos compañeros, son de convicciones antineoliberales y se incorporarían a una izquierda mosaico con este y otros partidos siguiendo el ejemplo exitoso de las municipales.

Izquierda Unida fracasó en las europeas por no tomárselos en serio, lo cual acabó en la eclosión de Podemos a costa del PSOE y de la propia IU. Se adelanten o no las elecciones no debería cometerse el mismo error: no sólo es necesario tener en cuenta a AS sino que, además, es esencial darle toda la visibilidad posible.

Intentar reunir más voto socialista cooptando caras mediáticas no parece suficiente. La cultura política del país ha cambiado y las caras se desgastan ahora tan rápido como se construyen.

A estas alturas, los profesionales urbanos que no comulgan con el PSOE ya le han retirado su apoyo y si algunos, convencidos por Pedro Sánchez, regresan a él en una próxima contienda electoral no van a dejar de hacerlo porque alguna cara conocida se pase a estas alturas a Podemos.

En definitiva, las escaramuzas que se jueguen fuera de las zonas blancas no son suficientes para rematar este primer fleco: hay que ir al grano. (...)

(1) A. Fernández Steinko:  Espagne: capitalisme des propriétaires fonciers á la recherche d´un aménagement du néoliberalisme, en: Classes sociales: retour ou renouveau? Forum europeén  de confrontations. Syllepse, Paris 2003 y A. Fernández Steinko: Izquierda y Republicanismo: el salto a la refundación. Madrid, Akal 2010."              (Armando Fernández Steinko, Piensa y actúa, 11/03/16)

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