"(...) ¿Va a aumentar mucho la presión la victoria de Fillon?
(...) Como Fillon no va a las empresas, no lo sabe. Se olvidó decir que con
el aumento de la jornada las bajas por enfermedad se doblaron en la
empresa, porque cuando se trabaja en condiciones difíciles eso tiene
efectos en la salud.
En definitiva, que incluso en las empresas en las
que hay sindicatos cuando te dicen “si no aceptáis, cerramos”, la
negociación es muy difícil. Si te dicen, “estás en plena forma, o te
dejas cortar los dos brazos o te matamos”, bueno, pues prefieres el
corte a morir… Y no hay sindicatos en todas las empresas. Pero Fillón
quiere ir aún más lejos.
¿Qué consecuencias tendrá el recorte anunciado de 500.000 funcionarios?
Será
la catástrofe. Por desgracia esa es la pregunta que los periodistas no
le hacen. La realidad es que los funcionarios ya no pueden más, que no
hay que suprimir puestos sino crearlos. Su solución es que trabajen más
pero en los hospitales ya están al límite, que las bajas por enfermedad
de las enfermeras -casi siempre son mujeres- están al límite.
Allí,
desde sus despachos, no tienen ni idea de la vida real de la gente. Y en
la enseñanza, las clases están sobrecargadas. La educación debería
estar sacralizada, darle todos los medios. No es un gasto, sino una
inversión y lo mismo ocurre con la sanidad… Y luego, los servicios
públicos son la garantía de que, vivas en la Creuse o en Paris, tienes
los mismos derechos.
Pero están reagrupando los servicios en las grandes
ciudades, así que si vive en la provincia profunda el ciudadano deja de
ser igual en la República, porque en Burdeos va bien, pero en la Creuse
ya no hay hospital, cierra la oficina de correos, no hay internet… es
el propio sistema lo que están poniendo en cuestión. Y siempre
apoyándose sobre esa misma idea mentirosa de que los problemas de
Francia son culpa de los asalariados que no trabajan suficiente, que son
unos perezosos que ganan demasiado.
Así se culpabiliza al pueblo y se
añaden medidas que aún empeoran más su situación. Fillon miente cuando
dice que han aumentado en un millón los funcionarios en las
colectividades territoriales. ¡Y nadie le contradice!: lo que ha pasado
es que han transferido funciones del Estado al poder local, y con ello
los funcionarios. Es la cultura de la mentira.
¿Están dispuestos a una nueva confrontación?
Sí.
Hemos entrado en una nueva fase en la que la ley laboral ha sido
promulgada sin mediar voto, por imposición autoritaria. Pero llega a las
empresas y hay resistencia. Se ve menos que cuando somos un millón en
las calles, pero hay victorias.
En Renault hubo huelgas la semana pasada
porque la dirección quería un acuerdo de empresa para que trabajaran
una hora más. Eso es la ley laboral ahora. También hay muchas huelgas en
correos contra la supresión de carteros, que son funcionarios.
Pero el paquete que la derecha anuncia ahora va a ser mucho peor…
Fillon
ni siquiera quiere leyes, lo que quiere son ordenanzas; escribo un
texto, lo firmo y ni siquiera hay debate. Hay que convencer a la gente
de que las cosas se pueden hacer de otra manera. Saldrá aún más gente a
la calle. (...)
El problema es que no solo Fillon, sino también Hollande
demuestran que hay una “lepenización” de la política francesa. Es un
proceso serio, ¿no?
Cuando todos corren tras el lobo, acaban
legitimándolo. En eso somos intransigentes: el racismo es inadmisible.
Nos hemos opuesto a la retirada de nacionalidad (a binacionales acusados
de terrorismo, propuesta por el FN y asumida por el Presidente
Hollande, que no logró su aprobación). La extrema derecha siempre ha
estado presente en Francia y la CGT siempre se ha opuesto a esta
división: el que trabaja a tu lado, siempre es un compañero y no alguien
que te quiere quitar el trabajo aunque venga de muy lejos.
Hasta
ahora el incremento del voto al Frente Nacional siempre ha sido
contenido en Francia por el sistema proporcional y por la alergia que
aún provoca la ultraderecha a una mayoría de los franceses. ¿Va a volver
a funcionar esta póliza de seguro en 2017?
No estoy seguro.
Es verdad que los otros partidos entran en el terreno del FN en lugar
de proponer soluciones contrarias. Antes había una verdadera oposición
alrededor de los valores fundamentales de la República.
Hoy es el FN
quien lanza las ideas y determina la polémica sobre los refugiados, por
ejemplo. Es grave. Dicho esto, la democracia es el voto proporcional: no
se lucha contra las ideas del FN con leyes y artificios electorales, la
segunda vuelta y todo eso. Contra las ideas hay que luchar con ideas.
¿Se
está yendo hacia una síntesis entre el programa neoliberal europeo y el
populismo autoritario de los nietos de Pétain? ¿Podría ser ese el
futuro?
¡Pero si el FN es neoliberal! Tanto Marion Marechal
Le Pen como Florian Philippot proponen suprimir el impuesto a las
fortunas, suprimir las cotizaciones sociales que son el fundamento de la
solidaridad social en nuestro país. Todo eso no es para los pobres. ¡Es
el programa de la gran patronal del Medef!
Proponen, igual que Fillon,
liberalizar el trabajo, dejar de molestar a los patrones para que puedan
despedir como quieran. Así que el FN es económicamente un partido
liberal. La diferencia es que además de eso ponen cosas como el cierre de las fronteras, que los demás imitan, y
también la idea de que las elites son siempre los mismos, etc. (...)" (Entrevista a Philippe Martínez, secretario general de la CGT francesa, Rafael Poch , La Vanguardia, en Rebelión, 12/12/16)
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