"Aumentar la presión fiscal sobre las rentas altas y
las grandes empresas no tiene, al contrario de lo que sostiene el
mantra neoliberal, por qué resultar perjudicial para el crecimiento
económico.
La evolución de ambos factores en Aragón, una de las
comunidades autónomas con mayoría de izquierdas en esta legislatura
autonómica, cuestiona la credibilidad de ese dogma: el PIB creció a un
ritmo cercano al 3% el año pasado, cuando comenzó a aplicarse una
reforma fiscal diseñada para elevar en cien millones la recaudación y
que solo de enero a septiembre había supuesto un aumento de 180.
Los datos provisionales del Iaest (Instituto Aragonés
de Estadística) sitúan el PIB de Aragón al cierre de 2016 en 34.655
millones de euros, resultado de aplicar un aumento del 2,9% al registro de 33.688 de 2015.
Eso significa que el volumen de negocio de la comunidad creció en 976
millones de euros, de los que la reforma fiscal se lleva un 18,4%, menos
de la quinta parte.
La reforma fiscal,
promovida por el Gobierno PSOE-Cha que preside Javier Lambán y apoyada
por Podemos e IU, incluyó subir el IRPF a las rentas de más de 90.000
euros, aumentar el Impuesto de Patrimonio a quien posee bienes por más
de medio millón, elevar el Impuesto de Transmisiones (ITP) en la compra
de vivienda y, entre otras medidas como un gravamen de 2,4 céntimos a
cada litro de combustible de uso particular, creó un tributo sobre el
uso del agua para generar energía y otro sobre los tendidos de su
transporte. (...)" (Eduardo Bayona, Público, en Attac Madrid, 07/02/17)
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