28.6.17

Un impuesto sobre las transacciones bursátiles: la mejor solución a la desigualdad de renta. Recaudaría 400.000/800.000 millones de dólares en Estados Unidos, en una década

"Desde el advenimiento de la crisis económica de 2008, las Tasas sobre las transacciones financieras (TTF) han pasado de ser una idea radical a estar presente en los debates políticos dominantes. Se conciben como una manera de recaudar grandes cantidades de capital y, a la vez, reducir la intensidad de los movimientos en los mercados financieros. (...)

La Comisión Mixta de Hacienda del Congreso norteamericano ha estimado que un modesto gravamen del 0,03 % sobre todas las transacciones de títulos, bonos e instrumentos derivados, de acuerdo con la propuesta del Representante Peter DeFazio, supondría la recaudación de más de 400 mil millones de dólares norteamericanos a lo largo de una década, una cifra casi igual al 0,2 % del PIB. 

Estos serían fondos suficientes para cubrir el 60 % de los costos del programa de cupones de alimentos. Existen sin embargo propuestas de TTF más ambiciosas: el centro de estudios norteamericano Tax Policy Center, conjuntamente creado por el Urban Institute y el Brookings Institution, ha propuesto una TTF con una estructura tarifaria variable sobre diferentes instrumentos financieros.

 Sus cálculos arrojaron la conclusión de que el máximo de ingresos se alcanzaría con un tipo del 0,34 % sobre los títulos mobiliarios y con tasas menores sobre otros instrumentos. Este impuesto permitiría la recaudación de 800 mil millones de dólares, el 0,4 % del PIB, a lo largo de una década.

Bernie Sanders y Keith Ellison han promovido la aprobación de un impuesto escalado del 0,5 % sobre los títulos y otros instrumentos financieros, y el Congressional Progressive Caucus, el grupo más numeroso dentro del partido Demócrata, lo ha adoptado en su propuesta presupuestaria. Sus propios cálculos ofrecen estimaciones todavía más optimistas que las de Tax Policy Center. (...)

Además, la idea de desacelerar las operaciones cortoplacistas en los mercados financieros resulta atractiva. La idea de que una reducción del volumen de comercio pudiese también mermar la posibilidad de burbujas y desplomes financieros no puede todavía afirmarse de manera concluyente, pero sin duda valdría la pena probarla.

Con todo, hay otro aspecto de las TTF que ha recibido mucha menos atención. La carga de las TTF recaería casi en su totalidad sobre el sector financiero. El razonamiento básico es que, presumiblemente, el volumen de comercio se reduciría casi de manera proporcional al porcentaje de aumento de los costes de transacción bursátil. Esto quiere decir que si los impuestos encarecen en un 40 % tales costes, entonces, se puede esperar que el volumen de transacciones se reduzca casi un 40 %.  (...)

En consecuencia, los únicos que tienen algo que perder con las TTF son aquellos que ganan su dinero con las transacciones, no los ciudadanos con planes de pensiones o la población de ingresos medios protegida por el sistema público (el llamado plan 401k, en los Estados Unidos). En efecto, las TTF harían que el sector financiero cumpliese mejor su función, asignando el capital de los ahorradores a los inversores de manera más eficiente. 

Si un impuesto a las transacciones financieras recaudase 40 mil millones de dólares por año, el volumen de beneficios anuales del sector financiero se reduciría casi en la misma cantidad. Si la recaudación de la tasa alcanzase los 80 mil millones, el sector financiero sería 80 mil millones de dólares más pequeño.

Sin embargo, el beneficio realmente positivo de estos ahorros es que se extraerían de los bolsillos de muchas de las personas más ricas del país: los operadores de Wall Street y los socios y gestores de los fondos de inversión. Una TTF reduciría de manera radical los ingresos de un grupo de ciudadanos que se sitúan en el escalón de ingresos más alto. 

Si se reducen las oportunidades de hacer una fortuna en los mercados bursátiles, muchos de aquellos ciudadanos se verán guiados a buscar trabajo en el diseño de software, biotecnología u otras áreas en las que sus habilidades podrían aportar un valor mayor, aunque no reviertan en tantos millones como lo harían en Wall Street. (...)

Este es un ejemplo claro de una política bien definida que revertiría de manera directa algunos de los efectos del proceso regresivo de redistribución experimentado durante las últimas cuatro décadas. Evidentemente, los defensores de las TTF todavía deben dar una complicada batalla para verlas aplicadas. 

Al igual que otras políticas destinadas a invertir tal proceso regresivo, el problema no es la dificultad de diseñar la medida política, sino que el principal obstáculo es el poder de las personas más ricas, contrarias a una economía más justa y eficiente."               (Dean Baker  , Sin Permiso, 03/06/2017)

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