29.1.18

El Estado emprendedor: Podemos debe presentar un programa de gobierno que abandere la innovación económica, la innovación ecológica, la innovación social y la innovación democrática, construyendo un laboratorio de gobernanza

"(...) A nuestro juicio, lo más interesante de la obra de Mazzucato es su marco conceptual y el conjunto de instrumentos e instituciones propuestos que pueden ser aplicados a otros campos de innovación (como la innovación en el sector público). 

Es central la idea de construir un “ecosistema de innovación simbiótico” entendido como un “liderazgo público participado que genera soluciones novedosas ―en materia de bienes, servicios y procesos― orientados a resolver necesidades sociales complejas ―que busquen mayor efectividad que las soluciones tradicionales― y que conlleven al final del camino tanto un cambio en las relaciones sociales como una generación de valor público”(1)

Ecosistema innovador que requiere, para operar, instituciones de intermediación e impulso: las agencias de desarrollo e innovación pública y los laboratorios de políticas públicas. Estas instituciones se definen por ser públicas e independientes, con una misión, visión y competencias estatutariamente establecidas, con una estructura técnica potente basada en un consejo asesor de expertos y unos cuadros técnicos bien formados en cada materia.

 Con el objetivo de alcanzar suficiente prestigio y legitimidad como para ser, por un lado, considerados por los actores como mediadores legítimos y por el otro, atraer al mejor talento humano. Las agencias y los laboratorios deben ser entendidos como una nueva institucionalidad democrática que sirve de palanca y motor para garantizar la innovación permanente: ambas instituciones son parte del Estado emprendedor. 

En este sentido, una fuerza política como Podemos, si quiere ser hegemónica no sólo en lo discursivo sino también en lo gubernamental, debe abanderar este nuevo arte de gobierno, que algunos autores como Pascual Esteve llaman “Gobernanza Democrática”(2) y que incorpora una nueva constelación de conceptos, estrategias, instituciones y políticas: co-diseño y co-producción de políticas públicas, innovación social, políticas basadas en la evidencia, proyectos piloto, participación ciudadana, partenariados público-privados, transparencia, colaboración público-comunitaria, gestión relacional, cultura de la evaluación, etc. 

Aterrizando este marco conceptual en, por ejemplo, el caso madrileño y aprovechando las próximas elecciones autonómicas como oportunidad para plasmar las anteriores críticas en propuestas políticas, la Comunidad de Madrid y el conjunto de los municipios que forman parte de ella, en especial el Ayuntamiento de la capital, deberían colocar la innovación en el centro de su proyecto. 

Para ello podrían partir de la búsqueda de la innovación en cuatro campos distintos: innovación económica, innovación democrática, innovación ecológica e innovación social. Siendo indiscutible el enorme potencial del binomio Ayuntamiento-Comunidad para impulsar este cambio, analicemos a continuación cómo se traduciría esto a nivel programático: 

1) Un programa de gobierno que abandere la innovación económica debe construir una agencia de desarrollo e innovación económica, al estilo de la exitosa Barcelona Activa, que persiga tanto objetivos de proceso (fomentando  espacios de colaboración público-privada con organizaciones empresariales, sindicales y del tercer sector y colaborando con una red de municipios madrileños); como objetivos de resultado, que estimulen el desarrollo económico equilibrado y la cohesión territorial, incorporando el fomento estratégico de otro modelo empresarial como el cooperativo ―la democracia en la empresa―, incentivando el triple balance en las empresas: económico, ecológico y social ―en contraposición al modelo filantrópico de la RSC―, promoviendo incubadoras de startups de emprendimiento social, proveyendo de formación y asesoramiento a cooperativas y autónomos, etc.

 En definitiva, el fomento de la economía social y cooperativa como modelo estratégico para Podemos Madrid. 

2) Un programa de gobierno que abandere la innovación democrática debe construir un laboratorio de gobernanza, es decir, una unidad especializada que forme, asesore y guíe a la administración para generar inteligencia institucional convirtiendo los datos en aprendizajes  que permitan a los dirigentes públicos gobernar a través de la evidencia empírica. 

Laboratorios como estos pueden servir para innovar en políticas de participación ciudadana, impulsando por ejemplo el Crowdlaw, una nueva política de participación que ha desarrollado uno de los centros de innovación democrática más potentes del mundo: el Governance Lab de la New York University

Este centro, dirigido por Beth Noveck, propone incorporar la participación de la ciudadanía en todas las fases del proceso de toma de decisiones, tanto en la esfera legislativa como en la ejecutiva, con el objetivo de aumentar el compromiso de los ciudadanos para mejorar la calidad, la efectividad y la legitimidad de la democracia. En síntesis, impulsar políticas públicas innovadoras en participación ciudadana es la concreción del mandato político de las plazas, parte fundante del ADN de Podemos. 

3) Un programa de gobierno que abandere la innovación ecológica debe construir una agencia de innovación ecológica, con un potente equipo de I+D que actúe en colaboración con el sector privado y el espacio universitario madrileño, para desarrollar energía fotovoltaica, no solo produciendo y comercializando energías renovables sino incentivando además la demanda de energías limpias, como la solar, ayudando a “convertir Madrid en la capital europea de la energía solar” como sugiere Estrada.

 Una agencia de innovación ecológica madrileña tendría en su agenda el fomento de la economía circular, la innovación en gestión de residuos y el impulso de la eficiencia energética. La capacidad real de aumentar la soberanía energética limpia y de diversificar nuestro mix energético convierte a esta política no en una opción, sino en una obligación si queremos preservar nuestro planeta

4) Un programa de gobierno que abandere la innovación social debe construir un laboratorio de políticas sociales, que (al igual que con la innovación democrática) sirva de think tank de la administración.

 Esta unidad especializada en análisis de datos tendría como objetivo la mejora de las políticas sociales de reducción de la pobreza y la desigualdad, el impulso de la innovación en el modelo de los servicios sociales, la promoción de la contratación con cláusulas sociales, el fomento de la colaboración socio-sanitaria y, sobre todo, los experimentos de políticas sociales innovadoras como el Housing First ―modelo de atención al sinhogarismo― o la Renta Básica Incondicional, como ya se está haciendo en otros países europeos, o sin ir más lejos, el experimento del B-MINCOME en Barcelona. Podemos debe demostrar que otras políticas sociales no solo son posibles sino que son más eficientes.   

En definitiva, rumbo a 2019 Podemos no solo debe construir un discurso atractivo que constituya una nueva voluntad colectiva, sino que debe ofrecer un proyecto político sólido a la altura de los tiempos, generando un nuevo arte de gobierno vanguardista en lugar de incrementalista(3), y creando una administración innovadora en vez de reproductora(4): la fórmula concreta de construir un Estado emprendedor en Madrid debería ser un objetivo prioritario."                (Victòria Alsina/Eduardo González de Molina / Daniel Vila, CTXT, 24/01/18)

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