"En Túnez, un importante lugar de producción de bajos salarios para la
industria alemana, continúan las manifestaciones contra la ley de
finanzas 2018 que provoca un drástico aumento del costo de la vida.
La
ley fue impuesta al país por el FMI para luchar contra las consecuencias
de una crisis estructural. En su origen, la República Federal alemana
está involucrada en las causas de esta crisis: las empresas alemanas y
el gobierno federal contribuyeron a orientar a Túnez de manera
unilateral a un número limitado de sectores de exportación
-especialmente la producción textil y de cables- que no dan al país
verdaderas oportunidades de desarrollo.
Al mismo tiempo, la fuerte
dependencia respecto a las empresas extranjeras obligó a Túnez a
conceder a los inversionistas extranjeros ventajas fiscales que
precipitaron el país en el endeudamiento.
El año pasado Túnez tuvo que
pagar una quinta parte de su presupuesto para el servicio de la deuda a
sus acreedores extranjeros, según un estudio de la Fundación Rosa
Luxemburg (Partido de izquierda alemán). En el marco del “Compact with
Africa” (Pacto con África) del G20, Berlín sigue tratando a Túnez de
acuerdo con los intereses de los inversores alemanes.
En Túnez, las protestas continúan contra la nueva ley de finanzas,
que entró en vigor a principios del año bajo la presión del Fondo
Monetario Internacional (FMI). La ley tiene como objetivo contribuir a
aumentar los ingresos del Estado con el fin de reducir el endeudamiento
significativo del país, que aumentó considerablemente en los últimos
tiempos. La economía tunecina se derrumbó estos últimos años,
principalmente porque las inversiones extranjeras y el turismo
disminuyeron a raíz de varios ataques terroristas yihadistas.
La ley de
finanzas hace ahora oscilar la carga, con la reducción de las
subvenciones y los aumentos de IVA, sobre la población que debe pagar
más caro, entre otras cosas por la gasolina, la comida y los
medicamentos [1]. Violentas manifestaciones estallaron la semana pasada y
el ejército y la policía respondieron con brutalidad. Más de 800
personas fueron detenidas y un manifestante fue asesinado. El domingo
pasado, las manifestaciones contra la ley de finanzas continuaban.
Un segmento de los enlaces económicos europeos
Sin
embargo, las causas reales de la crisis actual en Túnez no se deben
solamente al reciente colapso de la economía; son más profundas y tienen
raíces estructurales. Eso fue descrito recientemente por un análisis
publicado por la Fundación Rosa Luxemburg (Partido de izquierda alemán).
Como lo confirma el análisis, la economía ha sido durante las últimas
décadas «debido a una estrategia de integración como eslabones en las
cadenas económicas mundiales» orientada «unilateralmente hacia unos
pocos sectores de exportación…». Se trata en este caso de sectores como
la «industria textil» y de los «equipos mecánicos y eléctricos», que
están «claramente dominados por las empresas europeas». [2]
De hecho,
las empresas alemanas juegan un papel preponderante en este sentido.
Alrededor de 250 empresas de la República Federal invirtieron más de 350
millones de euros en el país; el fabricante de cables de Núremberg
Leoni es, actualmente según sus propios datos, el mayor empleador del
país; Entre los otros productores de cables (Dräxlmaier, Kromberg &
Schubert) son especialmente las empresas textiles (Van Laack, Rieker),
el fabricante de animales en felpa Steiff y varias empresas de
electrónica (Marquardt, Mentor, Wisi) que están presentes en Túnez.
Como
lo señala la Fundación Luxemburg, la inversión extranjera creó «una
estructura económica basada en la especialización en industrias de
escaso valor agregado». Además los inversionistas extranjeros «buscan la
maximización del beneficio por la reducción de los costos».
Los
beneficios se transfieren regularmente - y probablemente no siempre
legalmente - de Túnez hacia las sedes centrales de las empresas. Los
inversionistas no suscitan ningún desarrollo económico adicional.
Además, según el análisis, Túnez, bajo la presión de la competencia de
los sitios de implantación, busca atraer o mantener a los inversionistas
extranjeros por el dumpin fiscal [3]. De hecho, la agencia económica
pública alemana Germany Trade &Invest (GTAI) señala: “Los
inversionistas pueden beneficiarse de las bajas tasas impositivas en
Túnez”.
Además en caso de “inversiones en capacitación de los jóvenes” o
en “el aumento del valor agregado” o en la “capacidad de exportación”,
los inversionistas a menudo pueden obtener “grandes subsidios”. [4].
Esto, indica el análisis de la Fundación Luxemburg, condujo a una
disminución de los ingresos públicos y “a un deterioro de las
condiciones de vida socioeconómicas de la población.”[5]
Además, por lo
tanto, existe un “endeudamiento”: La competencia de los sitios de
implantación y la falta de oportunidades de un desarrollo propio en las
cadenas globales de valor agregado, llevaron a Túnez estructuralmente a
la deuda. Ahora se autonomizó, explica el análisis. Así “1,7 mil
millones de dólares de un préstamo de 2,9 mil millones” que el país
contractó en el marco de una medida del FMI en 2016, tuvieron que
gastarse “para reembolsar un antiguo crédito standby del FMI”.
Además en
2017, Túnez se vio obligado a dedicar “una quinta parte del
presupuesto… para reembolsar a los acreedores extranjeros”. Bajo estas
condiciones, un desarrollo próspero en realidad es imposible de lograr.
Promoción de la inversión
Las
empresas alemanas han estado utilizando Túnez desde hace décadas como
un sitio de bajo costo- Leoni, por ejemplo, desde 1977 - y han
contribuido de manera decisiva a fijar la actual posición económica de
Túnez. El gobierno federal siempre ha apoyado sus actividades en el
país; por lo tanto, acordó un “partenariado para la transformación “ con
Túnez un año después del derrocamiento del presidente Ben Ali a
principios de 2011.
Este acuerdo otorga a las empresas alemanas
numerosas ventajas lucrativas [6]. Su más reciente etapa: el año pasado,
Berlín y Túnez anunciaron que seguirían promoviendo las condiciones
marcos de la inversión extranjera en Túnez con el rótulo de «Pacto con
África» del G20.
La comunidad empresarial alemana desde hace tiempo se
queja de que “la aplicación de leyes para mejorar la situación de la
plaza económica [Túnez] se está quedando atrás”. En el «Pacto» en primer
lugar ahora se enfatizan las reformas del sector financiero y bancario.
[9]
Armas para Túnez
Mientras siguen las protestas
de la población, Túnez puede también puede contar con las armas alemanas
para silenciarlas. El año pasado, por ejemplo, el gobierno federal
aumentó las licencias de exportación de equipos militares a Túnez a más
de 58 millones de euros. Por ejemplo, se autorizó la entrega de doce
fusiles automáticos de los armeros alemanes Heckler y Koch.
Además
las autoridades alemanas organizaron numerosos cursos de formación para
policías tunecinos, que se supone deben intensificar el control de las
fronteras, pero que, en algunos casos, también son útiles a otros fines.
El Gobierno federal anunció planes para entrenar a la policía tunecina
en el futuro. [10]" (Eigener Bericht , German Foreign Policy, traducción en Rebelión, 25/01/18)
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