"(...) Contrariamente a la opinión de la teoría económica dominante, el acuerdo
de libre comercial de 1994 (TLC) con los EE.UU. y Canadá no ha supuesto
un impulso para la economía mexicana.
De hecho, mientras que la
economía mexicana creció el doble hasta alcanzar el 16% de la producción
de Estados Unidos en los 30 antes previos a 1980, ha disminuido un 12%
desde entonces.
La producción de México por hora de trabajo en relación con la de los EEUU está cerca de su nivel más bajo desde 1950.
El
TLC, lejos de aumentar el rendimiento económico de México, aumentó su
dependencia del comercio y la inversión de Estados Unidos, quedó
prisionero de las medidas neoliberales de la década de 1980 y el aumento
de las disparidades entre las zonas fronterizas con EEUU de rápido
crecimiento, con sus zonas económicas especiales, y las regiones rural
pobres del sur. Y ahora el presidente Trump insiste en renegociar el TLC
para que sea aún más favorable a los EEUU!
Por otra parte, como
el excelente informe del CEPR argumenta, si el TLC hubiera tenido éxito a
la hora de restaurar la tasa de crecimiento mexicana anterior a 1980,
México sería un país de altos ingresos, con un ingreso per capita
significativamente mayor que los de Portugal o Grecia.
En ese escenario,
es poco probable que la reforma migratoria se hubiera convertido en un
tema político importante en los Estados Unidos, ya que relativamente
pocos mexicanos tratarían de cruzar la frontera.
La
tasa de pobreza mexicana del 55,1% en 2014 (último dato disponible) fue
superior a la tasa de pobreza de 1994. Como resultado, había alrededor
de 20,5 millones más de mexicanos que vivían por debajo del umbral de la
pobreza que en 1994. Los salarios reales han hecho pocos progresos
desde 1994. Hubo una caída de los salarios reales del 21,2% a partir de
1994-96 asociada a la crisis del peso y la recesión. Los salarios no
recuperaron su nivel pre-crisis (1994) hasta 2006, 11 años después.(...)
Como resultado de la
baja rentabilidad e inversión, junto con el impacto del acuerdo TLC, la
economía mexicana se ha básicamente estancado. La razón es el fracaso
del sector capitalista de México. Sí, el 'período neoliberal' desde
principios de 1980, presidido por distintos partidos pro-empresariales
de México, consiguió frenar la caída de la rentabilidad del capital
mexicano, en cierta medida, pero no pudo revertir positivamente la
tendencia hacia arriba, como consiguieron la mayoría de las otras
economías capitalistas.
El lento crecimiento económico en el período posterior a la crisis
global ha provocado una crisis de las finanzas públicas en la medida en
que el Estado tuvo que pagar la factura de la incapacidad del sector
privado.
Entre 2008 y 2018, la deuda pública creció del 21% del PIB en
2008 al 45,4% del PIB en 2018. Esta deuda absorbe un 20% más de los
ingresos públicos del gobierno que los asignados a la salud, la
educación y la reducción de la pobreza en el presupuesto federal. Esta
es la carga que AMLO heredará. (...)
A pesar del optimismo de la OCDE, la inversión del sector capitalista
se ha estancado o caído desde el final de la Gran Recesión.
Y
es que la rentabilidad del capital mexicano no se ha recuperado desde
la Gran Recesión, al menos de acuerdo con la tasa neta de retorno de
capital según los datos ofrecidos por AMECO. De hecho, la rentabilidad
está todavía un 18% por debajo del nivel de 2007 y un 28% por debajo del
pico ‘neoliberal' de 1997. (...)
El programa de AMLO es fundamentalmente keynesiano: mediante la
inversión pública 'cebar la bomba' de la inversión privada. Y este
dinero saldrá de la lucha contra la corrupción. Pero no está dispuesto a
revertir la privatización parcial de PEMEX, la empresa petrolera
estatal, o poner fin a la ‘pesadilla’ del nuevo aeropuerto de Ciudad de
México.
Sólo a considerar "la revisión de los contratos. Pero, ¿cómo
podrá cambiar las cosas AMLO en relación con la corrupción, la
desigualdad y la violencia sin tener el control de los bancos
(principalmente extranjeros), renacionalizar PEMEX y hacerse cargo de
las principales operaciones multinacionales en México?
Donald
Trump felicitó a AMLO por su victoria. Pero el vecino del norte de
México está ahora dirigido por un nacionalista, que además es un
imperialista enloquecido que quiere desencadenar una guerra comercial
con todos y cada uno de los países del planeta. México se encuentra en
la primera línea de este torbellino, con una economía capitalista en
dificultades en medio de la pobreza, la corrupción y la violencia. Pero
con una enorme y joven población, recursos de petróleo y gas y, en
parte, una industria moderna.
México se encuentra en una posición mucho
mejor que la que tuvieron en su momento Venezuela y Cuba para tener
éxito. AMLO no jurará su cargo hasta dentro de cinco meses (en
diciembre). Tiene por delante grandes desafíos." (Michael Roberts, The next recession, trad. Sin Permiso, 06/07/18)
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