7.9.18

En Italia se cayó un puente. El ministro del Interior italiano se atrevió a murmurar que la condenada política de austeridad impuesta por Alemania en la UE “nos impide dedicar el dinero necesario a la seguridad de nuestras autopistas”. La respuesta de Bruselas fue decir que eso era “populismo”... No lo es, italia invierte más en sus autopistas que Alemania, sucede que todos los puentes, alemanes o italianos... europeos, están hechos un asco por la política de austeridad y por las privatizaciones

"En Italia se cayó un puente. El ministro del Interior italiano se atrevió a murmurar que la condenada política de austeridad impuesta por Alemania en la UE “nos impide dedicar el dinero necesario a la seguridad de nuestras autopistas”. La respuesta de Bruselas fue decir que eso era “populismo”, que la culpa es de la mala administración de los manirrotos italianos. Ojalá fuera así. 

Según datos de la OCDE Italia se gastó (en 2015) 14.000 millones en su red viaria de 7.000 kilómetros. Alemania, que tiene una red de autopistas casi dos veces mayor que la italiana (13.000 kilómetros) se gastó ese mismo año 11.600 millones. 

Es decir, Italia invierte más que Alemania en ese terreno. Que los puentes alemanes están hechos un asco lo reconoce hasta el Frankfurter Allgemeine Zeitung, principal órgano escrito del establishment alemán de piñón fijo. Y no solo los puentes, también las vías férreas, el sistema de señalizaciones alemán, etc., etc. están en gran parte decrépitos.

No es un problema italiano ni alemán. Es un problema europeo que es resultado directo de la política de reducir el gasto público y privatizar, aplicada desde hace años. En Francia el descarrilamiento de Brétigny de julio de 2013 fue un claro síntoma. 

Toda la infraestructura ferroviaria, excepto la de alta velocidad, está dejada. La última huelga de los ferroviarios franceses tuvo que ver también con la línea de Macron prosiguiendo esa decadencia inducida a favor del transporte por carretera y de las privatizaciones. 

Accidentes similares relacionados con el abandono han tenido lugar igualmente en Inglaterra y en Bélgica. En Italia se han hundido once puentes en los últimos cinco años. La reducción de las inversiones en mantenimiento de infraestructuras son claras, especialmente a partir de 2011 bajo el gobierno de San Mario Monti. Pero ni siquiera es un problema de la UE.

Los informes de la American Society of Civil Engineers (ASCE) revelan desde hace años el catastrófico estado de abandono de las infraestructuras públicas en Estados Unidos; no solo aeropuertos, puentes, vías férreas, carreteras, canales y puertos, sino también suministros de agua, escuelas, etc. Es, como suele decirse, un “problema sistémico”. 

Hace muchos años que los ricos lograron condiciones para repartir menos y dedicar más a su propio engorde: véase la evolución rampante de las grandes fortunas y la concentración cada vez más desigual de las rentas en los países ricos. 

Todo esto sería del dominio público si no fuera por nuestros medios de comunicación estructuralmente corruptos, por la sencilla razón de que forman parte de ese problema y de esa política: en su inmensa mayoría pertenecen a magnates y grandes grupos económicos y naturalmente son fervientes seguidores del culto neoliberal. (...)"                             (Rafael Poch, 05/09/18)

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