10.9.18

Italia contra la Unión Europea. El mayor disolvente de la Unión Europea y sus estructuras se encuentra ahora en la explosiva Italia ¿A quién deberíamos ayudar?

"Ni el contagio de Turquía, ni un hipotético default de Argentina, ni las guerras comerciales en curso con EE UU o China. Ni un Brexit total o ciego, ni otro descarrilamiento griego, ni una definitiva insurrección de algunos países del este de Europa por la cuestión migratoria o por los derechos humanos incumplidos.

 El mayor disolvente de la Unión Europea y sus estructuras se encuentra ahora en la explosiva Italia. De lo que se destile de las retortas políticas del Gobierno amarillo-verde italiano en las próximas semanas (en resumen, su relación con Europa) dependerá en primera instancia el futuro geopolítico de nuestra zona.  (...)

De hacer efectivas las promesas del programa conjunto con el que han decidido gobernar (el mínimo común denominador de la coalición, a veces contradictorio y, ya se sabe, cuantas más contradicciones, mayor agresividad), Italia se pondría en un déficit público del 7,4% de su producto interior bruto (PIB), según el banco de inversión Goldman Sachs. 

(...) no deja de expresarse una profunda corriente de antipatía hacia lo que supone Bruselas.

Tres ejemplos: 

primero, cuando hace unas semanas los países comunitarios no llegaban a un acuerdo para repartirse el centenar y medio de inmigrantes depositados en la patrullera Diciotti, el Gobierno de Roma amenazó con la bomba atómica: retirar su aportación del presupuesto europeo, lo que hubiera supuesto una violación de las obligaciones de los tratados comunitarios; lo que ningún país ha hecho jamás. 

Segundo: cuando la prima de riesgo subía y subía, traduciendo la desconfianza de los inversores en la deuda pública, el primer ministro y el ministro de Economía viajaron allende de Europa, a Washington, Pekín y Moscú, buscando el apoyo de las principales potencias competidoras de Europa, algunos de cuyos mandatarios (Trump y Putin, sobre todo) se significan por cuanto debilite las posiciones europeas. 
El ministro de Asuntos Exteriores, el eurófobo Paolo Savona, declaró entonces: “Si ocurre lo peor, la fantasía irá al poder”. 

Tercero: el ministro del Interior, Salvini, el vicepresidente Luigi Di Maio, o el propio Savona, han manifestado la posibilidad de que cuando Italia presente a la Comisión Europea en unas semanas sus programas de estabilidad y reformas, lo hagan con el déficit público por encima de lo autorizado; el pretexto surgió a raíz del hundimiento del puente Morandi en Génova: se necesita más dinero para mantener la seguridad en las infraestructuras y en las escuelas.  (...)"             (Joaquín Estefanía, El País, 09/09/18)

No hay comentarios: