"(...) ¿Son los verdes alemanes la alternativa al puritanismo luterano?
De acuerdo con el conjunto de los comentaristas, creo que los resultados
de los comicios marcan un nuevo liderazgo en la izquierda de la Europa
más desarrollada. Pero no solo porque los electores demócratas necesiten
concentrar sus esfuerzos frente al “populismo” para-fascista.
Sino
porque, en mi opinión, los valores que inspiran el guion de “El
Reverendo”, suponen un conjunto de sentimientos, que son compartidos por
amplios segmentos de población, preocupados por la deriva política del
mundo más desarrollado, y de sus elites gobernantes.
Ciudadanos que
empiezan a preguntarse sobre la profundidad de la crisis cultural que
estamos viviendo, y sus implicaciones políticas y sociales. Y esta
pregunta es el indicativo más claro de que algo está fermentando en las
profundidades de la cultura democrática europea. Algo que tiene que ver
con las convicciones que pautan la convivencia, más allá de cualquier
convención de coyuntura. Un componente cuasi-religioso, que es un
elemento importante en la cultura ciudadana ilustrada del centro y norte
de Europa. (...)
El verde no está teñido de rojo. Es un
voto que señala la preocupación ilustrada de una población que, con
todas las cautelas posibles, emite un voto “moral”.
Precisamente, esa
porción de la nueva clase media, que no sufre las incertidumbres
tremendas a las que está sometida la mayoría de la humanidad en la fase
actual del capitalismo globalizado; y disfruta, además, de un grado de
formación cultural adecuado a las actual civilización global
capitalista, está en disposición para generar una elite intelectual, con
capacidad para pensar en las contradicciones culturales del capitalismo
global.
Y los Verdes le proporcionan el marco organizativo. Máxime,
cuando esos ciudadanos están sumidos en la quiebra de las promesas del
puritanismo -cuna cultural del capitalismo- y en la rebelión juvenil que
toda crisis profunda de civilización genera.
Porque, precisamente ahí,
en esa crisis, precipitada por los problemas medioambientales y de
clima, es donde se está centrando la respuesta cultural civilizatoria al
capitalismo global, tal como lo ha visto Noami Klein, en sus magníficos
ensayos de la última década.
Por lo
tanto, podemos conjeturar, que los resultados de los Verdes, su camino
hacia convertirse en sustitutos de la socialdemocracia, como conciencia
crítica de las sociedades más desarrolladas de Europa, se corresponde
con los anuncios, ya imparables, de una crisis de la civilización
construida sobre los principios luteranos del puritanismo, es decir de
la civilización que se está imponiendo en el mundo, bajo el imperio del
capitalismo.
Si esos movimientos confluirán con las luchas por la
igualdad y el cambio social, dependerá de muchos factores, aún en
configuración.
La conjunción de una
crisis de la civilización occidental, con el hundimiento de las
socialdemocracias nacionalistas, tras la desaparición de las fuerzas a
su izquierda; nos dice mucho de la enorme complejidad de la lucha
política trasformadora continental, y del “bloque histórico” que se debe
empezar a construir en Europa, entre las corrientes unitarias de la
izquierda del Sur y la cultura solidaria y democrática que se configura
en el centro y el norte; un bloque que necesita resquebrajar la gran
coalición nacionalista y autosatisfecha, actualmente gobernante en la
UE; para sumar una nueva, incorporando los restos del naufragio
socialdemócrata, y frenar al populismo chovinista.
El objetivo no puede
ser otro que liderar Europa para construir una democracia global." (José Candela, Economistas frente a la crisis, 16/11/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario