15.1.20

Estados Unidos, la democracia que intenta que muchos ciudadanos no voten... en cuanto a pucherazos la democracia estadounidense está al nivel de Rumanía

"En 1965, Martin Luther King caminó desde Selma hasta Montgomery, en Alabama, para protestar contra las maniobras de legisladores blancos por todo el sur del país para evitar que los afroamericanos votaran. En aquella época, en Selma vivían más personas negras que blancas, pero los negros sólo constituían el 2% del censo electoral.

Más de 50 años después, en 2018, una prima de King, Christine Jordan, llegó con 92 años a su colegio electoral en Atlanta, Georgia, con la intención de votar en las elecciones legislativas como había hecho siempre. Le dijeron que no figuraba en las listas.

"Es horrible, ha organizado reuniones en defensa de los derechos civiles en su casa y ahora no aparece en las listas", señaló su nieta, Jessica Lawrence, ante lo sucedido. El caso de Jordan no es extraño. 

(...)  cada vez hay más indicios de un intento sistemático por evitar que un número creciente de ciudadanos puedan ejercerlo.

Hasta hace poco, la ley que regula el derecho al voto, aprobada en 1965, garantizaba que el Gobierno federal pudiera supervisar los cambios en los sistemas de votación en aquellos estados con un historial de discriminación.

Eso cambió hace seis años, cuando el Tribunal Supremo revocó la ley y decidió que esos mismos estados ya no necesitan lograr una autorización previa de la administración federal para aprobar normas relativas al sistema electoral. En otras palabras, los estados que mostraban la peor trayectoria en cuanto a discriminación a la hora de emitir el voto quedaban libres para volver a comportamientos similares pasados.

El Centro Brennan de la Universidad de Nueva York –la principal organización no partidista en el ámbito del derecho al voto y el estudio de sus reformas– ha detectado que "a lo largo de los últimos 20 años, los estados han erigido barreras ante las urnas mediante la imposición de normas estrictas en materia de identificación del votante, disminución de los horarios de votación y límites a la inscripción en el registro y las listas del censo".

"Estas acciones, que recibieron un impulso cuando el Tribunal Supremo debilitó en 2013 la ley que regula el derecho al voto, han tenido como consecuencia que un número importante de ciudadanos con derecho a voto se ha visto alejado de las urnas", señala el instituto. "Si bien la medida ha impactado en la sociedad de manera transversal, lo ha hecho con especial intensidad en las minorías raciales, las personas con menos recursos y los votantes de menor y mayor edad".  (...)

"En 2016, debido al impacto de los límites impuestos sobre los votantes en más de 30 estados, el voto negro cayó en más de siete puntos. Lo que para el Partido Republicano supuso una ventaja crucial fue, en realidad, un ataque letal a la democracia estadounidense", afirma.  (...)

En Australia el voto es obligatorio. En Suecia, como en España, todos los votantes quedan registrados para poder votar de manera automática. Ambos países figuran en las mejores posiciones del índice de integridad electoral que elaboran las universidades de Harvard y Sidney. Estados Unidos no figura a la altura de las democracias más importantes de occidente, sino a la de países como Kosovo o Rumanía. (...)

En cada uno de los pasos para ejercer el derecho al voto, los estadounidenses se enfrentan a obstáculos que vienen marcados por su lugar de residencia. La ley electoral se define en acuerdos alcanzados en los parlamentos estatales, administrados por departamentos de Interior controlados por miembros de los partidos políticos.

En varios estados de mayoría republicana, las dificultades a las que se enfrentan los votantes comienzan con los documentos que deben presentar para ejercer su derecho al voto. Varios poderes legislativos a lo largo de todo el país han endurecido los criterios respecto a los documentos válidos para identificarse. En EEUU, el 7% de los ciudadanos no tiene un documento de identificación válido con foto y esa cifra aumenta cuando se trata de ciudadanos negros o hispanos.
En 2016, Wisconsin instauró una norma de identificación previa y muy estricta para combatir posibles fraudes a la hora de votar, algo que los expertos han calificado de problema inexistente.  (...)

Cuando Donald Trump ganó las elecciones en Wisconsin por 22.000 votos, los analistas descubrieron que sólo en la ciudad de Milwaukee la participación había descendido en un 3%. Eso significaba 44.000 votos menos que en las elecciones celebradas cuatro años antes.

Para Jay Heck, Director de Common Causa, una organización no partidista que trabaja en defensa de la rendición de cuentas por parte del Estado, "la mayor limitación al derecho a votar y la participación electoral en Wisconsin está en lo restrictivo de la norma que exige un documento de identificación con foto".

Ese mismo año, en Texas, se calculaba que unas 600.000 personas no contaban con un documento de identificación que permitiera votar según las estrictas normas del Estado. Virginia aprobó también ciertas restricciones al trabajo de las organizaciones que registran votantes. Este año, Tennesse trató de aprobar una norma que convertía los errores en los que pueden incurrir estas organizaciones en delitos penales.

Para muchos estadounidenses, encontrar una cabina de votación se convierte en un reto. Un informe publicado hace pocos meses por la organización de derechos civiles The Leadership Conference Education Fund demuestra que, desde 2012, se han cerrado 1.688 colegios electorales. El cierre de los mismos ha sucedido en lugares que ya presentaban trayectoria de discriminación racial durante procesos electorales. 214 de esos cierres pertenecen a un solo Estado, Georgia.  (...)

El 10% de los condados de Georgia se quedaron sin un solo colegio electoral. Algunos ciudadanos deben desplazarse largas distancias para emitir su voto. La situación de Texas, con 760 colegios electorales anulados, o la de Arizona, con 320, es aún peor que la de Georgia.

Los cierres de colegios electorales son resultado directo de las modificaciones realizadas en 2013 a la ley que regula el derecho al voto. Antes de que se aprobaran, Georgia era uno de los estados que tenía que recibir autorización federal para cerrar un colegio electoral o modificar su ley electoral. Ahora ya no tienen que pedirla. 

Limpieza del censo

Como si la aprobación de normas que dificultan la identificación de los votantes o el cierre de colegios electorales no fueran suficientes para limitar el número de votantes, se han aprobado otras normas. Una de ellas es la "limpieza del censo", y es lo que le sucedió a la prima de Martin Luther King, Christine Jordan.

Jordan creía que estaba registrada para votar cuando acudió a las urnas. No había cambiado de nombre ni de dirección, pero la habían borrado del censo, como a 17 millones de personas más entre 2016 y 2018, según datos del Centro Brennan.

"Limpieza del censo" significa que las autoridades depuran nombres de las listas para garantizar que nadie vota dos veces o que quienes han fallecido o se han mudado quedan, efectivamente, fuera del censo. La justificación es legítima, pero resulta más común que eso suceda en zonas y estados que con anterioridad no podían hacerlo sin autorización. Es decir, en los lugares en los que hay registro histórico de discriminación.

 Y como explica el informe del Centro Brennan, "los problemas surgen cuando los estados sacan del censo a votantes que aún tienen derecho al voto. Los estados utilizan datos incorrectos que pueden mostrar que el votante se ha mudado". (...)

Uno de los peores mecanismos es el sistema que cruza los registros de votos entre diferentes estados, que ha sido utilizado por docenas de estados desde su puesta en marcha en 2005. Destinado en teoría a localizar personas registradas en más de un lugar, un estudio realizado en 2017 demostró que tiene un 99% de posibilidades más de borrar a personas con derecho a voto que a votantes inadmisibles.

"Hemos encontrado que una de las estrategias del sistema elimina 300 registros que parecen legítimos por cada registro utilizado para emitir un voto doble", señalaron los autores.

Privación del voto a personas que han cometido delitos

Al ponderar el impacto combinado de leyes de identificación más estrictas, cierre de colegios electorales y limpieza de censos no se llega aún ni a estar cerca de estimar el número de personas que en realidad sufren medidas encaminadas a limitar su derecho al voto en Estados Unidos.

Otros 4,7 millones de ciudadanos no tienen permitido votar. Es el número de personas condenadas por delitos de todo tipo. Desde aquellos que han cometido asesinatos, violaciones o robos hasta quienes se han puesto al volante bajo los efectos del alcohol.

48 estados tienen algún tipo de norma que evita que las personas condenadas por delitos voten. Tres de ellos, Iowa, Kentucky y Virginia, privan del derecho al voto de por vida. El impacto de medidas de este tipo es desproporcionado. Uno de cada 13 afroamericanos no puede votar por este motivo en comparación con uno de cada 56 ciudadanos blancos, según datos del Sentencing Project. (...)

Gerrymandering (Diseño de distritos electorales)

Hay otros muchos modos en los que políticos y militantes se han conjurado para diluir el poder electoral de los ciudadanos estadounidenses. Muchos estados permiten la modificación de los distritos electorales a través de un sistema que por un lado agrupa y por otro diluye a los votantes dibujando líneas cambiantes en zonas concretas en función del histórico de sus preferencias electorales. De esa manera, se controlan los resultados.

En julio sucedió algo digno de reseña: El Tribunal Supremo decidió no tomar una decisión concreta sobre esta práctica en una votación ganada por cinco votos a cuatro. Al no tomarla, evitó afirmar que fuera inconstitucional.

Elena Kagan y el resto de jueces de tendencia liberal emitieron un voto particular que ha levantado ampollas. Acusaron a la mayoría de no cumplir con su deber: "En estos casos, la modificación de los distritos electorales privó a ciudadanos del más fundamental de entre sus derechos constitucionales: El derecho a participar en pie de igualdad en el proceso político para sumarse a los demás en el avance de las creencias políticas y la elección de sus representantes". (...)"

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