Arias Cañete: "Las urgencias están colapsadas por los inmigrantes". (EL PAÍS, ed. Galicia, España, 08/02/2008, p. 10)
“Ningún político medianamente sensato, conservador o socialdemócrata, exigió a los obreros españoles en Alemania o Suiza, o a los camareros y camareras que inundaron en los años sesenta y setenta los restaurantes y hoteles del Reino Unido, que aprendieran su lengua, más allá de un vocabulario de estricta supervivencia; nadie les obligó a respetar costumbres que no figuraran en las leyes y nadie amenazó con echarles del país a las primeras de cambio. Nadie les echó miserablemente en cara el dinero del que se privaban ellos mismos para enviárselo a sus familias y nadie les acusó de acudir a los médicos de
Los emigrantes españoles hicieron lo que deben hacer ahora los inmigrantes que recibimos: comportarse ejemplarmente en el cumplimiento de la ley y exigir a cambio el escrupuloso respeto de sus derechos. Nadie sensato exige a las mujeres musulmanas recién llegadas a España que compartan nuestras costumbres, como nadie exigió a las españolas que trabajaban en Suecia en los años sesenta que compartieran los usos locales. Lo que teníamos, y tienen ellas, que compartir, ineludiblemente, son los mismos derechos y las mismas obligaciones. (…)
Es innoble pretender convencer a un enfermo que acude a
¿Qué pretende el PP? ¿Si gana las elecciones restringirá a los inmigrantes el derecho de uso de las urgencias? (…)
Lo que necesitamos los ciudadanos no es que los políticos nos planten ante la cara el espantajo de una inmigración sobre la que se han basado años de crecimiento y prosperidad económica, sino que nos expliquen, con cifras y con propuestas concretas, qué piensan hacer para acortar las listas de espera en la sanidad pública (con inmigrantes incluidos), qué piensan hacer para mejorar la calidad de la enseñanza (con inmigrantes en las aulas) y qué piensan hacer para asegurarse el mantenimiento de las prestaciones sociales básicas. El resto, en un lado o en otro, es pura fantochada.” (SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ: Algo está muy errado. El País, ed. Galicia, España, 08/02/2008, p. 11)
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