8.5.08

La política de los ricos

“El populismo alza el brazo en Italia. Los discursos xenófobos, posfascistas y autoritarios marcan el resurgir de la derecha.

La escena heló la sangre a más de uno. El posfascista Gianni Alemanno acababa de ganar la alcaldía de Roma, primer político de su cepa en lograr el despacho que domina el Foro. Ante la sede del Ayuntamiento, en la plaza del Campidoglio, el ombligo de Roma, una multitud de militantes espera el discurso del ganador. Entre ellos, en las armónicas líneas de la plaza proyectada por Miguel Ángel, muchos mantienen el brazo levantado con una inclinación que no deja lugar a dudas: saludos fascistas. Las banderas tricolores ondean por todas partes. Algún grupillo hasta se atreve con un estribillo más explícito: "¡Duce, Duce!". (…)

¿Qué pasa en Italia?

"Lo que ocurre es que la desaparición de las culturas políticas que han guiado el país durante cuatro décadas ha dejado un gran vacío. No han sido reemplazadas. Sin ese tapón, sin el filtro de una cultura política moderna y responsable, han caído los tabúes y ha empezado el reino del cinismo", asegura Edmondo Berselli, escritor y analista político del diario La Repubblica. "Se ha abierto el campo a las brutalidades de la Liga. A la derecha que exalta la virilidad con tonos arcaicos. A los discursosferoces. A la vulgaridad. Es como en los bares, gana quien grita más alto y más fuerte". (…)

"No creo en absoluto que haya un peligro de una reorganización fascista en Italia", comenta Gad Lerner, célebre periodista e intelectual de referencia de la comunidad judía italiana. "Pero me asustan los discursos acerca de los gitanos, la idea de que vuelva una cultura reaccionaria tradicionalista, que habla de una comunidad nacional fundada en la pertenencia religiosa y étnica y contrapuesta a los extranjeros portadores de delincuencia y de perturbación de esta cultura popular que ellos quieren preservar. En esto, el tradicionalismo de derecha de Alemanno en Roma es muy parecido al liguismo en el norte de Italia. Ambos han ganado elecciones levantando miedos". Italia es un país lleno de temores, sobre todo a que el futuro sea peor que el pasado. Y algunos han soplado sobre esos miedos. (…)

"En Italia hay un malestar profundo. Por las dificultades económicas, por la ineficiencia de la Administración Pública, por una sensación de creciente inseguridad", comenta Berselli. "Berlusconi y los suyos supieron responder mejor a ese subconsciente. La izquierda representa la cultura de las reglas, habla de lealtad a la Constitución, avance de derechos... ¿Pero qué le importa todo eso a alguien que no llega a fin de mes, que paga el litro de gasolina a 1,40 euros y que ve que el Estado cobra mucho pero no resuelve nada? Berlusconi no duda y expresa su desprecio hacia todo aquello, hacia los comunistas, los jueces, las universidades, la Administración. 'No nos toquéis las narices', grita".

Y el mensaje cunde. A pesar de ciertas anécdotas, "a pesar de que no esté sustentado en las estadísticas que Italia sea ahora un país menos seguro que antes", como dice Lerner, una mayoría de italianos ha creído que la derecha defendería mejor sus intereses.” (El País, ed. Galicia, Internacional, 04/05/2008, p. 2)

“P. La Liga Norte también ha arrasado en las urnas.

R. Su ascenso es el elemento verdaderamente nuevo. Considero que se basa en dos motivaciones. Primero, el concepto del federalismo fiscal, que cosecha consensos cada vez más amplios en todas las regiones ricas. Quién tiene dinero está claramente harto de pagar impuestos que no se sabe adónde van a parar, ni producen servicios o infraestructuras.

P. ¿La segunda?

R. La otra motivación es la antipolítica, un sentimiento que la Liga ha sabido interceptar. Naturalmente a ello se ha añadido un deseo de cambio de la ciudadanía ante lo poco que ha sabido hacer el Gobierno de [Romano] Prodi. Esa ola ha arrollado a [Walter] Veltroni primero, y a [Francesco] Rutelli después.” (GIOVANI SARTORI: "Me preocupan más los intereses de Berlusconi que los saludos fascistas". El País, ed. Galicia, Internacional, 04/05/2008, p. 3)

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