9.7.08

La indomable crisis internacional que nos sacude

“Poco que ver esta coyuntura con el ambiente que se respiraba apenas hace un año en el último G-8, en Alemania. De entonces a hoy se han multiplicado los problemas económicos.

En primer lugar, ha reaparecido la inflación; hay una generación de ciudadanos del mundo que no conocía una espiral de crecimiento de los precios como la que se da ahora. Esta inflación se combina en algunos lugares con un periodo de bajo crecimiento, crecimiento cero o incluso de recesión, reproduciéndose el fenómeno de la estanflación, como ocurrió hace 30 años, con la primera crisis del petróleo.

Como hace tres décadas, el planeta tiene que enfrentarse a un espectacular aumento del precio del petróleo (…)

Pero en el periodo entre los dos G-8 se han manifestado otros dos problemas que estaban embalsados, relacionados entre sí: la espectacular crisis motivada por las hipotecas de alto riesgo, que ha generado un problema de liquidez en el sistema financiero norteamericano y europeo. Los países emergentes han resistido hasta ahora la contaminación financiera proveniente del Primer Mundo.

Ésta es la primera vez que una crisis financiera tiene su epicentro en el corazón del sistema y en la que las dificultades de las entidades financieras más importantes son paliadas por la contribución, en forma de capitalización, de los fondos soberanos constituidos en los países emergentes con las reservas acumuladas por el incremento de los precios de las materias primas. (…)

El segundo problema es la escasez y carestía de alimentos, con una etiología parecida a la del petróleo: crecimiento exponencial de la demanda al aproximarse al mundo de los consumidores centenares de millones de personas que hasta hace poco se alimentaban poco y mal, y explosión especulativa protagonizada por fondos que antes invertían en titulizaciones hipotecarias y que ahora han desviado sus esfuerzos a los mercados de futuros alimentarios. (…)

En la mayor parte de estas dificultades subyacen fallos del mercado, por lo que su corrección requeriría de organismos reguladores más eficaces y de alcance global. Una reflexión sobre el marco regulatorio debería ser imprescindible en esta cumbre del G-8 que, por cierto, será la última a la que asista George Bush, bajo cuya política neocon se ha generado esta coyuntura indomable.” (JOAQUÍN ESTEFANÍA: G-8: democracia y desarrollo. El País, ed. Galicia, Economía, 07/07/2008, p. 21)

No hay comentarios: