24.9.08

A Obama ¡Ni un euro! ¡Que arree!

Hasta ahora se han gastado más de 900.000 millones de dólares en ayudas concedidas por la Administración para refinanciar y dar garantías a las hipotecas con riesgo de impago, en tomar el control de la aseguradora AIG y de las agencias Fannie Mae y Freddie Mac, en liquidez a los bancos en forma de préstamos, en el crédito a Morgan Stanley para adquirir Bearn Stearn, etcétera.

La nueva agencia anticrisis que se quedará con las hipotecas tóxicas limpiando el balance de los bancos, el fondo de estabilización, etcétera, anunciados el pasado viernes, costarán al menos otros 700.000 millones de dólares. En definitiva, cerca de los 1,6 billones de dólares.

Aunque son cantidades heterogéneas (y en parte susceptibles de devolución), suponen alrededor del 15% del PIB americano, lo que tendrá enormes consecuencias en el déficit y en la deuda pública del país. Para más de una generación. El Congreso de EE UU, que tiene que elevar la capacidad de endeudamiento de la Administración, se enfrenta a un interesante dilema: aunque a corto plazo esos auxilios tengan efectos positivos en el sistema financiero privado, su contribución negativa a los desequilibrios macroeconómicos generales subordinará la política económica del sucesor de Bush." (JOAQUÍN ESTEFANÍA: La herencia económica. El País, ed. Galicia, Economía, 22/09/2008, p. 30)

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