8.10.08

Muerte digna, sin sufrimiento

"El 25 de septiembre, la Organización Médica Colegial (OMC) hizo público un comunicado de condena del Anteproyecto de Ley de Muerte Digna de Andalucía. Pero la sociedad española es mucho más inteligente y madura de lo que ellos suponen. La aspiración a morir dignamente, acto final del ideal de una vida digna, ha ido calando con fuerza en los últimos 10 años. Ahora ya sabemos qué significa.

Significa morir con el mínimo sufrimiento físico, psíquico o espiritual. Morir acompañado de los seres queridos. Morir bien informado si se desea y no en la mentira falsamente compasiva. Morir pudiendo rechazar los tratamientos que no se quieren. Morir habiéndolo preparado mediante un Testamento Vital. Morir en la intimidad personal y familiar. Morir sin que el profesional, con buena intención pero errado, se obstine en mantener tratamientos que ya no son útiles y sólo alargan el fin. Morir en casa si se puede. Morir dormido si uno lo solicita. Morir bien cuidado. Morir a tiempo. Morir en paz. (...)

Otra cosa diferente son la eutanasia y el suicidio asistido. En la eutanasia, las personas piden voluntariamente que el profesional ponga fin a su vida administrándole alguna sustancia letal, porque su enfermedad le produce un sufrimiento inaguantable. En el suicidio asistido los profesionales se limitan a facilitar dichas sustancias, pero es el propio paciente el que decide libremente cuándo tomarlas." ( PABLO SIMÓN LORDA: Muerte digna, pura literatura. . El País, ed. Galicia, Sociedad, 07/10/200, p. 35)

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